Sonó la alarma a las nueve, me levanté por inercia. Estuve bajo la ducha más de lo normal. Me cambié de ropa y bajé. Había una cafeteria abierta, compré un café y un sándwich y empredí mi camino al estudio. Llegué cinco minutos antes y entré. Todo estaba en calma. Toco la puerta de la sala de junta. Me abren la puerta.
– ¡Claire! – es Carl, me abraza con fuerza – no vuelvas a hacer eso, hemos estado muy preocupados por ti… ¿estás bien cariño?
– Lo siento, no quería preocuparlos, necesitaba tiempo, estoy mejor – entro y todos estan allí, exepto Harry.
– Nos alegra tenerte de vuelta Clary, te hemos extrañado mucho, nada es lo mismo sin ti – es Max el que habla.
– Lo siento chicos, por no dar señales de vida, estuve encerrada en mi cuarto una semana, pero tengo buenas noticias, tengo canciones nuevas para ustedes – saco mi libreta y las partituras.
– ¿Cuántas son Claire?
– Son diez Carl, diez canciones nuevas – Ed toma las letras y comienza a leerlas.
– Son excelentes, son wow… te entiendo cariño.
– Son algo dramáticas, digamos que no era mi mejor momento.
– ¿Era tu momento de odio a Harry? – Ed golpea a Leo por su comentario – es cierto, todos pasamos por ese momento.
– Algo así – sonrío; se abre la puerta y entra Harry.
– Buenos días a todos – no levanta la mirada, está concentrado en su celular.
– Buenos días Harry, llegas tarde.
– Lo siento Carl, había tráfico. ¿De qué me perdí?
– Claire volvió – levanta la vista y me encuentro con sus ojos verdes. Se ve cansado, se mayor de lo que es.
– Buenos días Claire, espero hayas tenído buen viaje – ¿encerio?, ¿tantas palabras para decir nada?. Le sonrío triste.
– Bueno chicos cumplí con traerles canciones nuevas, ahora tengo que seguir con las mías, si necesitan ayuda me avisan.
– Mañana a las tres aquí, tenemos que trabajar en las canciones, te encargarás de las armonías.
– Si señor… bueno familia, hasta mañana – tomo mis cosas y salgo. Me quedo en el pasillo, tomo aire y aguanto por unos segundos. ¿Desde cuando las cosas se complicaron tanto?, tan solo de verlo siento el impulso de correr a sus brazos.
– ¡Clary!
– Lu, ¿qué haces aquí? – nos abrazamos.
– Vine a buscar unas cosas… me alegra tanto verte, cuando recibí tu mensaje estuve más tranquila, pero nos diste un buen susto.
– Lo siento, tenía que estar sola.
– Te entiendo… ¿vamos por un café?
– Me encantaría – salimos del estudio y pasamos a una cafetería que estaba cerca. Hicimos el pedido.
– Cuéntame, ¿cómo estás?
– Mejor, mas tranquila.
– ¿Segura?
– Si, es verdad, es raro volver y que no sea lo mismo, pero estoy tranquila.
– La gira terminó mal. – la miro atenta.
– ¿Por qué?
– El día en que te fuiste, antes del concierto nos reunimos, Carl nos contó todo, Harry se retiró furioso, destrozó su camerino. Luego no pronunció una palabra, cantó sin ánimo, casi por obligación y luego se encerró en el camerino destrozado hasta que nos fuimos al hotel. Isadora viajó de urgencia al día siguinte, estaba muy mal, tuvieron que cancelar todo, ¿Carl te lo dijo?.
– Si, me lo dijo por teléfono, pero no me dijo que era por Harry.
– ¿No viste las noticias? – niego con la cabeza – desapareció desde ese día. No contesta las llamadas, no lo he visto.
– Lo vi recién, se veía cansado, mayor.
– Está triste Clary.
– No es mi culpa, yo le dije lo que tenía que decir.
– Lo sé cariño, pero te extraña y sé que tu tabien lo extrañas a él. – suena su celular – dime amor… si, estoy en la cafetería, está bien te espero, te amo.
– ¿Problemas?
– No, tiene trabajo, vendrá a dejar a Emma – Emma es la hija de Lucy, es una niña encantadora.
Pasé la tarde con Lucy y Emma, me divertí mucho, fuimos a un parque de diversiones y nos subimos a muchos juegos, Emma estaba muy contenta.
Fuimos a comer y de compras, definitivamente alejaron los problemas y me dieron una terde perfecta; espero algún día tener una compañía así, como Emma o como Elena, no quiero quedarme sola.