"Un parecido inquietante"
26.
🖤
DAMEN.
La llevo hasta la cama, veo su cuerpo y me enfurece ver las heridas, sangre y hematomas. Pese a que la he ayudado no quiere que la toque, solo llora y se lamenta por lo que ha permitido que suceda. No me quiere explicar que le ha hecho exactamente pero no hace falta, su miedo y las marcas en el cuerpo hablan por si solas.
Reviso la puerta. Esta cerrada por fuera y por lo que escucho también esta custodiada por sus hombres. Luca la quiere aquí para terminar lo que empezó.
— Volverá. —dice.
— Lo sé.
— Todo esto por ayudar a Tomás. Luca cree que él y yo tenemos una aventura. —explica con la voz muy ronca. — Teme que huya con él como Dulce hizo.
Eso significa que también ve mucho de mí en Tomás. Lo que me confunde mucho más ¿Es él?
— Dijiste que me protegerías, hicimos un pacto —reprocha tras levantarse. No le importa lo dolorida que se encuentra, quiere verse fuerte para poder creérselo.
— También dije que mi venganza va primero. Estaba haciendo algo muy importante y te advertí que no salieras de tu habitación ¿O me equivoco? No trates de culparme, tú has salido y has puesto tu vida en peligro. —contesto con un tono seco.
— No me arrepiento. Quizás Mateo estaría muerto ahora, sabes que Luca no hubiera perdonado una traición. —se explica.
— Tu hermano no le es útil. Es bueno, algo que en este mundo no es permitido ni seguro ser. Solo sigue vivo para poder chantajearte. Realmente tu hermano estaría muerto de no ser porque tú estas casada con Novak. —mis palabras son hirientes pero ella tiene que ver la realidad. — ¿Quieres ser fuerte e implacable? Pues empieza a aceptar que tal vez algún día tu hermano no amanezca.
— Cállate.
— En el momento que él se convierta en un obstáculo o se entrometa demasiado donde no debe, lo matará.
— Entonces lo mataré.
— ¿Lo matarás? ¿Con lágrimas? Para poder enfrentarlo tienes que dejar de tenerle miedo. No puedes temblar. —le sujeto la cara. — El miedo solo debilita.
— No sabes de lo que soy capaz si Luca toca a mi hermano.
— Quiero ver de lo que eres capaz de hacer por ti. Necesito que cuando esté cerca y tus piernas tiemblen de miedo, saques la parte oscura que tienes dentro y le des la vuelta a todo. Si lloras, él verá que eres débil y puede usarte, pero si le muestras lo contrario harás que se obsesione. Puedes tenerlo en tus manos y nunca más volverás a tener heridas.
— No puedo, tenerle cerca me hace recordar todo lo que me hizo y ordenó que me hicieran. Siento pánico, es superior a mí.
Muevo la cabeza. Saco la pistola y la pongo en su cabeza después de quitarle el seguro. Sus ojos me miran vidriosos, la respiración se le agita y comienza a temblar.
— Si quieres morir, yo te mataré. —le digo.
— ¿Eres capaz? —pregunta y al momento nota lo absurdo de su pregunta.
— Soy capaz de matarte a ti, a tu hermano y a cualquier persona, Lilit.
— ¿Solo tengo qué pedirlo?
Pongo el dedo en el gatillo.
— Sí.
— ¿Por qué? ¿Por qué es tan fácil para ti? —miro sus ojos.
— Porque no siento nada. —contesto.
Pone la mano en la pistola, sus ojos siguen mirándome ahogados en lágrimas y traga saliva. Mi pulso no tiembla, tampoco mi respiración es agitada, ni sentiría remordimientos si en este momento aprieto el gatillo. Ella es débil, vulnerable y una pérdida de tiempo para mí. Sus sentimientos solo perjudicarían mis planes, todo lo que he estado preparando durante años se vendría abajo si permito que se convierta en una distracción. Perdí todo por distraerme una vez, por tratar de convertirme en un hombre sentimental. No habrá una segunda.
— ¿Amaste a Dulce? —pregunta de una forma directa.
— Estamos hablando de ti.
— Tengo derecho a una última pregunta.
— ¿Por qué es tan importante para ti saberlo? —pregunto confuso. Es extraño que su última pregunta no sea sobre algo más importante que mi pasado.
— Contesta ¿Amaste a Dulce?
¿La amé? Verdaderamente no lo sé. Al principio me escapé con ella solo por rebeldía, porque Luca la quería para él pero ella prefirió ser mía. Tal vez su amor me complementó de alguna manera. Me ofreció algo que nunca tuve, que me faltó en mi vida. Me sentía bien con ella, con lo que me ofrecía y con sus palabras. Quise cambiar y convertirme en un buen hombre. Un hombre normal de esos que trabajan en una oficina, cobran un sueldo mínimo y llegan a casa para estar con su familia.
— Es cierto, no puedes amar a nadie. —contesta sacando su propia conclusión. — Si la hubieras amado no lo pensarías.
— No tengo porqué contestar tu pregunta. Solo dime si quieres morir o no, deja de hacerme perder el tiempo.
— ¿Por qué es tu venganza? ¿Una lucha de egos para ver quién es mejor? ¿Quieres qué Luca pague por lo que hizo o quieres matar más gente de la que él mató para encontrarte? —pregunta. — Eres como él. No, eres peor que él. Solo usas como excusa a Dulce para competir ¡Te estás vengando por qué se atrevió a traicionarte!
Sus palabras me enfurecen, pero no calla. Ella ríe, mofándose de sus palabras y frunce el ceño. Quiere llevarme al límite. Busca mi furia, mi desesperación, quiere ver que hay más allá de la fachada que muestro, aunque eso suponga poner en peligro su propia vida.
— Lilit, deja de ponerme a prueba. No siento ni el más mínimo aprecio por ti, mucho menos por tu insignificante vida.
— Pero no puedes matarme. Has podido apretar el gatillo e incluso se te ha pasado más de una vez por la mente pero no has podido. —da por hecho. — No quieres matarme todavía ¿No es así?
— ¿Y según tu hipótesis, por qué no quiero matarte todavía?
Pone la mano en la pistola otra vez, baja el arma y me mira con los ojos ardientes. La furia, el odio e incluso el dolor que expresa con una sola mirada me excita. Supongo que es la razón por la que todavía no quiero que muera y ella lo sabe, es consciente que es la única ventaja.
#6773 en Thriller
#25918 en Novela romántica
romanceoscuro, darkromance sociopata asesinoserial, mafia venganza y poder
Editado: 23.07.2025