Capítulo 27.

"Tentaciones y sucesos inesperados."

27.

🖤

LILIT.

Sus ojos son tan inquietantes que me veo obligada a retirar la mirada. Trato de no mostrar la incomodidad que siento para que no noten que hay algo extraño. Nadie me dijo que Luca tenía un hijo, ni siquiera él lo ha mencionado nunca.

— Te llevaré a un hotel hasta que arreglen el apartamento del que te hablé. —le comenta Luca provocando una reacción inmediata por parte del chico. — Ya lo hemos hablado.

— Papá, quiero ir a la mansión. Tengo buenos recuerdos y allí me siento cómodo.

— Hay problemas que tengo que resolver antes de permitirte volver allí. Ten pacencia, solo serán unos días. —insiste Luca, pero dudo mucho que lo esté convenciendo. — No quiero que aparezcas de la nada y sin avisar ¿Me has entendido?

—Sí.

— Ya sé que no eres nada obediente y que harás lo que te plazca, pero no me desafíes Damon, quédate en el hotel hasta que solucione lo que impide que vayas a casa.

No está nada contento. Parece que tiene mucho más carácter del que muestra pero sabe controlarse y no caer en impulsos que podrían costarle caro. Conoce muy bien a Luca, supongo que sabe que a él no se le debe llevar la contraria ¿También será un abusivo con su hijo?

Regresamos al coche. Damon saluda al chofer, por lo que él me dijo lo conoce desde que era un niño. Luca decide subir al asiento del copiloto para arreglar algo con el conductor de camino al hotel en el que se quedará su hijo.

— ¿No eres demasiado joven para estar con mi padre? —pregunta en un tono muy bajo para que solo yo pueda escucharlo. — Digo, es extraño.

— Creo que es algo que tienes que preguntarle a tu padre. —contesto.

— No me sorprende en absoluto viniendo de él.—ríe.

— Entonces no hagas preguntas de las que ya sabes las respuestas.

— Oh, fría y poco habladora. —agarra su cartera y saca un libro. — Ahora entiendo porqué mi padre decidió escogerte a ti entre todas las demás mujeres.

— Damon ¿Puedo preguntarte algo? —asiente la cabeza mientras lee el libro.

No sé si deba hacerlo, pero la curiosidad no me deja pensar con claridad. Necesito saberlo porque puede que después de unir todos las piezas me de cuenta de más cosas que antes ignoraba.

— ¿Vas a preguntar o seguirás mirándome en silencio?

— ¿Eres adoptado? —mi pregunta lo hace reír.

— No. —responde. — ¿Qué te importa? ¿Temes por la herencia?

— Por supuesto que no, el dinero de tu padre no me interesa. —contesto molesta. Él levanta la mirada y me mira atento. —¿Qué?

— Me miras como si estuvieras viendo un fantasma, tartamudeas, tratas de no cruzar mirada conmigo, apenas me has saludado cuando me has conocido y ahora me haces esa pregunta ¿Qué pasa? —se burla. No se esta tomando nada enserio o eso creo.

No quiero llevarme sorpresas. Se ve que tiene carácter, que es astuto y observador. Su gran parecido no es lo único que se me hace conocido.

Luca nos vigila, él preguntará que hemos hablado y por su cara no le ha hecho ninguna gracia. No mira por el retrovisor, serio, desconfiado, y regresa la mirada a su móvil. Es su hijo, lo más lógico es que esté con él en su regreso y quiera tenerlo cerca, pero no desea tenerlo en la mansión. Damon quiere, desea venir con nosotros pero Luca se niega rotundamente, ni siquiera una cena de bienvenida, él quiere mantenerlo lo más lejos posible.

Parece que han discutido. Yo no he podido verlo porque me ha pedido que me quede en el coche y espere mientras suben a su habitación, pero si he conseguido hacerle una fotografía en los aparcamientos cuando estaban parados hablando. Supongo que Damen querrá ver esto.

Después de casi quince minutos aparece y entra atrás conmigo. Pone la mano sobre mi muslo, cierra la puerta y me mira.

— Quería que te convenciera. —digo. — También me ha llamado interesada en pocas palabras. Cree que estoy casada contigo por tu dinero.

— Perdónale. Tiene un carácter bastante fuerte y a veces exagera con su sinceridad. —aprieta mi muslo. — No te hablé sobre él porque creía que lo conocerías en otras circunstancias.

— Entiendo. De todos modos nunca hemos hablado tranquilamente. —mueve la cabeza.

Siento repugnancia. Trato de apartar la pierna disimuladamente y él me agarra mucho más fuerte. Todavía me duelen las heridas que me ha causado hace unas horas, son un constante recuerdo de sus agresiones y me hace todavía más complicado el hecho de tener que fingir. Luca es un autentico hijo de puta, un loco al que no le importa nada. Capaz de actuar como si nada después de que me ha maltratado y casi me viola una vez más.

Después de casi tres horas llegamos a la mansión.

— Cenaremos con mi hijo a las diez, ponte bonita y te quiero preparada a las siete y media. —deja un beso en mis labios. Giro la cabeza obligada por mis impulsos y él me sujeta molesto. — No vuelvas a negarme un beso.

— Lo siento.

— Compórtate, Lilit. —dice en un tono autoritario.

De nuevo me besa. Lo hace a pesar de que me obliga, ni siquiera le importa.

Damen nos mira desde su balcón mientras fuma un cigarro. Su expresión es seria, su mirada gris me atrapa al instante y me hace sentir un escalofrío que recorre todo mi cuerpo. No bajo la mirada, no pienso volver a hacerlo nunca más. Él mueve la cabeza, se toca la barbilla y de nuevo apoya los codos en la barandilla. Necesito disimular pero no puedo dejar de mirarlo. Cuando me mira me provoca ganas de enfrentarme a cualquier peligro. No me importa nada. Pienso en sus labios, en el beso que nos dimos, en que sin tocarme me hace sentir cosas que nunca antes había sentido y olvido todo el daño que le han causado a mi cuerpo. Su oscuridad me atrapa, me envuelve en un deseo que no puedo controlar, que ni el miedo puede detener. Me aterra que un hombre ponga sus manos sobre mi cuerpo, pero cuando él está cerca pierdo el control. Es cierto, hace salir una versión de mí que no teme nada, llena de un deseo desenfrenado y capaz de todo.