Pueden creer muchas cosas, yo puedo creer muchas cosas, pero esas fueron las últimas palabras de Shine, después de decirle te amo a Harry cerró los ojos para dormir, pero nunca volvió a despertar. Simplemente dejó de respirar, descansó, se fue. Amaría decir que un milagro pasó y despertó o que tras su muerte algo increíble pasó, que la reconocieron por tener una gran vida, pero no fue así, solo hubo silencio, como me lo advirtió, y era un silencio ensordecedor, me frustraba, necesitaba gritar, urgente.
Su funeral fue tranquilo, todo en perfecto orden, había mucha gente, no pensé que tanta gente la quisiera, había cientos de personas, era agotador, muchos lloraban, otros conversaban de lo asombrosa que era, otros no decían nada, solo se sentaban y miraban a la nada. Frente al ataúd de Shine había un hombre, estaba de espaldas a mí, pero se veía que sufría, ¿Quién era él?, por qué su figura me recordaba a alguien… Cuando se fue, cuando ya no quedaba casi nadie lo recordé, él era Harry, su Harry, él estaba aquí, su plan funcionó, él la quería…
La primera semana sin Shine fue terrible, me sentía tan vacía, sin ganas de nada. Me encerré en mi casa y no salí, dormía todo el día, no quería comer, no quería ver a nadie, solo quería estar en mis sueños, donde Shine vivía, donde estábamos en Londres disfrutando de todo, riendo, siendo nosotras. La extrañaba tanto, era un dolor que no podía describir, solo dolía mucho, a veces me costaba respirar de tanto que dolía. Esa era la entrada al mundo sin mi mejor amiga, la entrada al mundo del inevitable olvido, a solo verla como un bonito recuerdo, bienvenida a tu propia soledad Claire.
– Hija te llegó una carta.
– Dije que quería estar sola, no quiero nada mamá.
– Clai es… es de Shine – me levanto a toda prisa y tomo la carta.
– Gracias mamá.
Mi Querida Clai:
Si estás leyendo esto es porque ya no estoy contigo. Sé que probablemente estas en la cama, no has salido de allí desde el día de mi funeral, no quieres comer y tal vez no te has bañado en toda esa cantidad de días. Cariño ya ha pasado tiempo, deberías estar afuera, tomando un avión hasta LA, mañana es el cumpleaños de Harry ¿lo olvidas?, prometiste estregarle la carta.
Clary, esto es solo el silencio, te lo dije, y sé que probablemente ya gritaste, pero el silencio sigue ahí, sigue gritando. Vive, no te mueras conmigo, no me lo perdonaría jamás, se feliz amiga, te lo mereces, te lo pido desde el fondo de mi corazón, sal de esa habitación, báñate y toma el avión, tal vez te lleves una hermosa sorpresa…
Te quiero desde lo más profundo de mi corazón… y Claire, ya volví a casa, justo con esta carta… sé feliz.
P. S: esta es la primera de muchas, no dejaré que te conviertas en la sombra de mi Claire… Ahora ¡¡¡ANDA A BAÑARTE!!!
Reservé pasajes para esa misma tarde, hice mi maleta y me bañé, como lo ordeno Shine, tomé la carta de Harry y la guardé en mi diario. No pensé que fuera cierto, lo de las cartas, cuando me lo dijo pensé que lo decía para hacerme sentir mejor, pero de verdad lo hizo y estoy tan agradecida de que lo haya hecho, aun estado muerta sigue fastidiándome y eso es el mayor regalo que pudo haberme dado, seguir conmigo.
Cuando llegué al aeropuerto me puse nerviosa, jamás en mi vida había estado sola en una cuidad extraña y menos buscando a una superestrella para entregarle una carta de mi mejor amiga muerta. Abrí mi diario para buscar la carta. Cuando lo abrí se calló una nota, la miré, era de Shine.
Cariño:
Bienvenida a Los Ángeles, California. Ahora lo que tienes que hacer es llamar al número que está del otro lado de esta nota, es un chofer, te llevará con Harry, ten fe querida, todo saldrá increíble…
El nombre del chofer es Zac, cuando vaya por ti muéstrale el pase, él sabrá que hacer… gracias por hacer esto… te quiero mucho…
Tomé mi celular y marqué el número del tal Zac, no preguntó mucho, lo justo y lo necesario, dijo que estaría en diez minutos en el aeropuerto y que lo esperara en la entrada. Cuando llegó me asusto un poco, era un hombre grande, de negro, supongo que debe ser su guardaespaldas.
– Señorita Smith, bienvenida a LA, espero haya tenido un viaje agradable.
– Hola, gracias, mi vuelo fue agradable y nada de formalidades, soy Claire… Shine me pidió que te mostrara esto – le doy el pase – dijo que sabrías que hacer.
– Sé que hacer, me lo pidió antes de irse a Londres… Vamos, Harry está probando sonido, es el mejor momento, en la noche estará muy ocupado con el concierto.
El viaje fue tranquilo, de fondo había música tranquila, el sol brillaba, a pesar de ser inverno, me recordaba a Shine, si no fuera por ella no estaría aquí, no sé si es lo correcto, pero le prometí que lo haría; Entramos en un estacionamiento. Zac abrió la puerta y me condujo por un pasillo enorme, llegamos hasta una puerta, decía “Harry Stewart”