Sherezade

Parte 3

Damian no podía dormir, respirar, comer, no soportaba más aquella espera, ese maldito teléfono jamás sonaría. Dos días habían pasado desde que su amigo partiese sin llevarlo a pesar de su alocada insistencia. No lo soportaba más, debía irse de allí o se volvería más loco de lo que ya estaba. Tomó sus llaves y se encaminó hacia la puerta de salida. Está se abrió antes de que él pudiera tocarla. Yamil se apersonó frente a él con semblante cansado y preocupado.

_Dime que todo salió bien por favor-suplicó Damian.

Yamil cerró la puerta y camino despacio hacia la sala. Se sirvió un vaso de whisky que tomó sin respirar en silencio sin mirar a su amigo _Yamil por dios!-grito impaciente Damian.

_Está en la casa de verano...-Damian cerró sus ojos y abrazo a Yamil. Intentó salir corriendo pero Yamil lo detuvo.-Espera Damian, debes saber algo antes...

Damian giró mirándolo con desesperación.

_Ella no es la misma, sufrió demasiado...su rostro...su rostro fue lastimado...y sus ojos, sus ojos cegados está ciega Damian...

Damian se paralizó sus oídos se cerraron no quería escuchar mas solo deseaba verla, abrazarla besarla, no importaba nada más.

_Damian ¿escuchas lo que he dicho?- preguntó desesperado Yamil ante la extraña actitud de su amigo.

_Solo quiero verla…-Respondió atontado aún por los acontecimientos, no importaba nada más, si solo le trajeran su corazón el querría abrazarla.

_Ella casi no habla Damian...solo pide morir.

_No!, nada de eso me importa, nada._ Salió corriendo sin importar que la lluvia que desde la mañana amenazaba en una feroz tormenta se desatará y el viento lo empujara hacia atrás.

_Damian espera!-grito Yamil, pero la desesperación de Damian no le permitía escuchar.

Corrió sin aire, sin vida, con odio, con rabia. Llegó hasta el porche de la casa del jardín y un guardia lo detuvo.

_Ni se te ocurra, quítate-le dijo con ojos de fuego e ira.

El guardia lo apunto con su arma, nada le impediría dispararle, no tenía idea de quien era.

_Baja el arma, déjalo pasar-dijo Yamil casi sin aire detrás de Damian. Entraron, Yamil lo detuvo.

_Espera hombre, espera, ¿qué crees que haces? ¡te presentarás así después de todos estos años, en estas condiciones? y ¿qué dirás?, ¿dime? ¿Solo piensas en ti? ¿Qué hay de ella? Está confundida, no comprende, deja que su mente y sentimientos se estabilicen, deja de ser egoísta por favor, no pienses sólo en lo que tú quieres o sientes...

_Yamil...Suplicó Damian sintiendo que su cuerpo convulsionaba por el llanto.

_¡No Damian! por una vez en tú vida escucha lo que te digo, hoy no es el momento de que la veas...

Damian meneo el cabeza desahuciado, se derrumbó al piso doblando su cuerpo arañando las finas cerámicas que contenían os golpes que su rabia enloquecida se desato sobre estas. Suspiró, se puso de pie y miró a Yamil a los ojos.

_Solo déjame verla a la distancia, no notará mi presencia._ Casi le imploró.

Yamil tomó de los hombros a su amigo, lo entendía demasiado. _Ven pero prométeme que no emitirás un sonido.

La habitación estaba en penumbras, una dama de compañía estaba junto a ella que recostada en la cama parecía descansar. Un velo negro ocultaba la mitad de su rostro, podía percibirse su extrema delgadez. Damian sintió que su corazón se descontrolaba, ¿cómo evitar no correr abrazarla? Su Pequeña Yamileth...tan frágil, víctima de la crueldad sin razón del mundo...

Yamil dejó que su amigo llorara en ese silencio que solo entienden las almas.

Yamil miraba la lluvia desde los ventanales del piso superior. Cada gota de lluvia que tocaba los cristales parecía abrir caminos que convergían hasta unirse, posiblemente pensó, así es la vida. No podía quitar de su cabeza la mirada sin luz de la princesa y su desesperación sumida en una oscuridad infinita de la cual casi no tenía memoria. Haría hasta lo imposible por ella, su rostro de facciones exóticas sería puesto en manos de los mejores cirujanos y sus ojos sus bellos ojos...
_ ¿Estás ocupado? _pregunto Sherezade al entrar y ver a su padrino absorto en sus pensamientos.
_Para ti jamás pequeña_ le dijo abrazándola
_ ¿Algo sucede ?_
_Cansancio mi reina solo eso...
_No me engañas...Hay alguien en la casa de verano hay guardias montados ahí
Yamil la miro seriamente.
_ No has ido allí ¿verdad?
_Fue de casualidad mientras cabalgaba, pero algo pasa, no tienes secretos conmigo.



#43954 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, amistad

Editado: 18.02.2021

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