Serie Unidos1- Emma & Alan

6-Alan

Definitivamente era un imbécil por casi caer dos veces en la misma trampa. Ahora comprendía porque Emma o Dela, como mierda se llame me atraía mucho. Ya me había pasado lo mismo hace siete años en esa estúpida fiesta de máscaras. A partir de ese momento decidí cambiar mi forma de vida y no dejarme llevar fácilmente, por eso le permití a mi padre manejar mi vida por varios años hasta hace muy poco. Al sentirme tan frustrado al no poder hacer lo que me apetecía decidí dejar que los demás me manipularan a su antojo para beneficiarse a mi costa. Me permite bajar la guardia en este lugar por un momento porque pensé que era una mujer común normal, pero solo era una buena actriz.

Cuando llego a la cabaña donde me hospedaba no perdí el tiempo, hice mi maleta y llamo a mi piloto para que tenga listo lo más pronto posible mi jet. Cuando ya tengo todo listo me dirijo a las recepciones del complejo para dejar la llave de la cabaña. A los lejos puedo ver que en unos de los salones se estaba realizando una celebración, no le di mucha importancia y fui yo personalmente a dejar todo en orden. No paso mucho tiempo y siento que alguien abre la puerta de la oficina donde se realizan las reservaciones.

-¿Señor Wilson?-levanto la mirada y era el nuevo gerente.

-¿Todavía sigue acá?-mi tono era tajante, pero seguía cabreado.

-Sí. Ya me iba, estaba supervisando la organización de la fiesta que se está celebrando en el salón cubierto. ¿Necesita que lo ayude en algo antes de que me retire?

-No.-lo mire detenidamente y note que me miraba muy serio, algo que no había notado en él antes-. Estaba guardando la llave de cabaña donde me hospedaba, ya que me iré. Estaremos en contacto como acordamos una vez al mes a través de vídeo conferencia,-le tiendo la mano despidiéndome-, espero un excelente trabajo de ti.

-No hay duda, haré funcionar excelente el complejo. Lo acompaño a la salida, ya que también me dirijo al mismo lugar.

Los dos salimos en silencio del lugar del lugar y vamos al pequeño estacionamiento donde los empleados estacionan sus vehículos.

-Buen viaje señor.-me dice el gerente-. ¿Le puedo hacer una pregunta personal?

-Por supuesto.-no lo dude, porque no sabía que quería saber de mí.

-Es sobre la señorita que ceno con usted.-me tense al instante al volver a recordarla, ahí fue que también recordé que el la llamo por su nombre-. ¿Usted está saliendo con ella?

-No. Solo me vendió su casa. ¿Usted la conoce?-no sé porque pregunte eso, salió solo sin pensarlo.

-Fuimos juntos a la escuela secundaria.

-Entonces sabe qué tipo de mujer es ella.-le dije con una sonrisa fría-. Buenas noches.

No perdí el tiempo y me subí al auto. Después de una hora llego al aeropuerto y mientras chequeaban mi equipaje llamo a mi jefe de seguridad.

-Smith, llego en un par de horas a Nueva York. Te quiero allí a primera hora en mi oficina.

-Estaré allí puntual.-y cortamos la comunicación.

Tenía que escarbar otra vez el pasado de esa mujer, porque otra vez había aparecido. Me confié solo con lo que me dijeron mis abogados y las pruebas que me dio Derek Conti. Ahora que lo pensaba mejor, a él también lo investigaría para saber si me había dicho la verdad.

Después de varias horas de vuelo llegue a Nueva York. Allí me esperaban mi chófer y mis guardaespaldas pero el que no esperaba a ver era a Smith con muchos hombres más de seguridad. A penas nos subimos a la suv mire interrogante a Smith.

-Sucedió algo con tu esposa.-fue directo al grano.

-¿Ahora en que lió se metió Mara?-pregunte perezosamente, ya que estaba acostumbrado a solucionar los problemas de mi esposa, perdón ex-esposa.

-Tuvo un accidente vehicular.-ahora Smith tenía toda mi atención, aunque no nos llevamos bien con Mara, siempre la protegía como el buen esposo que era o seria-. Ahora se encuentra estable en el hospital, pero su acompañante no tuvo la misma suerte...está muerto.

Me lleve una mano masajeándome la cabeza que me empezaba a dolor. Sabia como era Mara, pero la única persona que se había preocupado por ella había sido yo. Su familia solo la ignoraba por lo inmadura y caprichosa que era, no sabía cómo se tomarían si se enteraban la relación tan liberal que tenía nuestro matrimonio. Esperaba que el acompañante que iba con ella no fuera su ultimo amante, porque si no tendré que pagar el silencio de muchas personas como la última vez.

-Está bien...vamos al hospital.

Ahora mi prioridad era Mara, después me encargaría de Emma Conti. 
 


 

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