BONITA
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; no lo hice.
No lo hice porque en este lugar, nadie podía decirme que hacer.
Aquí, simplemente era libre y podía tomar mis propias decisiones a mi propio juicio.
Sin que me juzguen.
Sin que me dañen.
Le devolví la mirada a la chica sentada a mi lado, algo vacilante pero manteniéndome firme.
Era extrañamente bonita.
Sus ojos verdes eran redondos y sus pestañas onduladas los decoraban a su alrededor. Tenía un cabello color miel que rozaba sus hombros y sus labios eran del mismo color del durazno que estaba en su mano.
El tono de su piel y de su mirada combinaba con el color de su uniforme, Slytherin.
—Bien, comienzas a asustarme —me dijo, volviéndose hacia él frente.
Me encogí de hombros— Todos me temen. Es normal.
—¿Todos?
—Si. Todos.
—Espera —soltó de repente, casi asustándome por la golpiza de su voz—. Eres a quien golpee sin querer en el tren ayer por la mañana.
Oh, entonces ella había sido.
Quizá debí mirarla antes.
—Jamás te había visto —comentó, tomando una pila pequeña de libros frente a ella.
¿Jamás me había visto? Era imposible.
—Soy Drac -
Pero ella se había ido.
Su melena se movía al ritmo en que su cuerpo corría fuera del gran comedor.