ASFIXIA
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Había llorado antes.
Cada noche.
Pero nunca lo hice como ahora.
Mis ojos no pueden contener las lagrimas y mi pecho apenas contiene mis respiros.
Cada bocana de aire es una que me asfixia.
Me ahoga.
Y no puedo parar.
No puedo respirar.
No lo hago hasta que me logro calmar.
Es cuando cierro los ojos y trato de dormir.