Shield Force

Capítulo 18: El Misterio del superviviente parte 2

En las profundidades del metro, Ryoma y Kenzo buscan al superviviente que tan importante resulta por la información que pueda darles a ellos en su camino a Ibaraki.

Tras varias horas buscándolo, Kenzo apunta a una esquina donde descansa un viejo metro que cuando aparecieron los zombies tuvo que detenerse debido a la infección a gran escala de aquel momento y allí ve a una persona acurrucada y murmurando.

Kenzo le señala a Ryoma donde está el superviviente. Entonces el capitán se acerca y agita levemente el hombro:

 

-Ryugo ¿Por qué corriste hasta aquí? ¿de quién o que huyes?

-No hay escapatoria. Él…no vas a encontrar y llevará al infierno…-dice entre temblores.

-¿De que habla?-piensa Kenzo.

-Kenzo.-se acerca a su mano derecha y dice en voz baja-No creo que sea un shock.

-¿Qué te hace creer eso?-pregunta el espadachín.

-Puede que esté estresado y agitado pero su pulso es extraño.

-Quizás esté infectado.

-Seguramente, pero por lo que veo su herida tiene tiempo. En fin, necesitamos saber que ha pasado en Ibaraki.

-Adelante.

 

Tras esta conversación, Ryoma regresa con Ryugo. Le da un poco de agua, pero el civil rechaza y empieza a temblar por una intensa fiebre:

 

-Mierda. -se voltea y mira a Kenzo-Está teniendo un shock producto de la infección. Necesito antibióticos.

-¿Desde cuando eres un maldito médico?

-Paso demasiado tiempo en la enfermería, aprendo mucho allí.

-Mejor no indagaré más sobre el asunto. -saca de su vestimenta unos analgésicos que llevan por alguna emergencia. Siempre por insistencia de Teressa-Ten. -le arroja el medicamento.

-Gracias.

 

Ryoma le da la medicación con un poco de agua. Mientras el capitán vuelve a preguntarle a Ryugo sobre lo que pasó en Ibaraki o al menos el estado de la situación, pero como hizo anteriormente, omite dar una respuesta. Kenzo se enfurece al ver que el civil no hace más que empeorar su situación viéndose sospechoso.

Al ver que Kenzo se molesta, Ryoma le hace un gesto para que se calme y mantenga la guardia. Vuelve hacia el civil y lo calma como puede, colocándole una manta y da de beber:

 

-Por favor, necesito saber que pasa en Ibaraki. Iré con mi equipo hacia allí, pero necesito que me digas cual es el estado en la que se encuentra.

-E-Ese lugar es el mismísimo infierno. El infierno…el infierno…-repite una y otra vez.

-Cálmate por favor. Soy capitán de la Shield Force, iré con mi equipo a ese lugar así que por favor necesito información.

 

Desde las oscuras profundidades del túnel se escuchan sonidos raros, gemidos dolorosos y arrastres, que llegan a oídos de Kenzo y este desenvaina su espada y camina lentamente hasta quedarse como el escudo protector:

 

-Ryoma, date prisa porque parece ser que vienen infectados. -dice Kenzo con la mirada fija en la oscuridad.

-¿Habían infectados?-Ryoma se muestra preocupado.

-Me haré cargo de estos podridos. -se acerca hacia los grupos de infectados que se acercan entre pasos torpes y a montones que son imposibles de ver.

 

Ryoma se vuelve al civil e intenta obtener información hasta que Ryugo mira al capitán y mantiene la mirada sobre él:

 

-Voy a morir…voy a morir…e-esto…esto…esto…-repite y trata de levantar su ropa para mostrar la herida-No es…por una mordida, pero…moriré por ello…

-No, no lo harás. Te llevaremos con nuestra médica y ella te curará… ¿huh?

-Por favor…busque a mi hija…ella…está en Osaka…con mis padres…

-Oiga, cálmese. No va a morir, se lo prometo.

-Se que no es así. Por favor…tome…-le entrega su billetera con la foto de su hija y un mapa manchado con sangre embarrada en la impresión- y se lo suplico…tenga cuidado…mucho cuidado…

-¿Con qué?

-Él…numero…X923…es el demonio…-dice en pánico y orinándose en sus pantalones.

 

Al decir eso, el civil deja de respirar y lentamente su cuerpo colapsa sobre el suelo. Ryoma golpea con su puño el metal que recubre al metro, impotente de no haber podido salvarlo.

Kenzo corta la cabeza de varios infectados y extremidades de otros:

 

-¿Qué pasó Ryoma?

-Murió. Este hombre…murió…-dice Ryoma de rodillas y con su frente en el frio y rocoso suelo.

-Entonces no tenemos que hacer más aquí.

-Así es. Vámonos.

 




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