Shade. (01)

Capítulo 22.

La dama de rojo.
22.

LILIT.

Protegerme.

¿Cuál será la verdadera razón por la que quiere protegerme? ¿Acaso ha planeado algo peligroso y teme por mi bienestar?

Me miro al espejo después de que él me abroche el vestido. Es precioso, pero demasiado rojo para mi gusto.

— ¿No crees qué es demasiado rojo? —pregunto.

— Creo que Luca desea que destaques esta noche. —contesta.

Aparece detrás de mí y mi corazón late con fuerza, empieza a palpitar desbocado y mi cuerpo se enardece. No tengo idea de como consigue provocarme tantas cosas sin tocarme, y me da miedo que tenga razón en lo que dijo. Es posible que sea yo la que termine pidiéndole más y más.

— Solo quiere alardear.

— Tiene con qué. Ahora piensa que estas de acuerdo con él, necesita que todos vean que le perteneces. —dice.

Nuestros ojos vuelven a encontrarse cuando giro mi cuerpo hacia él. Apoyo las manos en el lavabo, doy un brinco y me siento sobre la fría encimera de mármol. Se mantiene inmóvil observándome. Es esa frialdad que reflejan sus ojos lo que me produce tanta curiosidad ¿Cómo puede comportarse así y al mismo tiempo decirme qué quiere protegerme?

Pido que se acerque alargando mi mano, aunque duda, termina acercándose.

separa los labios y respira entrecortadamente. — No hay tiempo. —mira la hora en su reloj. — Luca te hará llamar dentro de poco.

— Solo necesito que me contestes algo.

— Sabes lo que opino de tus preguntas. —murmura.

— Me ha parecido ver preocupación cuando me has visto golpeada. —musito.

— Me ha preocupado más que casi matas a Maxim por tu cuenta.

— Quería abusar de mí.

— Luca te habría castigado de todos modos. —asegura y sujeta mi barbilla. — Para pensar en seducirlo, tienes que ser inteligente y no arriesgarte. Luca pudo pensar que tú querías traicionarlo y no te lo hubiera dejado pasar.

Le aparto la mano.

— ¿Crees qué no soy lo suficientemente inteligente? —pregunto muy molesta.

— Al contrario. Se que eres inteligente, pero a veces te ciegan los remordimientos y puedes equivocarte tomando decisiones.

— No vuelvas a utilizarme para nada. Maxim podría haberme hecho mucho daño.

— Lilit, he tenido a Christian todo el tiempo vigilándote por las cámaras. Si hubiéramos creído que no podrías con esto, no habría permitido que Maxim se te acercara ni un milímetro. —me dice con un tono de voz grueso. — Te dije que nadie volvería a tocarte.

— ¿Por qué razón? —mi pregunta lo incomoda. Sujeto su brazo e impido que se marche. — ¿Por qué no quieres que nadie me toque?

— Porque hemos llegado a un limite peligroso, Lilit. Me he dejado seducir por ti y ahora no permitiré que ni un solo hombre te ponga una mano encima. —trago saliva. Mi cuerpo se estremece y mi respiración se agita. — Te quiero para mí ¿Entiendes?

— ¿Y si yo no quiero ser tuya?

— Mírate —susurra. Pasa la mano por encima de mis piernas, pero sin tocarme y toda mi piel se eriza. — En el fondo ya eres un poco mía.

Joder. No sé como lo hace, pero deseo que me acaricie. Mi cuerpo lo pide a gritos y yo, casi lo grito también. Es una sensación extraña que se apodera de mí y me arrebata el miedo. Solo con su presencia me hace sentir poderosa y me excita. No controlo mis instintos, casi no controlo mi cuerpo, pero mi mente me grita que retroceda, que es peligroso.

Una sonrisa genuina sale de sus labios y los acerca a los míos para hacerme sentir su aliento.

— Todavía no estás preparada. —dice en un murmuro. — Es pronto para que me permitas tocarte.

—Sí... —jadeo.

— Lilit, no sabes como me cuesta contenerme. —confiesa.

Sujeto sus manos y las dejo caer sobre mis piernas. Él sabe que no puede ir más allá y lo respeta.

vuelve a sonreír. — Llevo once años sin tocar a una mujer ¿Comprendes lo difícil qué me lo haces?

— Eres tú quién se acerca.

— Quiero besarte, pero quizás no pueda contenerme y no quiero asustarte. —murmura. Me hace reír lo tierno que ha sonado siendo tan frío.

— ¿Te preocupa asustarme?

— Ya te lo dije. El día en el que me permita perder el control, tú serás la única que me de la orden. —muerdo mi labio. — Si no te hubieran hecho tanto daño todo sería diferente.

— ¿Por qué?

Sus ojos bajan hasta mis labios. De manera leve aprieta mis muslos y también su mandíbula.

— Porque en este momento te estaría haciendo mía. Se oirían tus gemidos por todo el pasillo, estarían golpeando la puerta y aún así yo seguiría dentro de ti, envistiéndote salvajemente mientras esperan. —murmura. El sudor resbala por su frente, mi respiración está desbocada y mis labios se han secado.

— Quizás no estarías obsesionándote tanto. —jadea. — ¿No?

— No me he estoy obsesionando contigo por no poder tener sexo, si no por como eres.

Nuestros labios casi se rozan. No me importaría que me besara, eso lo sabe pero no lo hace para enloquecerme.

Termina separándose de mí y camina hasta la esquina del baño ¿Ahora va a comportarse como un simple guardaespaldas? Entonces me comportaré como su jefa, supongo que es lo que quiere.

DAMEN.

Lilit me saca del baño. Es curioso como le cambia la personalidad de un momento a otro sin sentido alguno. Ya casi es hora de que termine de arreglarse, pues Luca no tardará en venir a buscarla o enviar a alguien en su lugar.

Finalmente sale. Parece que se ha retocado el maquillaje, sus labios se ven distintos ¿El color? Sí, eso creo. Ahora se los ha maquillado negros, eso la hace verse mucho más hermosa y llamativa.

— Lilit. Luca te está esperando. —avisan tras tocar la puerta.

Me mira. Quizás no está preparada para esto, pero tiene demasiada fuerza y se acostumbrará a cualquier adversidad.

Sale dejando alucinados a todos, camina sexy por el pasillo moviendo sus caderas hasta bajar las escaleras. Lo está haciendo para enloquecerme, porque todos la están mirando con deseo. Luca la espera al final de la escalera. Sus ojos se abren completamente al verla, alucinado por lo hermosa que se ve está noche. La coge de la mano y camina con ella al interior del gran salón de la mansión, donde todos los invitados esperan impacientes su llegada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.