Shadows

CAPÍTULO 18

— ¿No deberíamos ir con la policía? —Volví a insistir. Axel estaba sumido en sus pensamientos y casi no había hablado durante el camino.

—No creo que haga la diferencia en esto, Selene —resopló en una mueca y negó con la cabeza―. ¿Puedo preguntar qué hacías con Seth a mitad de la noche en un parque abandonado?

Pues, si lo pone de esa forma, es obvio que sería una mala idea. Pero, ¿qué hay de la causa? Realmente necesitaba saber que le había sucedido a Ross. Aunque la idea no hubiese sido la mejor... Está bien, había sido terrible pero con Seth las cosas nunca salen bien, ya debería haberlo predicho.

—Salí a caminar ―mentí―. Me gusta caminar en las noches, me ayuda a pensar. Y perdí la noción del tiempo. Para cuando me di cuenta de cuán lejos estaba es cuando hallé a Seth en el parque y esos chicos se nos acercaron.

—No es conveniente caminar a solas en las noches de Ventura, roja, sobre todo por las últimas desapariciones del High —se apresuró a decir Axel en un suspiro—. Anoche desapareció Bruce Nolan, nuestro tacleador estrella, y días antes desapareció...

—Mary Fanning.

—Sí, ella —me dirigió una mirada curiosa—, lleva tres días desaparecida.

— ¿La conocías? Creo que recuerdo oír a Sibila hablar de ella en la playa.

Axel asintió con pesar.

—Por desgracia, sí. Estaba en mi clase de Aritmética.

Aunque no supiera la razón por la que lo hacía, Axel continuaba ocultándome cosas. Estaba segura que había tenido una relación con Mary, pero decidió no decirlo. ¿Cuál era el motivo? Decidí que no preguntaría por ahora.

— ¿Qué sucedió con los asaltantes? ¿Qué les dijiste?

Noté que estaba distraído, observando nuestro alrededor. No era la primera vez que lo hacía, como tampoco lo era el hacerlo frente al departamento.

—Lo que les dije no es lo importante, —comenzó, hablando firme—, sino que sepas que son una banda peligrosa de delincuentes de los que deberías alejarte.

— ¿Qué clase de delincuentes?

Axel resopló con la mirada hacia el volante.

—Ya no salgas sola de noche. No es seguro.

Aquellas palabras sonaron despectivas y alarmantes. ¡Como si yo fuese lo suficientemente estúpida para echarme a los brazos de delincuentes! No necesitaba de nadie para defenderme, aunque no hubiese podido hacerlo esa misma noche, pero no estaba contándola como ejemplo. Había vivido toda mi vida defendiéndome sola de demonios oscuros que me perseguían, podía hacer lo mismo con personas.

—Déjame que yo decida lo que haré o no durante las noches, gracias —repuse algo agresiva, antes de salir del coche. Supe que Axel me siguió por la acera—. ¿Crees que no puedo cuidar de mí, que te necesito para salvarme? ¿Quién diablos te crees que eres para decirme lo que puedo y no puedo hacer?

Mi pulso temblaba y me hacía cosquillas en el vientre. Estaba cabreada y no tenía tiempo para pensar lo que decía.

—Ey, tranquila...

¿Quién demonios le dice a una persona alterada, que se calme? No voy a calmarme sólo porque Axel lo diga, y de todas formas, ¡estoy calmada!

»Sólo quiero que entiendas el peligro que corres, Selene... Tú no entiendes...

No iba seguir de pie escuchando cómo me trataba como a una niña pequeña. Atravesé el porche y coloqué la llave en el momento en que Axel tiraba de mi brazo hacia él. Sus ojos miel brillando suplicantes.

—Ellos vieron tu rostro, ¿puedes entenderlo? Y tú los viste a ellos, no imagino que tarden demasiado en saber dónde vives.

—Ellos saben mi nombre también. Me lo preguntaron pero... no les hacía falta, sabían mi apellido de todos modos.

Axel resoplé en una mueca y tiró más de mí, envolviéndome en sus brazos. La sensación de calma y serenidad me embriagaron. Tenía ese poder, esa habilidad para cambiar irreflexivamente mis cambios de ánimos a su parecer.

―Estarás bien ―susurró muy cerca de mi oído. Escalofríos me recorrieron completamente.

¿No estaba enojada antes? Ni siquiera recordaba mi apellido en ese momento.

»No le hables de esto a nadie, ¿de acuerdo? Y también me refiero a Ariadna, mucho menos vayas con la policía o podrías empeorar las cosas.

— ¿Más de lo que ya lo están? —Me aparté para mirarlo. Dios, sus bonitas facciones no podían ser reales—. Ellos me conocían, por eso se acercaron desde el principio. Querían algo que no supe interpretar pero...

—Ellos venían con Seth, Selene —me interrumpió con enfado—, son amigos.

—Pero si ellos aparecieron después —recordé—. Además, Seth les estaba dando una paliza cuando las cosas se salieron de control. En serio la pelea fue... increíble, muy violenta sin duda. No parecían ser sus amigos, yo jamás he peleado de esa forma con Ari.

— ¿Dices que él te defendía de ellos? ―Asentí—. Llegaron después de que lo encontraras en el parque abandonado. —volví a asentir—. No comprendo entonces —Axel bajó la escalinata, reflexivo, sin observar demasiado dónde pisaba—. Si Seth no llegó con ellos al parque cuando tú llegaste, tal vez sea porque estaban... —Se giró bruscamente—. ¿No te estaban siguiendo?

—No, no definitivamente no había nadie con nosotros cuando llegamos...

—Aguarda —interrumpió Axel—, dijiste que lo encontraste ahí, Selene.

―Es que en realidad... él sólo...

— ¿Él vino a buscarte?

No respondí. Es decir, ¿qué podía responder? Axel se enfadaría por haberle mentido antes pero, de todos modos, ¿por qué me preocupaba?

» ¿Qué haré contigo, roja? ―ahuecó sus manos en mis mejillas y esbozó una mueca ladina―. Cada vez que digo algo pareciera que escucharas sólo la mitad de las cosas. O no escuchas realmente. Siempre pareces un paso delante de mí, cuando creo que te alcanzo te me escapas al instante siguiente.




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