Shingen- ¿Te gustaría acompañarme afuera a tomar un poco de aire fresco?
MC- Muy bien. Un poco de aire fresco suena bien.
Shingen- Bien. Porque...
Tomó mi mano en la suya y me ayudó a ponerme de pie. Mientras estábamos de pie, sus manos aún estaban firmemente cerradas alrededor de las mías.
Shingen- Quiero tener la vista de ese hermoso rubor en tu rostro completamente para mí.
(¿Sabes qué? Estás encantadoramente sonrosado por el vino.)
Salimos juntos, y me alegró pensar que yo estaba un poco más estable que él.
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La partida de MC con Shingen no había pasado desapercibida para Sasuke y Kenshin. Sasuke levantó la vista de la copa que estaba sirviendo a su lord.
Sasuke- ¿Qué cree que les sucedió a ellos en el campo de batalla?
Kenshin- No sé, no me importa.
Kenshin se bebió su copa y, en vez de esperar a Sasuke, la llenó él mismo. Sasuke miró a Kenshin, notando el inusual humor de éste, y preguntó.
Sasuke- ¿Por qué mencionó el plan de Lord Shingen sobre los Oda delante de MC?
Kenshin- ¿Quieres criticarme por ello?
Sasuke- No, sólo pensé que era inusual.
Kenshin- El campo de batalla es su segunda naturaleza, así que sabía que no le estaba preguntando a Lord Shingen por su propio bien. Ella merecía saber la verdad. El dolor y el sacrificio son inevitables cuando te involucras con tu enemigo.
Las largas pestañas de Kenshin ocultaban la sombra del dolor en sus ojos.
Sasuke- ...es verdad.
Kenshin- Basta de parloteo. Sasuke, esta noche, beberemos hasta el amanecer.
Tocado por la sutil muestra de simpatía de Kenshin, Sasuke le sonrió.
Sasuke- Si eso es lo que quiere, Lord Kenshin, entonces supongo que me uniré a usted.
Kenshin- Por supuesto que lo harás.
Kenshin levantó su copa, y Sasuke felizmente la llenó por él.
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(Este viento se siente genial contra mis mejillas.)
Shingen me llevó a la orilla de un río cerca del castillo. Era una noche sin nubes, y el río reflejaba el cielo.
MC- Gracias. Estoy feliz de estar fuera de la tierra de las ciruelas en conserva, y es muy bonito aquí.
Shingen- No hay necesidad de agradecerme. Sólo quería un tiempo a solas contigo. La luz de las velas te sienta bien, pero bajo las estrellas, eres aún más encantadora.
La persistente neblina de embriaguez hizo que la magia de Shingen funcionara con el doble de fuerza. Me tocó la mejilla, y de repente, la orilla del río no estaba lo suficientemente fría.
MC- Contigo siempre es, las estrellas se agitan en la desesperada envidia de tu pulcritud. Un simple te ves bien esta noche, estaría bien.
Shingen- ¿Es tan difícil de creer que sólo digo lo que siento?
MC- Dime algo que sea veraz y tal vez empiece a creerte.
Me dirigió una mirada profunda, del color de la seducción. Mirar hacia otro lado y ver hacia el río era como luchar contra la gravedad. Me preguntaba si no estaba luchando contra mi corazón también, mientras miraba el vacilante reflejo de la luna.
Shingen- Hay peces en este río.
Capté un destello de plata sobre las rocas, y otra colorida sombra nadando entre las piedras del río.
MC- De acuerdo, sí, eso es verificable. Pero eso no es lo que quise decir, y lo sabes.
(Shingen tiene buenos ojos para divisarlos en esta oscuridad. O ha hecho esto mucho. Mencionó que trabajaba con su gente para traer comida. Eso fue cuando salimos hacia el pueblo castillo de Kasugayama.
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Shingen- Estábamos rodeados de montañas. No hay acceso al mar, así que no hay sal excepto por el comercio. Los ríos eran nuestra única fuente de peces. Tuvimos que adentrarnos en las colinas para cultivar suficiente arroz. Pero todos trabajaron conmigo para mantener nuestro pequeño hogar, y nos fue bien.
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MC- ¿Te recuerda a los ríos de Kai, donde tu gente pescaba?
En sus facciones se asentó una sensación de asombro.
Shingen- ¿Te acordaste de que lo dije?
MC- Por supuesto que me acuerdo. Me dijiste algo real sobre ti.
Shingen- ¿Podrías creer que mi corazón canta al oírte decir que lo recuerdas?
MC- No oigo ningún canto, así que estoy postergando el juicio por ahora.
Shingen siempre trataba de distraerme con palabras bonitas y juegos verbales, con un sexy ronroneo que hacía que las conversaciones en la alcoba tuvieran envidia. Tal vez por eso me intrigaban los fragmentos de verdad que a veces dejaba escapar.
(Y he recolectado cuidadosamente cada uno de ellos, escudriñándolos como si fueran las claves para descifrar algún misterio trascendental. Pero, ¿quiero tener algo que ver con la verdad que está más allá de esa puerta final?)
Miré a Shingen, lista para buscar otra llave para descifrar el misterio.
MC- Cuéntame más sobre Kai.
Shingen- Será un placer contarte todo lo que desees. ¿Por dónde empiezo?
MC- La última vez me dijiste lo difícil que era cultivar arroz allí.
Shingen- Así es. No teníamos la tierra fértil de Azuchi. O la vida de Echigo.