Durante la noche del día siguiente, Kenzo recorre la zona segura de la estación de Sawara.
En ese lugar, habitaba una plaga de al menos 200 infectados muy peligrosos ya que poseían un estado en descomposición terrible, pero con mutaciones en sus cuerpos. Estas mutaciones fueron producto de evoluciones que fracasaron.
El equipo completo de la Shield Force pudo limpiar toda la estación y ahora es usado como zona segura con camas, suministros duraderos y una gran seguridad otorgada por rejas colocadas por ellos y mecanismos de seguridad automáticas.
El espadachín revisa que todo se encuentre bien, primero revisando los alrededores y luego el frente del refugio:
-Todo parece en orden, aunque este silencio…es molesto…
A lo lejos observa a una persona que corre con pocas fuerzas y flaqueando lentamente al agotamiento mientras detrás un grupo de al menos 50 zombies lo persiguen con una voracidad que les da un frenesí de temer:
-¿Una persona?-mira fijamente y ve que efectivamente es una persona en peligro.
Entonces lleva su mano hacia el mango de la espada y empieza a caminar lentamente mientras cruje su cuello de un lado hacia el otro. Luego acelera el paso hasta correr a una velocidad tan endemoniada que sobrepasa al sobreviviente y desenvainando el arma corta la cabeza de todos los infectados:
-Tuviste suerte de que estuviera por estos lados. Lo que no puedo explicarme es ¿Qué haces por aquí? ¿Quién eres? -pregunta y agita a un lado su espada para quitar la sangre salpicada en la hoja.
La persona, un hombre casi de la misma edad que él, pero con apariencia descuidada, cae al suelo sin fuerzas ni para seguir consciente:
-Ah…mierda…-deja escapar al saber que debe llevarlo a cuestas al refugio en la estación.
Después de eso, Kenzo lo deja en una de las camas improvisadas en uno de los tantos vagones preparados para albergar a supervivientes. Entre otras cosas, estos vagones poseen elementos médicos para emergencias. Mientras tanto, el espadachín prepara algo rápido pero nutritivo para comer y que esa persona recupere fuerzas:
-Infectados en la zona segura de Chiba. Se supone que están las defensas y trampas ¿Qué mierda ha pasado? Mas importante ¿Quién es esta persona?
Detrás de él siente movimientos lentos y torpes, pero no de un infectados. Desenvaina su espada y apunta contra ese hombre sin despegar la vista sobre el estofado de papa y carne:
-Ni se te ocurra dar un paso más ¿quieres?
-Yo…eehmm… ¿Dónde estoy?
-Oh, así que puedes hablar. Supongo que no te convertiste.
-No comprendo.
-Esa herida en tu pierna. ¿Dónde te lo hiciste?
-…-se queda en silencio sin poder responder.
-¿Sabes o no? Bueno, dejémoslo ahí. Ya le avisé a mi capitán para que venga y te interrogue.
-Pero no hice nada…yo…soy inocente…
-Nadie ha dicho lo contrario. Esto es de rutina. Somos de la Shield Force y todo aquel supervivientes que desconozcamos debe ser extraído, llevado a zona segura e interrogado para ver si llevarlo o no a Neo Tokyo. Aunque la ultima persona ordinaria que encontramos fue hace 9 meses dentro de Chiba, nunca afuera.
-La Shield Force…-abre sus ojos y se desespera. ¡Entonces ustedes pueden ayudarme!
-¿Disculpa?
-No soy de Chiba sino…sino…sino de…Ibaraki…
Kenzo escucha eso y de sus dedos cae la cuchara sobre la olla.
Ibaraki es el destino del equipo y cualquier información viene bien para saber que encontrarán, aunque esos infectados persiguiendo a ese hombre es demasiado perturbador y no puede esperar a que Ryoma llegue, necesita saber que hay allí:
-Dime tu nombre.
-Ryugo Kisato.
-¿Qué sucede en Ibaraki, Ryugo? Necesito detalles de la situación en la prefectura.
-Ibaraki…-las manos le tiemblan y sudan sin control.
-¿Si?
-E-Ese lugar…
Los recuerdos traumáticos lo hacen torcer de dolores de abdomen y nauseas:
-Oye, oye ¿te sientes bien? Estás demasiado pálido.
-E-Ese lugar…Ibaraki…es el infierno en la tierra…-al decir esto se inclina hacia adelanta y vomita el suelo. Sin fuerzas para seguir de pie, se desmaya sobre el vómito.
-Mierda.
Horas más tarde, Ryoma se estaciona con su cuatriciclo frente a la entrada de la estación y al lado de la hummer de Kenzo. Deja sus llaves puestas, acomoda su gorra, revisa el perímetro y se adentra al refugio, pasando por arriba de los molinos de cobro y baja las escaleras donde se encuentra con Kenzo: