Nobunaga- Esta noche, me acostaré contigo.
MC- ...¿QUE?
(¿Estoy escuchando bien? ¿Quiere que me acueste con él?)
MC- No. Estás bromeando, ¿cierto? Porque la respuesta es no.
Nobunaga- Por supuesto que no estoy bromeando.
Nobunaga me miró como si nuestros papeles estuvieran invertidos y yo era la que no tenía sentido.
(¿Realmente cree que puede decirme que vamos a dormir juntos? No me importa en qué siglo estemos, eso no va a pasar.)
MC- Nobunaga, no voy a acostarme contigo. No me gustas de esa manera.
Nobunaga- Ya te he dicho que lo que te gusta y lo que odias no me importa.
(Y estamos de vuelta en la corte. Pero no me está forzando físicamente. Parece creer que lo haré porque él lo dijo. En ese caso, todo lo que se necesita es un poco de lógica para darle la vuelta a esto.)
MC- Nobunaga, escucha... Es tarde. Eres el comandante de tu ejército. ¿No deberías estar durmiendo?
Nobunaga- No te preocupes por mí. Duermo sólo unas horas por noche.
(De hecho, estoy preocupada por mí. Aun así, esa es una respuesta curiosa.)
MC- ¿Te refieres a todas las noches? No es saludable dormir tan poco.
Nobunaga- Sin embargo, así es como he dormido desde que tengo memoria. Se ha convertido en una bendición, una necesidad cuando tengo enemigos en todos lados.
Dejé que sus palabras se asentaran.
(Nobunaga no puede dormir porque no es seguro para él dormir. ¿Quién sabe cuántos enemigos tenía antes de que Shingen y Kenshin regresaran de entre los muertos? Nobunaga probablemente descansará menos que nunca ahora.)
MC- ¿Puedo preguntarte algo?
Nobunaga- Habla.
MC- ¿Por qué decidiste unificar el país a través de la conquista cuando ha puesto a casi todo el mundo en tu contra?
(No por amor a la guerra, espero. La historia puede que no conozca sus razones, pero tengo al hombre frente a mí.)
Nobunaga- Es la única manera de acercarme al mundo que deseo ver.
MC- ¿Te refieres a un Japón unificado?
Nobunaga- Un Japón fuerte y próspero que puede competir en igualdad de condiciones con otros países. Poner al país bajo mi gobierno para que no se desgarre es sólo el primer paso para ayudarlo a crecer.
Había determinación en los rasgos de Nobunaga. Describieron la imagen de un hombre despiadado, pero de mente clara.
(Odio la guerra. Odio las guerras en mi tiempo libre. Pero Nobunaga está luchando por algo que no es un beneficio personal. Sus acciones, y las de sus aliados, son las que conducen a un largo período de paz en la historia japonesa.)
Esa idea empezó a suscitar respeto por lo que hacían y el por qué.
(Ahora, me molesta que Nobunaga no pueda dormir. ¡Sobrevivió a su asesinato, no debería arruinarse la salud ahora!)
Nobunaga- ¿Por qué me miras así, MC?
Motivada, me sonreí ante Nobunaga.
MC- Esta noche, Nobunaga, te llevaré a la cama.
Nobunaga- ¿Qué?
MC- Acuéstate en tu futón.
Asentí hacia la extravagante cama de seda que había en la habitación.
Nobunaga- ¿Así?
Nobunaga se acostó con sorprendente obediencia.
MC- Sí. Justo así.
Me acerqué y me arrodillé ante él.
Nobunaga- ¿Qué sigue?
Sus ojos brillaron con curiosidad. Lo arropé. Por absurdo que fuera, Nobunaga parecía estar disfrutando de la experiencia. Con sólo la cabeza saliendo del futón, parecía un niño dulcemente ansioso. Lo que estuvo bien, porque...
MC- A continuación, te voy a contar un cuento para dormir.
Nobunaga- ¿Un cuento para dormir?
MC- Es una historia para ayudarte a dormir.
(Acabo de terminar de leer un libro de cuentos de hadas, así que estoy bien surtida.)
MC- Érase una vez un hombre llamado Monogusa Taro, y aunque era despreciado por todos los aldeanos por su...
Nobunaga- ¿No vas en serio a recitarme cuentos infantiles de los Otogizoshi?
MC- Sí, lo haré. Este es uno bueno. Se trata de gente que tiene virtudes ocultas más allá de su desagradable exterior. ¿Nunca nadie te leyó un cuento para dormir cuando eras niño?
Nobunaga- Nunca.
MC- Bueno, eso explica muchas cosas.
(No está tragándose el Método Scheherazade.)
MC- Olvida la historia. ¿Qué tal una canción de cuna? Podría cantarte una canción de cuna.
Nobunaga- ¿Ese es otro método para dormir a los niños?
MC- Sí. Especialmente los malhumorados.
Nobunaga de repente se echó a reír.
MC- Te estás riendo. ¿Por qué?
Nobunaga- Porque pareces insistente en tratarme como a un niño. Ha pasado mucho tiempo desde que pude reírme de algo tan absurdo. Me divertiste. Te felicito.
MC- ...Felicitación aceptada.
(No sé si me siento insultada o aliviada de que se ría tanto.)
Pero me encontré compartiendo la alegría sin complicaciones de Nobunaga.
Nobunaga- Cuéntame más de las virtudes ocultas de Monogusa Taro. Tu voz puede ayudar a reducir las horas.
MC- Está bien entonces. Cierra los ojos. Ahora, aunque Taro era sucio y perezoso, era excelente con las palabras...
Nobunaga cerró los ojos, aunque yo sabía que aún no estaba dormido, ya que seguía pidiendo más historias. Cuando terminé de recitar lo que había leído del período de Otogizoshi, finalmente pasé al mío... Mientras tanto, a las afueras del tenshu, dos hombres vieron a MC contar historia tras historia a Nobunaga.