13.
DAMEN.
No me sorprende en absoluto su miedo. A su corta edad ha pasado por tanto que no me sorprende su miedo desmedido por el contacto físico con un hombre.
He perdido el control y mis instintos han actuado por mí. Ahora ella siente terror y por ello se defiende como cree que es mejor.
Golpea mi hombro con la barra dos veces hasta que finalmente la sujeto para evitar que su arrebato tenga consecuencias. Sus ojos siguen mirándome llenos de terror e ira, no quiere que este cerca de ella.
— Vete. —le pido señalando la salida.
Retrocede tras soltar la barra y con mucho más miedo corre.
Decido sentarme a un lado y pensar en lo ocurrido, pero Stefan aparece e interrumpe mis pensamientos. Realmente necesito mucha fuerza de voluntad para no matarlo en este momento. Tenerle cerca hace que recuerde nítidamente todos los detalles de esa noche y eso provoca que me cueste controlar mi sed de venganza.
— ¿Qué le has hecho? Ha salido muy asustada. —pregunta, pero su tono me enfurece. Esto le parece divertido.
— ¿Te pregunto yo por tu vida?
— Luca me ha perdido que os vigile, parece que ya no confía tanto en tus intenciones con su esposa ¿Tiene razón? —pregunta. Me pongo en pie y sonrío, lo que provoca su curiosidad. — ¿Y ahora qué te hace tanta gracia?
— Tú. —contesto. — El interés que tienes de repente por mí y lo patético que te ves cumpliendo las peticiones del celoso de tu jefe.
— Sigo sospechando de ti.
— ¿Y por qué no te decides e intentas matarme? Vamos, se que quieres vengarte por la paliza que te di.
La expresión de su cara cambia. Oh, esta furioso. Parece que quiere golpearme pero se contiene, no es lo que Luca ha ordenado, por lo tanto se mantiene en silencio y solo me observa. No quiere provocar una pelea, quiere averiguar que busco protegiendo a Lilit.
Es muy inteligente, pero crecimos juntos y soy muy observador, no hay detalle que no conozca de él.
— Luca se dará cuenta de que no eres de fiar. —amenaza con una sonrisa. Parece que ya está imaginando el momento.
— ¿Y qué? Pierdes el tiempo pensando que temo morir, no es el caso. —me dirijo a la puerta y su mano agarra mi brazo. — No me toques.
— Encontraré algo sobre ti. Juro que no descansaré hasta ver tu cabeza en uno de mis cuadros.
— Cuidado, Stefan. —lo aparto y miro fijamente. Con el dedo señalo el parche de su ojo. — No sé que le pasó a tu ojo, pero dudo mucho que Luca quiera conservar a un asesino completamente ciego.
— ¿Me estás amenazando?
— Te advierto.
Finalmente me marcho dejándolo solo en el gimnasio. Lo habría matado de no haberme ido y no es el momento, tengo una de las mejores muertes para él, pero aún no es el momento.
Camino hasta la habitación de Lilit, trato de abrir la puerta pero parece atrancada y eso no me da buena espina ¿Es qué no va a dejar de darme problemas?
La única opción es saltar desde el balcón de alado para ver que está sucediendo. Cuando al fin lo consigo después de estar diez minutos asegurando que nadie me vea en estas condiciones, entro en su balcón.
Bien. Parece que no hay nadie con ella, se encuentra sola sentada en la cama leyendo. Solamente ha atracado la puerta para impedir que entre. Una estupidez, pero le dejaré un momento a solas mientras yo sigo averiguando cosas. Han pasado once años y necesito saber si ese chico es mi hijo o si solo es una distracción.
🖤
LILIT.
No puedo concentrarme. Tengo la sensación de que alguien me vigila, pero al girar la cabeza no veo a nadie.
Vale, tal vez solo sea producto del miedo, pero no puedo evitarlo.
Damen sigue siendo el único "lugar seguro" que tengo en este lugar, pero nunca debió besarme. Ya sé que yo misma se lo pedí hace solo unas horas producto del momento, pero pensaba que podría soportarlo y que no sentiria este miedo desmedido. Por un momento, cuando me besó me sentí bien, pero todos los abusos pasaron por mi cabeza, produciendo repugnancia en cada centimento de mi cuerpo.
Todos los que se encuentran en este lugar, o al menos la mayoría han tratado de abusar de mí y la gran mayoría lo consiguió gracias a Luca ¿Cómo pude pensar que Damen "curaría" esa parte rota de mí? Fue una equivocación. Un error que no puede volver a cometerse. Ni siquiera tengo claro si puedo tenerlo cerca otra vez o si sentiré terror de él.
Salgo al balcón.
Hay varios hombres en el jardín y unos adolescentes sentados en la fuente. Mi hermano parece sentirse cómodo con ellos, excepto por como le cambia la cara cuando uno de ellos; el más mayor, se acerca. Su atención se desvía hasta mí cuando mi hermano me mira, el chico me observa hasta que sonríe y termina por saludarme. El segundo chico parece más callado y expectante, como si fuera el súbdito de este.
— ¿Estás bien? —me pregunta Aitor, mi hermano.
— Sí ¿Tú?
mira a su espalda donde estos chicos se encuentran. —Sí. Es raro encontrar chicos de mi edad cerca.
— Si necesitas cualquier cosa, llama a Delko. —pido.
— Estoy bien. —su tono pasa a ser más borde. Todavía no confía en él.
— ¿Quién es Delko? —pregunta el chico oscuro, curioso por saberlo.
— Alguien sin importancia. —contesta mi hermano.
El chico asiente, levanta brevemente su camiseta y deja ver el arma que esconde. No sé porqué razón no creo que tenga buenas intenciones y que sea diferente a todos los que están aquí. Creo que más bien mi hermano debe alejarse de él, pero pedírselo solo arruinaria la poca relación que tratamos de resucitar.
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Editado: 27.06.2023