Shield Force

Capítulo 20: Rumbo a Ibaraki

Horas mas tarde, el equipo de Ryoma carga sobre la Hummer de Kenzo y un autobús preparado con barras metálicas, alambres con púas y una ametralladora en el techo todas las provisiones necesarias para el viaje de semanas o meses como alimento enlatado, mucha ropa para el invierno, sabanas y armamento.

Antes de partir, dejan encallada la base junto al puerto y eliminan cualquier clase de documento para evitar ser buscados y ubicados. Ryoma ordena la quema de papeles y destrucción de aparatos de comunicación interceptado por el estado japones.

Sora termina de guardar sus pocas pertenencias en la mochila que sostiene con su mano derecha, mientras Willian hace lo propio, pero debajo del colchón de su cama saca una espada de madera que nunca su compañero vio:

 

-Se ve genial. -dice Sora muy entusiasmado por el arma.

-Si. -responde el británico y esconde en la mochila el objeto.

-¿Esa espada quien te la dio?

-Es solo una baratija que me dio mi padre. -responde molesto y regresa con los demás.

-Que actitud.

-No lo culpes. -dice Teressa, apoyada junto a la puerta de la habitación de brazos cruzados.

-Cuando quiere se comporta de esa forma. ¿Cuál es su problema?

-Digamos que tuvo una vida familiar complicada y esto de mudarse del sitio que considera su hogar lo siente abrumado.

-Él nunca me contó de su vida. Casi no se de él. Llevo aquí casi dos meses y es muy frustrante no saber casi nada de nadie.

-No siempre puedes esperar a que todos se abran. Sus pasados, sus sufrimientos, sus pérdidas o incluso alegrías son cosas que muchas veces uno mismo guarda para sí y cuesta revelarlo. Dales tiempo a las personas. -se da media vuelta y se aleja.

 

En ese momento, Kenzo acaba de preparar el hummer con el refuerzo liquido usado por las fuerzas paramilitares y las de autodefensa que consiste en el metal mas duro del planeta y que se adhiere a cualquier superficie. Generalmente ese material también se utilizó durante la gran resistencia contra los infectados en Tokio, Londres, Berlín y Nueva York. Durante un tiempo sirvió hasta que las fábricas que las fabricaban dejaron de existir y apenas un puñado de baldes quedan en el mundo entre ellos en Japón:

 

-¿Ya recubriste la hummer?-pregunta Ryoma.

-Si, aunque está casi seca. No debimos usar ese poco en la incursión de Miyagi. -responde Kenzo.

-Era necesario para salir de esa horda.

-Al final ella se encargo de los infectados. Por si sola.

-Deja de recalcármelo ¿quieres? Tenemos menos de una semana para encontrarnos con ellos.

-Entonces ya te comunicaste.

-Para hacer esta misión tenemos que estar todos juntos.

 

Teressa se acerca por detrás de Ryoma, con sigilo y moviéndose sin calzado y puntilla de pie. Le cubre los ojos con sus delgados dedos y susurra al oído:

 

-¿No es demasiado recubrimiento?

-¡Iiiiiiikkkkkk!-se exalta nervioso-¡O-Oye, no hagas eso!

-Jajaja, me gusta cómo te pones colorado.

-Aún hay algo que me sigue preocupando. -dice Ryoma.

-¿Qué cosa?-pregunta Kenzo.

-Ese superviviente mencionó sobre alguien peligroso con esa grabado. Seguramente en Ibaraki nos encontremos con un mayor peligro que aquí o en Tokio. -dice Ryoma, sentándose sobre unas cajas de madera.

-¿Crees que su identidad sea la de…?-pregunta Teressa pero no completa su frase.

-Es una gran pérdida de tiempo pensarlo demasiado. -interrumpe Kenzo-Hay cosas mucho más peligrosas que un maldito imbécil que se supone ya no existe hace 12 años. -se molesta y aleja hacia la cocina para beber su última botella de sake.

 

Ryoma guarda silencio, dudando del liderazgo que conserva desde que el ultimo capitán murió decapitado por un Ronin Zombie en el aeropuerto de Haneda durante el intento de recuperar ese sitio.

Teressa lo abraza por detrás y alivia las dudas cuando le acaricia la cabeza:

 

-Que no te afecte. Sabes que se molesta fácilmente. -dice la doctora.

-Pero la mayoría de las veces tiene razón. No se en que pienso la verdad. -responde Ryoma- Trato de ser lo mejor para mi equipo, pero cuanto mas lo intento mas demuestro que me vuelvo débil. Kenzo lo sabe, tú también.

-Sabes cómo es Kenzo. Nunca ha desaprobado tus ordenes ni liderazgo.

-Lo se.

-Son amigos durante años y han pasado muchas cosas difíciles y buenas.

-Lo se.

-Por eso…

-¡Lo se Teressa por favor!-grita, tomando su cabeza con ambas manos y un tremenda jaqueca- Pienso mucho en lo que sucederá mas adelante. ¿Sabes lo que es pensar en como será el mañana? Las muertes de tus compañeros, la propia. ¿Qué pasará con ustedes? ¿con los novatos? Temo que cada día sea el ultimo y no poder ser lo bastante fuerte como para que todos vivan mas de 30 años. Heder, Iruma, Yumiko, Daichi, tantos jóvenes que en los últimos 5 años no pudieron disfrutar de su juventud.




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