MIEDO
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; debía decírselo.
Porque ella me entendería, después de todo, vivimos la misma vida.
Sufrimos los mismos daños.
Caminando rápidamente llevé a Pansy y a Blaise a la Sala de los Menesteres, guiándolos entre cada objeto viejo y desgastado hasta llegar ahí.
El armario.
Llevaba semanas viéndolo y todavía no lograba ningún avance.
Comienzo a pensar que será mucho más difícil de lo que él dijo.
—¿Qué es esto? —preguntó Pansy.
—Un Armario Evanescente.
Blaise fue quien habló ahora— ¿Es por donde ellos entrarán?
—¿Ellos? —se congeló la azabache— ¿Quienes son ellos?
—Los Mortífagos —solté.
Noté que ella estaba asustada— ¿Qué?
—Planean venir aquí —le respondió Blaise—, eso... si Draco logra reparar el armario.
La desconfianza en su voz no fue algo que yo pudiera juzgar.
Yo tampoco confiaba demasiado en mí.
—¿Qué ocurrirá entonces? —murmuró Pansy, llevándose una mano a los labios.
—Ellos atacarán —susurré—, y después vendrán por más.