Shaken

Vuelve el gran Sam

Probablemente ahora crean que soy un mujeriego, patán e imbécil chico de 25 años que usa a las mujeres como objetos sexuales y las ata a su personalidad aprovechándome de su inocencia, pero no, no, no, no; ese no es el Enzo que soy.

No soy un buen seductor en realidad, suelo ser muy seco con las mujeres y la única relación que he mantenido de este tipo ha sido con Amelia, salimos durante el verano antepasado y rompimos, fue una linda y tierna relación de tres largo meses; sin embargo ella es tan cabeza dura que no pudimos dejarlo por la paz, así que comenzamos una relación de sexo sin compromiso para que ella “no resintiera” tanto mi ausencia. Amelia no ha sido la única chica en mi vida, pero es la actual y me parece importante hablar de ella por eso.

Tengo una vida relativamente cómoda, no vivo en un pent-house en N.Y pero tampoco vivo debajo de un puente como indigente. Soy diseñador de logotipos, o al menos eso es lo que tengo que decir cuando, en medio de una cena familiar, me preguntan a qué me dedico. Me gusta pensar más que soy un artista que ayuda a las personas a comunicar lo que sienten mediante imágenes, aunque a veces la gente tenga cosas imposibles de expresar.

No soy una persona particularmente sociable, pero tampoco soy un antisocial que odia a la gente y quiere llegar a balacear su oficina. Los amigos que tengo los puedo contar con los dedos de una sola mano.

Organizo la cocina rápidamente mientras reflexiono todo lo que soy hasta ahora, Amelia ha dejado un desastre como de costumbre. Lo bueno de mi trabajo es que no debo ir todos los días y cumplir un horario, nos manejamos por proyectos y recuerdo que el proyecto de la clienta jirafa ha quedado resuelto justo ayer.

Miro el reloj, once cuarenta y cinco de la mañana; creo que puedo darme el lujo de faltar a la oficina hoy. Comienzo a googlear cosas interesantes que hacer un miércoles por la mañana y ciertamente no hay mucho de donde escoger. Estoy por rendirme, cuando el teléfono comienza a sonar, es inusual que mi teléfono fijo suene ¿Quién coño usa teléfono fijo en este año?

-Señor le llamamos para informarle… que estoy en su ciudad-reconozco esa voz en seguida, es Sam; mentiría si digo que no siento una picazón en el pecho, ligeramente parecida a la emoción.-Viejo han sido casi tres años los que llevo sin verte, vayamos a cenar.

-¿Cenar? Vamos anciano, vamos a beber hasta olvidarnos de quienes somos-respondo.

-Mierda chico, no has cambiado nada.- escucho su risa.- Pero esta vez es diferente Enzo, quiero que conozcas a alguien.- escucho una voz en el fondo.

-Diablos, le han puesto la correa al gran Sam.- digo gritando.- ¿Quién ese a domadora?

-Vamos a cenar y la conocerás.- su voz suena emocionada.

-Te parece a las diez en “The Magic”.

-Perfecto, queda cerca de donde me hospedo.- hace ese chasquido doble con la lengua que significa que el tema queda zanjado.- Debo irme, aún debemos desempacar.

-Perfecto Sam, es una alegría saber que sigues vivo.- digo con un tono de ironía.

-No te libras de mi tan fácil Enzo.- cuelga la llamada dejándome con media sonrisa.




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