Shaken

Prefacio.

En algún momento pensé que mi vida cambiaria por completo, pero no sabía que tenía que arriesgar todo como para intentar ser feliz, supongo que tampoco creí que me rebajaría a tal grado como lo estoy haciendo ahora. Dispuesta a abandonar todo, mi familia, mi trabajo, mi hogar, mi estabilidad emocional, mi cordura, lo más triste es saber que todo depende de una noche, una noche en donde espero que todo cambié para mejor, una noche que me obligue a quedarme, a sonreír, a pensar que todo lo que paso fue un mal sueño y sigues aquí.

Sentada en la mesa de la esquina del bar que frecuentábamos, esperaba que llegaras, sabía que estarías aquí está noche, estoy nerviosa, pero todo nerviosismo se convirtió en emoción cuando te vi entrar por la puerta ¿por qué eres tan sexy? Creo que no puedo olvidar tu cuerpo sobre el mío, pero ¿qué pasa? Estoy paralizada, quiero llorar ¿Quién es esa chica a tu lado? ¡Demonios! Ella te mira como yo solía hacerlo. ¡Esa sonrisa! Pensé que solo me sonreías a mí de esa manera. ¡Por Dios! Ella te está sosteniendo en mi lugar, desde la esquina del bar observo un beso, pero no son mis labios ¿acaso ese es tu tipo? Esto se siente como si alguien más estuviera viviendo mi vida. ¿Cómo se hizo tan tarde? Ahora te vas, pero te giras a verme, te juro que trato de mantener una sonrisa, pero intentando no llamar tu atención, te confieso que me estoy rompiendo. Estoy alterada.

Dos años maravillosos se acaban de desvanecer al verte salir del bar, lo intenté todo, pensé que las cosas serían mejor al darte tu espació, pero ahora entiendo que nunca fui lo que realmente quisiste, no sé si lo hiciste a propósito, no sé si fue tu salida más fácil, pero rompiste por completo mi corazón. Esto era lo que realmente necesitaba para saber si comenzaría de nuevo, no sé si lo hare.

- ¿Estás bien? – preguntó Marcos con preocupación –. ¿Qué fue todo eso?

- Supongo que su forma de decir “adiós” – dije con una sonrisa mientras limpiaba las lagrimas que corrían por mis mejillas –. Espero tener la oportunidad de verte otra vez.

- ¡¿Qué?! – preguntó el chico sorprendido –. ¿Te vas?

Con una sonrisa, saqué de mi abrigo aquel par de argollas, di el ultimo sorbo a mi vino, coloqué las argollas sobre la mesa, le sonreí a Marcos y salí de aquel bar que había cambiado por completo mi vida…



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En el texto hay: amor, romancedrama, jefa

Editado: 01.06.2019

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