She's sweet but a psycho

Capitulo II: Momento trágico

Contemplo por última vez su hogar. Aquel lugar en el que había habitado toda su vida, sus mas vividos recuerdos se encontraban allí. Lo observo con nostalgia, marcharse de su hogar era algo que la entristecía. Toda esa tristeza tenia que quedar en un solo lugar. Recordó el sufrimiento de sus enemigos, la tortura que causo en cada uno de ellos, la sangre que emanaba de sus venas le fascinaba. Su nombre lo llevaría hasta lo más alto y no dudaría en destruir a los que se cruzaran en su camino. La sirena de un auto de policía se escuchó a lo lejos, la habían encontrado. Sin duda los vecinos habían llamado a la comisaria. El repugnante olor a cadáver los había alertado.

En un instante se dirigió a la cochera, encendió su camioneta y se marchó de aquel tétrico lugar.

Un pequeño cruce a través del bosque la llevaría al pueblo más cercano, Passo del Cirone, un pueblito al sur de Italia en el que no tendría sospechas. La muerte de su familia seria historia y quedaría en el pasado, así como paso con su madre.

Al surcar el pequeño bosque de Cirone, los cuervos graznaban causando pavor en la joven, prefirió concentrarse y manejar con cuidado. Pincharse una llanta en esta parte del bosque seria de muy mala suerte, nadie podría auxiliarla si algo le llegara a pasar.

Su arma homicida la había olvidado en su recamara, se encontraba completamente desarmada, nadie podría salvarla de aquel tétrico y desolador bosque.

Detuvo el auto y busco en el portamaletas algún arma corto punzante que le sirviera de ayuda, en alguna ocasión si algo malo ocurría, había que estar preparado en este lado del bosque.

Encontró una pequeña navaja de primeros auxilios, la tomo y subió al auto. Al llegar a Passo del Cirone, las miradas indiscretas de sus habitantes la acechaban, era un pueblo tan pequeño, con mentes tan absurdas. Que una nueva persona en su pequeño paraíso la consideraban una completa amenaza.

Tomo su teléfono mientras conducía y busco en su GPS un lugar donde podría pasar la noche y ocultarse sin causar sospechas. Unos vigilantes le ordenaron detenerse, la joven trago saliva con dureza, su celda estaba cerca. Si aquellos policías descubrían que ella era la asesina de aquel sangriento crimen, seria llevada a estancias legales, terminaría siendo juzgada y enviada a una cárcel de máxima seguridad donde talvez la condenarían a muerte. Lía estaciono su camioneta con mucho cuidado, oculto su teléfono en su bolsillo y bajo la ventanilla del vehículo.

-Buenos días señorita- hablo el oficial acomodando sus gafas- Sus papeles de conducir por favor-

-Aquí están- respondió la joven- Sus manos no dejaban de temblar. El agente noto su nerviosísimo y le pregunto qué ocurría. Una actitud de ese tipo, en una joven desconocida en este pueblo le resultaba muy misteriosa. Lia decidió tranquilizarse y explicarle lo que ocurría-

-Tengo un fuerte resfriado, eso es todo- respondió la joven-

-A unos pocos metros hay una farmacia, ahí puede comprar su medicamento- dijo el hombre con una sonrisa-

-Muchas gracias- agradeció la joven-

El varón le entrego sus papeles, sin embargo para aquel hombre su apariencia le resultaba familiar, detuvo a la joven antes de que se marchara.

Lía se ajustó sus lentes y observo al hombre con total preocupación. El agente saco de su bolsillo una fotografía, se la tendió a la chica y ella la observo con detenimiento. Era Lía. En la fotografía se podía observar a una joven con una gran sonrisa abraza junto a su madre.- Esta imagen la hallaron en mi casa. No perdieron su tiempo detectives –pensó ella-

-La conoces?- dijo el hombre-

-No- respondió la muchacha- No la he visto

-Si la llegas a ver, por favor no dudes en contactarnos- le entrega un pequeño papel a la joven- Es el número de la comisaria-

-Porque la están buscando? Acaso está desaparecida?- pregunto la joven con curiosidad-

-Esa joven está siendo buscada por las autoridades, se llama Lía, la tachan de criminal. Hallaron en su casa restos de cadáveres y cuerpos humanos. Y tras su inesperada desaparición todas las evidencias la incriminan a ella. Tan solo tiene 18 años! No entiendo que ocurre con la juventud de hoy en día. –añadió el hombre-cada vez están mas dementes! Si llegas a verla por favor, avísanos. Se está ofreciendo una jugosa recompensa. Tener a una criminal así rondando las calles, es como condenar al mismo diablo.

-Te puedes ir, maneja con cuidado- comento el agente-

Lía encendió su coche y se marchó de aquel sitio. Ese hombre casi la atrapa, su crimen estaba expuesto. Su vida corría peligro con la policía acechándola. Tenía que huir de allí lo más pronto posible, ese pequeño pueblo no podía ser su hogar.

Su GPS la guió a un pequeño edificio, tomo sus cosas y bajo del vehículo. Se acercó a la pequeña puerta marrón, un hermosos jardín decoraba el porche de la adorable vivienda, aquí no causaría sospechas. Una anciana con una gran sonrisa salió a recibirla.




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