Sevenadur

El Rey Diap

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Es un día importante para el Reino. Recibiremos la visita del Rey Diap de Dipoi. Yo me he quedado con Sihpu y un puñado de mis hombres a preparar la seguridad del Palacio. Mientras tanto, Rondio ha salido desde temprano para encontrar a la comitiva del Rey en nuestra frontera con Kozh y escoltarla hasta Palacio. Por seguridad, sólo hasta el último momento he revelado a Rondio el punto donde encontrará al Rey Dipoita, de entre las tres entradas comunes que tenemos con nuestro vecino del norte: Kozhdero, Erer y Moguer. Kozhdero fue el punto elegido.

 

Pero, por ahora, he encargado los detalles  a Sihpu para acudir al llamado del Rey Maen. No puedo evitar pasar por la habitación de Palacio habilitada como oficina, en la que Geyh se encuentra trabajando, inmersa en un mar de letras para que nada falle en la organización del evento... así como no puedo evitar el hecho de contemplar su hermoso rostro y su cabello, hasta que el recuerdo del llamado del Rey me saca de mi embeleso y apuro la marcha.

 

A mi paso, los guardias que custodian al Rey se golpean el lado izquierdo del pecho con su mano derecha, que es el saludo militar en Sevenadur y yo, a mi vez, los saludo y sigo para ver al Rey que, nervioso, pasa lista de los puntos a tratar que le hemos preparado Geyh y yo, pues posiblemente tratemos una alianza de los Reinos en contra de Scuria en caso de un ataque a alguno de los dos.

 

- Alteza - saludé con una reverencia - A sus órdenes.

- ¿Esta todo listo? -inquirió

- Sí, señor. La guardia ha sido despachada desde temprano para escoltar al...- tuve que interrumpir mis palabras pues en ese momento se escucho alboroto afuera del Palacio y, casi enseguida, entró Sihpu

- Alteza... General -dijo resollando, pues había entrado corriendo al Palacio- Unos aldeanos que venían de Kozhdero han dicho que encontraron a Rondio y a varios más de los nuestros tirados en un paraje del camino...

- ¿El Rey? -preguntamos casi al mismo tiempo el Rey y yo, al tiempo que los tres nos apresurábamos hacia la salida del Palacio.

- Parece que se encuentra entre los caídos... - fue lo que alcancé a escuchar, pues había pedido a gritos que trajeran mi caballo y me puse a dar órdenes para que un grupo me acompañara enseguida. Saludé de prisa al Rey, a quien deje escoltado por Sihpu y la guardia personal del Rey, y  me marché inmediatamente hacia Kozhdero.

 

Cuando llegamos, encontramos un panorama desolador. Rondio se encontraba tirado boca abajo con una hashiva clavada en la espalda. Varios de sus hombres se encontraban a su al rededor, en las mismas circunstancias...mis hombres eran fuertes y curtidos en batalla, sin embargo, fueron sorprendidos. El verde del pasto que había en ese tramo se había pintado de rojo con la sangre de los nuestros. Algunos caballos rondaban las cercanías, pero hubo uno que cuidaba de su amo, quien estaba tirado en el suelo con los ojos fijos mirando al cielo, donde seguramente descansaría su alma. Al acercarme, puede ver lo que me temía. Las ropas ensangrentadas llevaban el sello del Reino de Dipoi: El Rey Diap había muerto con toda su comitiva.



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En el texto hay: aventura, magia, intriga

Editado: 18.01.2019

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