She's sweet but a psycho

Capitulo IV: Todo reina, tiene su inicio

Después de unos minutos la joven llego al aeropuerto, le cancelo al chofer el valor de la carrera, tomo sus cosas y bajó del vehículo.

Ya no tendría más ataduras o problemas que la atormenten, tomaría ese vuelo y su mayor tormento acabaría. Sus documentos falsos le resultarían de gran ayuda, gracias a su mejor amiga, ella la había salvado de todas esas veces que estuvo en peligro de ser descubierta, la última vez que la había visto fue hace ya varias semanas, era hija única de unos acaudalados banqueros de Italia. Sus familias eran muy unidas debido a que las jóvenes estudiaban en la misma preparatoria. Era su única compañía, despedirse de ella le costó tanto. Su tío le había prohibido acercarse a la joven. Ella le hizo caso omiso a sus advertencias y esto a causa de las reprimendas de la joven. Consideraba a su inocente sobrina una amenaza, sin haberles hecho daño ante los sucesos de aquella noche. Sin embargo Lizzy no dudo en protegerla, consiguiendo así pasaportes falsos para su amiga con su nuevo nombre Lira.

- Esto es vida... - exclamo la joven mientras caminaba hacia la puerta de entrada-

Aquella prisión me tenía atormentada- Que bien se siente no tener problemas. Personas que te lastimen o te aprisionen, empleados que te traten de la peor manera posible. Todos merecían eso, la muerte. Ahora todo es diferente.-añadió la muchacha mientras sonreía-

Aun así su felicidad no tardo en desvanecerse, cientos de policías se aglomeraron en la puerta de acceso del aeropuerto impidiendo la salida de las personas, no había escapatoria.

Lía tomo su mochila, apresuro su paso e ingreso a los vestidores. Se deshizo de todo lo que llevaba puesto, desechándolo en un cubículo de basura. Se vistió con ropa para nada llamativa. Un buzo rojo y unos jeans vaqueros la tomarían de inadvertida en la multitud.

Mientras todos se encontraban distraídos con la llegada de coches de policía y demás agentes. La muchacha aprovecho el momento, ingreso a una tienda de novedades y se sustrajo una peluca a la altura del hombro. La guardo debajo de su abrigo, huyendo así del lugar. Ingreso a un pasillo distanciándose del aglomerado de personas y se colocó la peluca, saco su pequeño espejo de bolsillo, se observó en este y le quedaba perfecto, se ajustó sus gafas y se marchó del lugar.

Se acercó a una fila de pasajeros que la llevaría Paris, saco el dinero necesario para comprar un pasaje. Al llegar su turno, se acercó a la cajera con amabilidad, registrando su próximo destino.

La mujer le ordeno presentar sus documentos, la chica los portaba en su mano, la mujer los observo con detenimiento, comparando cada característica con la foto de la chica y esta accedió. La joven cancelo el valor del vuelo, mientras la mujer sellaba su pasaporte y le entregaba el ticket.

Después de eso, ingreso al Dutifree del aeropuerto y compro unas golosinas para su vuelo. Tomo asiento junto a otros pasajeros que aguardaban su próximo destino, se acomodó en su silla y tomo su pequeña funda de gomitas mientras se llevaba una a la boca.

Una encantadora y desconocida melodía llamo su atención. A su lado se encontraba un joven llevaba puesto un jersey rojo y unos jeans ajustados. Acompañado de unos audífonos grises en alto volumen. Junto a él se encontraba lo que sería su maleta de viaje.

Alejo lo que tenía en sus manos y con cautela se acercó a él.

Lía: Hola... -hablo con un tono de voz dulce-Que canción escuchas?

Joven: Me lo dices a mí? –Pregunta con cautela-

Lía: A quién más podría ser? Eres el único a mi lado... -sonríe- Ahora dime que canción escuchas?

Joven: Lost in Japan... -respondió el joven mientras se quitaba sus audífonos-

Lía: Amo esa canción...

Joven: Enserio? Wow -exclamo sorprendido- parece que tuviéramos los mismos gustos-

Lía: Es un gusto conocerte... -comento la joven mientras extendía su mano-

Mi nombre es Lira

Y el tuyo es???

El joven guardo silencio durante varios segundos, ignorando la voz de la muchacha. Su mirada se encontraba perdida en algún punto de la joven, sus ojos. Sus profundos e hipnotizadores ojo, que grises que a cualquiera lo derretirían.

Lía: Cuál es tu nombre? Acaso no tienes uno –dijo la joven mientras lo observaba perdido en su propio universo-

Joven: Lo siento. Me distraigo fácilmente.-contesto el joven en signo de disculpa- Me llamo Alexander. Alexander Gales. Pero mis amigos me dicen Alex.-

Lía: A qué destino te diriges?

Joven: Paris...

Lía: Pero que coincidencia yo igual!

Joven: Ya habías visitado alguna vez esta ciudad?

Lía: Por supuesto que sí.

Joven: Paris, es hermoso...-expreso la chica con una sonrisa-

Lía: Y tú? cuál es el motivo de ir a esta ciudad? Veo que no estas acompañado...

Joven: Pues, con respecto a eso...

Lía: Acaso huiste de casa? –cuestiono asombrada-




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