Shingen Takeda

CAPITULO 5 (1-5)

Shingen- Quiero decir exactamente lo que dije, MC. Eres mi peón, y voy a usarte para arrastrar a los Oda a su caída.

MC- ...dime cómo.

Shingen- Voy a llevarte conmigo a un campo de batalla de mi elección.

Shingen se tranquilizó con un tono casual, haciendo que toda esta conversación fuese aún más extraña.

Shingen- Aun sabiendo que estarán en desventaja, no tendrán más remedio que pelear conmigo por ti.

(Shingen me va a usar como cebo. Para forzar a mis amigos a una guerra para la que no están preparados.)

El suelo se desmoronó debajo de mí. Me estaba cayendo. Pero a diferencia de la madriguera de conejo de Alicia, esto no conducía al País de las Maravillas.

(Me dijiste que luchabas para que muriera menos gente, Shingen.)

MC- Usar a la gente de esta manera es reprobable, y no funcionará. No ganarás.

Shingen- No necesito ganar.

MC- ¿Qué quieres decir?

Shingen se rio, pero el sonido no movió el trozo de hierro frío que tenía en el estómago.

Shingen- Los conduciré a una búsqueda inútil y me retiraré antes de que se reorganicen. Los agotará y drenará su moral. Una guerra de desgaste. Ese es el plan.

(He visto mi parte en los planes de Shingen. No me agradaban. Y esto es lo peor hasta ahora.)

Lo miré con ira. A esta mentira frente a mí.

MC- No estás peleando limpio. ¿Para esto es tu talento? ¿Aplastar el espíritu de tu oponente mientras lo desgarras desde adentro?

Shingen- No esperaba oírte defender a la justicia de la batalla.

MC- No estoy defendiendo nada. Pensé que eras mejor que esto.

(Siento como si hubiera sido traicionada por Shingen. Y por mis sentimientos.)

MC- Tal vez te parezca bien usarme así, ¡pero a mí no...!

Me puse de pie de un salto. Me tenía que ir de aquí. De alguna manera, escaparía y...

Shingen- No puedo dejarte ir.

Shingen me agarró del brazo y me jaló tan cerca de él, que podía sentir mi corazón latiendo rápido contra su inamovible pecho. Lo golpeé con rabia, pero no me hizo sentir mejor. De alguna manera, tratar de lastimarlo sólo me lastimó a mí.

Shingen- Ódiame si tienes que hacerlo. Pero tengo una deuda con Nobunaga, y se la devolveré, aunque sea lo último que haga.

(Shingen tiene esa mirada en sus ojos.)

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Nobunaga- Así que el tigre gira la cola para huir como un cobarde por segunda vez.

Shingen- Mantén tu asquerosa boca cerrada.

La alegría de vivir de Shingen se desvaneció ante la provocación de Nobunaga. Sus ojos se volvieron mortalmente fríos. Y de repente sentí miedo de mirarlos.

Shingen- Volveré, Nobunaga, por tu cabeza. Mejor úsala mientras siga unida.

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Esos ojos fríos y oscuros parecían ajenos a su rostro. Eran los ojos de alguien que odia lo suficiente como para matar.

MC- De todas formas, es un plan tonto, Nobunaga no iría a la guerra por mí.

Shingen- Eso no es lo que creo.

Shingen colocó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja con una ternura que era incongruente con la mirada de sus ojos. A pesar de mi enojo, ese gesto removió algo dentro de mí.

Shingen- No creo que seas consciente de ello, pero influyes en la gente que te rodea. Es demasiado fácil enamorarse de ti, MC.

MC- Esto no tiene nada que ver con el amor.

Mis oídos temblaban placenteramente por la persistente caricia en la voz de Shingen. Tendría unas palabras con estos oídos traicioneros más tarde.

Shingen- ¿No lo es? Los Oda están desorganizados debido a tu captura.

MC- No te creo.

Shingen- Esa es tu elección, pero no te estoy engañando. Eres especial, MC. Eres una mujer por la que vale la pena pelear.

(No soy Helena de Troya. Acababa de hacer amistad con el primer grupo que me recogió y me llevaron a SU castillo.)

Trabajé duro mientras estuve allí, pero sólo era parte del personal. No tenía ningún valor político. Ni siquiera era una princesa de verdad. De todos modos, sentí la impotencia que una princesa en este período seguramente sentiría. Sólo una pieza en un tablero de ajedrez político.

(También estoy enfadado conmigo misma, por empezar a pensar que esto era algo diferente.)

MC- Suéltame.

Shingen aun sabiendo que podría huir, me dejó ir.

Shingen- Si Nobunaga no viene por ti, me aseguraré de que todo el país sepa de su cobardía. Eso debilitará su autoridad. Después de eso, entrar será fácil. La gente está más preocupada por su supervivencia que por quién habita en los castillos.

(No está mintiendo. La información es la forma en que Shingen gana sus batallas. ¿Hay alguna esperanza para Nobunaga y mis amigos?)

Shingen- No te preocupes, sólo te llevaré a la primera batalla. Sólo para mostrarte. Después de eso, las ramas dispersadas del ejército Takeda cortarán a los Oda dondequiera que te busquen.

(¿Qué puedo hacer para detener esto? No quiero que me usen para herir a mis amigos.)

MC- Te odio. Ya sea que vengan o no, te odio, Shingen.

Las palabras eran amargas dentro de mí y aún más difíciles de decir. Luché contra el impulso de llorar.

Shingen- Me rompe el corazón oír eso.

Tuvo el descaro de sonreír.




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