Primeras palabras del autor

Estuve de pie en frente de una ciudad abandonada.

Vi algunos pilares hundidos en la tierra y llenos de maleza. Y en igual estado sus casas.

Aunque la ciudad era grande como yo estuve apreciando. Todo el lugar estaba lleno de hierbas y no había nadie.

En eso vi, una nave surcar los cielos como buscando algo.

Era un dirigible de color amarillo en la parte superior y en la parte inferior, donde debía estar alguien manejando, era de color verde.

Adelante mío, aunque no era mucha la distancia de donde yo estuve, vi otra gigantesca y amplia maquina en forma de aeronave o nave espacial de color blanco.

Alrededor de su cuerpo; había unas pequeñas, pero muchas ventanas.

Esta extraña máquina estaba parada sin hacer ningún movimiento o ruido, estaba quieta como una torre. Pero esta era mucho más grande e importante, así lo percibí desde donde estuve de pie. Y tampoco vi a alguien dentro o por los alrededores.

La curiosa nave antes mencionada de color amarillo y verde de cuerpo ovalado, aun volaba por los alrededores. Vi que llegó hasta unas nubes en formas extrañas.

Está se acercó a ellas y aparentemente, las nubes que parecían cubrir algo, se alejaron e hicieron ver que dentro había algo escondido; una especie de Coliseo en las nubes, es lo primero que me vino a la cabeza. Y a pocos metros a sus lados; unas grandes e interesantes edificaciones oscuras.

A pesar que no tengo conocimientos en el campo de la arquitectura. Percibí que esas maravillosas construcciones debían guardar dentro de sus puertas algo importante, para que yo quisiera estar allá, en sus avenidas y ver que había por dentro y fuera.

Por lo que miraba; eran asentamientos de una ciudad que alguien como yo, no debía caminar, así lo sentí.

Mientras veía lo que estaba apareciendo dentro de las nubes.

La extraña maquina blanca; se elevó sin previo aviso hacia ese lugar.

Sin hacer ningún ruido, este surco los cielos en dirección recta, para entrar en medio del Coliseo y acoplarse perfectamente a él (Coliseo; así lo llamé, por no encontrar la palabra correcta para lo que vi).

Mientras miraba al cielo asombrado por este increíble acontecimiento, no me moví de donde estuve, solo volví mi mirada a los cielos.

En ese momento, a pocos metros de distancia, a la parte derecha en donde antes estaba posaba la maquina desconocida.

Vi aparecer primero una cabeza inmensa, levantarse por debajo del risco.

Una escultura de una mujer, girando a su izquierda, está se movía pacíficamente, pero siempre en su mismo sitio levantándose hacia arriba.

De pronto, en un abrir y cerrar de ojos; estuve en la parte superior, en donde antes había visto aparecer en las nubes, otra ciudad.

Ahora estando ahí; vi con más claridad el supuesto Coliseo frente a mí.

Esta estaba hecha de piedra de color amarillo oscuro, con detalles magníficos labrados por algún escultor.

Aunque viéndolo bien, no estaba hecho sólo de piedra, sino también de algún metal que no conocía.

En su frente estaba cortado desde la parte superior hacia abajo en forma de "V", levemente ondulado hacia los extremos.

Aunque este no era exactamente un Coliseo, se veía así.

Para mí era una estación de la nave blanca, que antes vi acoplarse aquí. Era tan extraña verla cerca y saber si es que existe; debía ser algo muy lejano y fuera de mi tiempo de donde yo pertenezco. Que no puedo explicar con mis palabras.

Miré alrededor y a diferencia al nivel anterior en donde estuve.

Este parecía tener vida por los alrededores, porque no había nada abandonado o descuidado. Aunque tampoco vi a alguna persona.

Sus calles estaban hechas de cuadradas piedras amarillas y oscuras del mismo color del Coliseo, de una misma figura simple, parecía ser un mono erguido de lado. Pero bien tallada en la misma superficie, para que no sea resbaloso al caminar.

En ese momento, vi llegar un gran pilar blanco que llamo toda mi atención.

La misteriosa maquina blanca antes mencionada, que vi acoplarse a este sitio. Acababa de llegar.

Vi primero aparecer su punta por medio del coliseo, luego toda su gigantesca estructura por completo, hasta quedar al nivel en donde yo estuve.

Todo esto sucedió sin que hiciese algún ruido molesto.

Fue como cuando soplo levemente con mis labios.

Es todo lo que vi, en el más grande sueño lucido que jamás haya tenido.

Lo último que recuerdo:

Fue aquel dirigible seguir volando muy por encima de mí, como antes lo vi. Para descubrir nuevamente dentro de las nubes; construcciones bellísimas de otra ciudad desconocida y en esta vez una imponente, que nunca había visto... para luego despertar en mi cama en el día.

En mi gran curiosidad y en mis desesperados deseos de regresar a ese lugar para seguir mirando, volví a cerrar mis ojos para continuar con ese impresionante sueño. Pero fue en vano, ya no pude volver allá.