Shadaria

Capitulo 13 "El hijo de la sombra"

​La base de GUN disfrutaba de una paz que parecía eterna, pero era una calma artificial. El Profesor Gerald, viendo que Shadow apenas podía mantener los ojos abiertos tras usar el "Chaos Blast" contra el Iron Rhino, le ordenó un descanso obligatorio.

​—Incluso la Forma de Vida Suprema necesita recargar, Shadow —dijo Gerald mientras ajustaba los niveles de la cápsula de recuperación—. Tus células necesitan estabilizar la energía o podrías colapsar.

​Shadow gruñó, cruzando los brazos mientras el líquido criogénico empezaba a subir. Odiaba sentirse vulnerable.

—Wolters está afuera —dijo Shadow con voz ronca—. Si algo pasa...

​—Estaré en cada esquina, erizo. Descansa —interrumpió el Capitán Wolters, entrando al laboratorio—. Mis hombres tienen la base blindada. Nada entra ni sale sin que yo lo sepa.

​Shadow finalmente cerró los ojos, pero su mente se negaba a apagarse. Sentía una vibración extraña en el aire, una nota discordante en la sinfonía de la base que nadie más parecía notar.

​En UniCiencias, Maria vivía días de una alegría nueva. Durante la clase de astrofísica, un chico se sentó a su lado. Tenía el cabello castaño, una sonrisa amable y unos ojos que parecían analizarlo todo con una curiosidad científica brillante.

​—Soy Jhonatan —dijo él, ofreciéndole una manzana—. He oído que eres la mejor de la clase. ¿Te importa si compartimos notas?

​Maria, siempre abierta a nuevas amistades, aceptó encantada. Jhonatan era carismático; no le tenía miedo al apellido Robotnik y parecía genuinamente interesado en sus teorías. Pasaron la tarde caminando por el campus. Sin embargo, en un momento de distracción de Maria, Jhonatan insertó un pequeño chip en el servidor de comunicaciones de la academia, un dispositivo diseñado para crear "puntos ciegos" en los radares de GUN. Su plan de aislamiento había comenzado.

A pesar de estar en su cápsula, Shadow podía sentir a Maria a través de su conexión. Sentía su alegría, su risa... y sentía la presencia de alguien más. Un extraño.

Cuando Maria regresó a la base esa tarde, fue a visitar a Shadow. Él estaba despierto, sentado en el borde de su cápsula.

—¿Quién es él, Maria? —preguntó Shadow sin rodeos. Su tono era seco, casi cortante.

​—Se llama Jhonatan, Shadow. Es un chico de la academia. ¡Es muy inteligente! —respondió Maria con entusiasmo, sin notar la tensión en el erizo—. Mañana vamos a ir a un lugar llamado "El Mirador del Eco" para ver la lluvia de estrellas. ¡Dice que es el mejor lugar cerca de aquí!

​Shadow apretó los puños. —No lo conoces. Wolters no debería dejarte salir con extraños.

​—Oh, Shadow, estás siendo sobreprotector —rio Maria, dándole un beso en la mejilla—. Descansa. Estaré bien, Jhonatan es muy dulce.

​Mientras tanto, en la base, Ronald revisaba los registros de visitantes. Algo no le cuadraba. Como jefe científico, tenía acceso a los escaneos de retina de los alrededores de la academia. Al ver a Jhonatan cerca de Maria, notó un patrón de comportamiento demasiado calculado: el chico siempre se posicionaba de espaldas a las cámaras de seguridad.

​Ronald recordó los rasgos del Profesor Leo. Había una similitud en la estructura ósea que le dio un escalofrío. Sin avisar a Wolters, quien estaba distraído con la seguridad perimetral, Ronald decidió tomar su vehículo personal y seguir a Maria y a Jhonatan hacia el Mirador del Eco. Su instinto le decía que Maria estaba caminando directamente hacia una boca de lobo.

​En el laboratorio, Shadow se despertó bruscamente. Un pulso de Energía Caos negativa lo sacudió. Salió de la cápsula, goteando líquido, y entró en la terminal de datos de alta seguridad, ignorando el dolor de sus músculos.

​—Computadora... acceso al expediente familiar de Leo Kurt —susurró.

​La pantalla parpadeó. Shadow bajó por la página hasta llegar a una fotografía oculta de un archivo personal de Leo. Era él junto a su hijo. Sus ojos rojos se dilataron: era el mismo chico que estaba con Maria.

Nombre: Jhonatan Kurt.

Misión Infiltrada: Recuperación de la Forma de Vida Suprema.

​Shadow sintió un frío eléctrico. Jhonatan no estaba allí por amistad; estaba allí para usar a Maria como carnada. En ese momento, Shadow notó que la señal del Reloj Vínculo de Maria estaba siendo interferida. Sin esperar a recuperar sus fuerzas, salió disparado de la base como un rayo carmesí, dejando una estela de chispas tras de sí.

​En el Mirador del Eco, la vista de las estrellas era hermosa, pero el ambiente se volvió gélido. Maria miraba por el telescopio cuando sintió un pinchazo en el cuello. Jhonatan había activado un pequeño dispositivo de pulso nervioso.

​—Lo siento, Maria. Pero mi padre necesita que Shadow se rinda, y tú eres la única forma —dijo Jhonatan, su voz ahora fría y sin rastro de dulzura. Maria cayó dormida en sus brazos al instante.

​—¡Suéltala ahora mismo, muchacho! —gritó una voz detrás de ellos.

​Era Ronald, que acababa de llegar al mirador. Estaba jadeando, sosteniendo una linterna pesada. Jhonatan sonrió con malicia y sacó un arma compacta de su chaqueta. No era una pistola normal; brillaba con una luz violeta inestable. Era un arma de energía caos experimental.

​—Usted debería haber se quedado en el laboratorio, doctor —dijo Jhonatan, apuntando fríamente.

​Jhonatan disparó. El rayo de energía impactó directamente en el pecho de Ronald, quien se lanzó hacia adelante para intentar alcanzar a Maria. Ronald recibió el disparo de lleno y cayó al suelo, quedando muy herido, con el uniforme quemado por la energía corrosiva.

​En ese preciso momento, un estruendo sónico sacudió el mirador. Shadow llegó como un torbellino de furia, golpeando el suelo con tal fuerza que la tierra tembló. Con un movimiento veloz, Shadow le arrebató a Maria de los brazos a Jhonatan antes de que este pudiera reaccionar, poniéndola a salvo detrás de una roca.




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