14.
“La curiosidad mató al gato”
LILIT.
Christian me ha descubierto hurgando entre las cosas de Damen. Esta furioso, desde que me conoció y supo de mi alianza con Damen no confía en mí y tampoco en mis intenciones. No me importa lo que opine y hasta ahora he conseguido tener a su jefe de mi lado, pero ahora no sé cómo justificar esto.
Es más que obvio que quiere que Damen me mate para quitarme definitivamente del medio por alguna razón que desconozco.
— ¿Has visto a Delko? Lo estoy buscando. —pregunto como si nada. Sujeta mi brazo con el ceño fruncido y me lanza a la cama.
— Sabía que confíar en ti era un error.
— Soy una mujer curiosa ¿Tiene eso algo de malo?
— Deja de hacerte la santa conmigo, no va a funcionarte. Conozco a las mujeres como tú y nunca me diste buena espina. —dice. Saca un arma y me apunta con ella. — Vas a explicarle a Delko la razón por la que estabas mirando entre sus cosas.
Me pongo de pie. Sus ojos se clavan en los mios desafiantes, pero no bajo la mirada.
— ¿Vas a dispararme? —pregunto con el ceño fruncido. — Te adelanto que tendrás que hacer algo más que apuntarme con un arma para asustarme.
Trato de pasar por su lado para irme y me agarra del pelo. Puede que mi pequeña estrategia no sea suficiente. No puedo ignorar que también es un asesino y que es obvio que no siente ningún tipo de afecto o pena por mí. Le encantaría ser él mismo quien me quite la vida, puedo presentirlo.
De repente la puerta se abre, Damen nos mira y entra sin más. Observa sus cosas, se sienta en un rincón del suelo y comienza a escribir algo en un cuaderno. La verdad es que no me esperaba una expresión de sorpresa, pero joder ¡Christian me tiene cogida del pelo! ¿Ni siquiera va a prestarnos atención?
— Tú ¿Es qué eres ciego? —pregunto furiosa. Levanta la mirada, mueve la cabeza y devuelve su atención al cuaderno. — Christian quiere matarme y no te inmutas.
— ¿Sabes qué estaba haciendo? Estaba mirando tus cosas y ha visto las fotografías. —explica Christian. — Te dije que tenías que deshacerte de ella. Ahora sabe más de lo que debería.
Damen permanece pegado al cuaderno sin dejar de escribir y sigue ignorando todo lo que pasa a su alrededor. Consigo liberarme de Christian propinandole una patada en la rodilla y me aproximó a él. Puede que con esto esté asegurado mi muerte, pero necesito saber cual es la verdadera razón de su regreso.
Cojo la fotografía de él con esa mujer y se la dejo caer encima de lo que escribe, consiguiendo de esta manera que se detenga.
— ¿Por qué somos casi idénticas? —pregunto directamente— Esa mujer embarazada y yo somos muy parecidas. No la conozco, jamás la he visto ¡Contéstame! —grito.
con toda la tranquilidad del mundo levanta la cabeza. — No tengo porqué explicarte nada. Tú no deberías hurgar entre cosas que no son tuyas y te habrías ahorrado estas preguntas sin respuesta.
— ¿Sin respuesta? No vas a convencerme.
— Te dije que no hicieras preguntas y que no te convirtieras en un estorbo. —dice poniéndose en pie. Muestra la fotografía y me mira con sus ojos ardientes— Olvida esta imagen.
— Vas a contarme todo o te juro que lo averiguaré por mi cuenta.
Mis palabras lo enfurece inmediatamente. Golpea mi cuerpo con la pared y utiliza el arma de Christian para amenazarme. Trato de no sentir temor pero le creo más capaz que al idiota de su amigo. Aunque por mucho miedo que me haga sentir no bajo la mirada y me mantengo desafiante, porque nunca, jamás, tengo que mostrar debilidad ante nadie.
— Christian me ha pedido infinitas veces que me deshaga de ti y yo no he querido hacerlo, aunque me sirvas para algo te mataré sin pestañear ¿Entiendes?
— El anillo que cuelga de tu cuello ¿Era de ella? —pregunto con temor.
— Deja de meterte donde no te importa. —me sujeta de la nuca, hundiendo los dedos en mi pelo y tira mi cabeza hacia atrás. — Lo único que tienes que hacer es buscar la manera de que Luca confíe en ti ¡Lo único!
— Entonces dame algo a cambio.
— Tienes mi protección.
— Tu protección no me sirve de nada si tu intención es matarme cuando ya no te sirva. —contesto con una sonrisa— mejor cuéntame la razón por la que estás aquí buscando venganza.
— Vas a terminar muy mal como sigas jugando a esto, Lilit. Yo no soy Luca —me empuja y mi cabeza es golpeada por la pared— yo no estoy obsesionado contigo.
Mi frente sangra, pero eso no me detiene. Sujeto la fotografía y se la lanzo de nuevo.
— ¿Qué le hizo? —pregunto.
Christian da un paso para acercarse pero él se lo impide poniéndole la mano en el pecho y lo empuja de nuevo a la puerta.
— ¿Qué pudieron hacerle para que alguien como tú este buscando venganza por ella? —de nuevo mi pregunta lo enfurece y acerca. Sujeta mi cara, pone la suya a solo centímetros y aprieta mi rostro. — Conozco a Luca, se de lo que es capaz y no dudo que la mató.
Sus ojos se encienden mucho más, como si estuviera reviviendo lo que sea que le hicieron.
— ¿Por qué nos parecemos? —golpeo su pecho.
— Christian, vigila fuera. —pide con la voz muy ronca.
Aunque no está de acuerdo, se marcha dejándonos solos y eso aumenta mi miedo.
¿Va a matarme? Quisiera descifrarlo, pero no conseguiría saber que esta pensado por mucho que me esfuerce.
— No soy tu enemiga, también quiero venganza. —susurro.
— Vuelve a nombrarla y te mató Lilit, juro que te mataré con mis propias manos. —amenaza soltando mi cara.
— ¿Me besaste por que me parezco a ella? —pregunto pese a su amenaza.
Una carcajada sale de sus labios. Cuando ríe sin explicación puede verse perfectamente que no está bien de la cabeza y que disfruta con el miedo, sufrimiento y que no le pesaría en la conciencia matarme. Deja el arma encima de la cama y se quita la camiseta para ponerse otra. Todo su cuerpo lleno de tatuajes, las marcas que pese a ellos pueden verse en su piel, todo causa más curiosidad en mí a pesar de que quiero mantener toda la distancia que me sea posible con él.
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Editado: 23.07.2025