Shadows

CAPÍTULO 24

—Estarán interrogándolo sin descanso ahora tras su aparición —comentó Axel. Me llevaba a mi departamento en su Honda rojo―. Siento por todo lo que va a pasar mientras dure el circo. Lo vi muy mal y de seguro le tomará mucho tiempo asimilarlo todo.

—Hablas como si supieses qué le sucedió exactamente a Bruce; como si alguien le hubiese hecho pasar por todo eso.

—A estas alturas las cosas no se ven como se veían antes, ¿no es así? Además tú misma lo dijiste, algo o alguien está lastimando a los estudiantes de Ventura. De todas formas, deberías alegrarte porque él regresó con vida.

—Me alegra que haya vuelto sano y salvo. Sé cuánto sufrieron Lori y Benji cuando desapareció ―expliqué―. Sólo intento descubrir qué le sucedió a él y a los otros que no tuvieron su misma suerte. Todos tienen una conexión.

— ¿Una conexión? ¿Eso lo descubriste en tu investigación? —Inquirió el rubio con altanería, pero de inmediato arremetió—. ¿Por qué te interesas por lo que sucede en Ventura? ¿Hay algo especial por lo que estés haciendo esto? ¿Sabes algo más…?

—No hay algo especial. Sólo quiero entender qué está pasando y si puedo ayudar, eso haré. No puedo vivir con la idea de que cualquier día Ari puede desaparecer y ya no volveré a verla o que alguien más lo haga… No puedo. He visto demasiado dolor en este lugar, ¿cómo puede no afectarte todo lo que pasa?

— ¿Por qué siempre estás subestimándome, roja?

—No es eso…

—A todos les afecta de maneras diferentes, roja. Es difícil de explicar para alguien lo que vive cada día de su vida entre el bosque y la costa. Estas personas acostumbran a vivir de este modo y el miedo los tiene cegados de alguna forma. No es su culpa, es lo que hacen sus emociones manipulables —dijo él en calma.

—No es lo que yo quería decir, te lo aseguro, Axel. Es que… no puedo comprender cómo es que todos aquí fingen que nada sucede. Es decir, un día desaparece alguien, aparece muerto al otro y el ciclo continúa como si…

—Tres días. Los cuerpos aparecen tres días después de su desaparición.

— ¿Siempre? —Él asintió. Fruncí el entrecejo—. Pero entonces no tiene sentido, ¿no lo crees? Que se respete un patrón en los suicidios, Axel. ¿Cómo puede ser que la policía no note nada aún? Debemos hacer algo, o, ¿qué tal si hablamos esta noche con Bruce? ¿Lo conoces? Seguramente sabes dónde vive…

—Roja —Axel interrumpió—. Realmente dudo que podamos hablar con Bruce después de todo lo que ha vivido los últimos días. No tienes idea… no tenemos idea por lo que ha pasado.

—Pero podríamos intentarlo. Estoy segura que él quiere ayudar a evitar que alguien pase por lo que pasó él también, ¿no?

Axel retrocedió a su asiento y exhaló lentamente, cavilando. Mientras, yo, intentaba comprender por qué le había dado protagonismo en mis pensamientos.

Me contradecía todo el tiempo, porque no podía aislar mis estúpidas emociones latentes cuando Axel estaba cerca. Me distraída, variaba en reflexiones y buscaba su atención inconscientemente.

Axel aparcó a un lado del camino frente al departamento y un resoplido escapó de sus labios.

»Tendría que ser a media noche. Para asegurarnos que la policía haya abandonado el hospital y no intenten detenernos de buscar la información.

—Tal vez no podamos ni siquiera hablar con él, digo, podría estar sedado. Pasó mucho tiempo sin comida en el bosque —advirtió Axel.

—Es una posibilidad, pero, tal vez tengamos suerte y podamos descubrir qué le sucedió.

—Roja, estás sospechando de una persona en esto, ¿no es así? Por eso te interesas tanto. Ya tienes una idea de quién puede ser y no lo has mencionado aún.

—Tal vez estoy cerca.

—No eres investigadora, recuérdalo. Tal vez encuentres cosas que no puedas olvidar. Tal vez te expongas a más peligros de los que imaginas. Estamos guiándonos por una suposición que tienes. Imagina por dos segundos que estés en lo cierto, que alguien esté detrás de todos esos suicidios de alguna forma; ¿has pensado que podría estarte guiando hacia una trampa?

Pasé saliva. Si tenía razón y Axel estaba ocultando algo, tenía sentido que —fingiendo ayudarme— me estuviese guiando hacia una trampa.

—Podría caber esa posibilidad ―respiré hondamente―. Tienes razón, no debería hablar con él esta noche. Tal vez no sea buena idea estar al pendiente de todo esto…

—Estás intentando desplazarme nuevamente de todo, ¿no es así? ―Lo enfrenté directamente a sus ojos―. Roja, te conozco, ¿crees que podría creerte si me dices que vas a darte por vencida si se trata de seguir o investigar la vida de alguien?

» ¿A quién le dirás? ¿A Ariadna? Ella no podría ayudarte más que yo en esto. Además, tiene una salida con Logan esta misma noche y tú necesitas respuestas hoy mismo. ¿No es así?

¿En serio estaba siendo tan transparente con él? Axel realmente notaba cada detalle de mi personalidad. Debería sentirme halagada ―creo, pero me sentía perturbada por su atención.

—No sabía que Ari salía hoy. La verdad es que no quiero incluirte en esto y tú lo dijiste; podrían estar guiándome hacia una trampa.

—Selene. —me tomó del mentón atrayendo mi atención a sus ojos melosos―. Tú puedes confiar en mí.

Y asentí a eso completamente convencida de que los frenéticos latidos de mi corazón estaban dirigidos hacia él, hacia su cercanía y a los palpitantes labios carnosos que me aseguraban que estaba a salvo con él.

Me acercó apenas hacia sus labios y fui yo quien los buscó en un contacto más íntimo. La impaciencia me abordaba y sentía que necesitaba hacerlo para pactar mi confianza con él. La calidez se plantó en mi interior y me sentí poderosa, viva. Era inexplicable la emoción que despertaba en mi interior, como si de un choque eléctrico que me dejaba atontada en medio del beso, se tratara.




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