La sombra de Novak.
25.
🖤
"No hay espacio para ángeles en el infierno. "
Damen Allen.
🖤
DAMEN.
Con apenas siete años aquel hombre decidió permitirme dormir en una cama por primera vez. Según dijo ya era el momento de premiarme por "mi buen comportamiento" y que si no lo agradecía me haría mucho más daño del que ya me hizo. No me gustaba hablar, tampoco compartir mi tiempo con la figura paterna que a veces se dignaba a ser conmigo. A él le molestaba mi silencio, decía que le parecía demasiado perturbador y pues odiaba mi presencia, casi siempre me encerraba, maltrataba y me usaba para satisfacer sus deseos más oscuros. Cuando cumplí ocho años, no sabía diferenciar la realidad de lo que él me había hecho ver durante tantos años. Cada vez que me despertaba imaginaba como sería su muerte, en que momento lo mataría y de que manera lo haría. Sus maltratos solo alimentaban los pensamientos con los que luchaba cada día, hasta que un día desperté después de que él me hubiera quemado durante horas y sentí que mis emociones se habían apagado.
Ahora entiendo porqué no sentí nada cuando lo maté. Porque desde que tuve uso de razón quería matarlo de la manera más cruel y dolorosa. Ahora entiendo todas esas veces que golpeaba a mi madre hasta dejarla inconsciente. Se casó con ella sabiendo que estaba embarazada de mí.
Siempre fue Luca, siempre. Desde mi primera bocanada de aire fue él.
Solo esperó pacientemente porque sabía que en cualquier momento los maltratos harían el trabajo sucio y así pasó. Siempre supo de mí, siempre. Su llegada al manicomio no fue una simple casualidad, él me buscó, sabía en que habitación encontrarme. La preferencia que tuvo conmigo, la razón por la que me prefería entre tantos, nunca fue por afinidad... Soy su hijo biológico.
— ¡Maldita sea! —grito.
LILIT.
Consigo sacarle la bala. Tomás ha perdido mucha sangre pero aún así no cierra los ojos y se mantiene consciente. Me limpio las manos en el lavabo mientras que mi hermano me mira apoyado en el marco de la puerta. Todo esto le viene grande, él no pertenece a esta mansión, a este mundo y tampoco merece una vida así.
— Voy a hablar con Luca. Le voy a pedir que te envíe lejos de aquí. —digo mientras el agua limpia mis manos.
— Irme no es suficiente, tú te quedas aquí y eres todo lo que tengo. —me dice. No suele hablar de lo que siente y me sorprende que lo este haciendo ahora.
— No voy a permitir que te conviertas en... —una carcajada nos interrumpe.
— ¿En mí? —pregunta Tomás. — Tranquila, para que él pueda ser un poco de lo que soy, debe volver a nacer.
— No estamos hablando contigo. —ataco a la defensiva. Regreso con él y me mira con atención. — Te he salvado, pero no te da derecho a dirigirme la palabra.
Se pone en pie. Aún estando débil parece que no siente dolor alguno. Por las marcas que he visto en su cuerpo y me ha permitido ver, esta acostumbrado a sentir dolor. Camina lento hasta llegar a mi y me mira fijamente, con una amplia sonrisa y avanza hasta la puerta. Justo antes de girar el pomo e irse, se detiene.
— Salvarme no te da inmunidad. No te debo nada, ni siquiera tu vida. —dice. Matías enfurece, lo sujeto y de nuevo Tomás empieza a reír. — No me asustan las amenazas, tampoco me asusta una bala y la muerte no es una preocupación para mí.
Sale de la habitación y un suspiro de alivio sale de mis labios.
— Lilit.
— Te irás. No quiero que pases un segundo más aquí —digo muy seria. — Haz la maleta porque voy a hablar con Luca.
De repente la puerta se vuelve a abrir. Luca aparece con una venda, se percata de toda la sangre derramada en el suelo y entra para seguir observando. Su silencio llega a ser aterrador porque nunca sabes cual será su próximo movimiento. Revisa mis manos, mi ropa y mira también a mi hermano.
— Él no tiene nada que ver.
— ¿De quién es esta sangre, Lilit? —pregunta.
— Tomás estaba herido.
Una ligera sonrisa aparece en sus labios segundos antes de darme una fuerte bofetada que me hace caer al suelo. Matías es agarrado por sus matones y sacado a la fuerza de la habitación.
— Has salvado al chico que me ha disparado e intentado matarme. —levanto la cabeza.
— No sabía, yo solo he ayudado a un chico que se estaba desangrando. No he podido ver vuestro enfrentamiento, estaba en mi habitación ¿Cómo voy a saberlo?
De nuevo me golpea. No esta conforme con mis palabras y ni siquiera quiere creerme. Solo me patea hasta que no puedo levantar mi cuerpo del suelo debido a los golpes. Saca un cigarro, se sienta en la cama frente a mí y mueve la cabeza. Quizás solo esta desahogándose conmigo como tantas veces ha hecho. Lo miro desde el suelo. La sangre que sale de mi boca crea un charco alrededor de mi cara y aunque trato de arrastrarme no consigo desplazarme.
— ¿Crees qué tú también vas a engañarme? —pregunta. Se acerca a mí y me sujeta del pelo. — ¿Piensas qué también permitiré que me traiciones?
— No sé de que estas hablando.
— ¿¡Acaso piensas qué puedes mentirme!? —grita, golpea mi cabeza contra el suelo y gira mi cuerpo para ponerme boca arriba.
Tumba su cuerpo sobre el mío, pasa la lengua por mi cuello y me tapa la boca apretándome con tanta fuerza que me hace llorar del dolor.
— ¿Te lo has follado? ¡Contéstame! —niego con la cabeza.
— Solo lo estaba ayudando. —explico con dificultad.
Sus manos entran debajo de mi ropa y me toquetea hasta herirme. Quiero gritar, pero de nuevo tiene mi boca tapada y lo único que puedo hacer es llorar. Le doy un bocado, pero solo provoco más su ira y me golpea fuertemente en la cara. Muerde mi cuello, disfrutando de todas las torturas con las que está castigándome. Debido a los golpes recibidos a penas puedo moverme o defenderme, aunque trato de hacerlo solo me responde con más golpes e incluso en mis partes mas intimas.
— Tú no eres ella. Tú no huirás ¿Me oyes? —susurra en mi oído.
#6773 en Thriller
#25918 en Novela romántica
romanceoscuro, darkromance sociopata asesinoserial, mafia venganza y poder
Editado: 23.07.2025