Shingen Takeda

CAPITULO 8 (6-10)

Al día siguiente, salí temprano de mi habitación.

(Esa no fue... la noche que esperaba. Y me la imaginé yendo de muchas maneras diferentes. Algunas bastante agradables.)

Aún no había decidido si iba a dar un paseo para despejar mi mente o ir a buscar a Shingen.

(Esta maldita atracción que tenía por él se convirtió en amor. Estoy enamorada de Shingen. Claro, él no es MI enemigo, pero todavía está tratando de matar a mis amigos. No es lo que busco en un compañero. Incluso a corto plazo.)

Además, yo seguía siendo su rehén. Aun debo volver al futuro. Y él ni siquiera sabe que no soy de esta época.

(Menos mal que anoche no llegó a ninguna parte. Tengo que aceptar el hecho de que esto no está pasando.)

Doblé una esquina, susurrando mentalmente olvídate de Shingen... para encontrarme inmediatamente con él, a media pulgada de plantar mis labios en su esbelta clavícula.

Shingen- Whoops.

(Si. Whoops.)

Mientras me movía hacia la derecha, me di cuenta de que Shingen ya tenía su brazo a mi alrededor, listo para atraparme si me caía.

Shingen- Eso estuvo cerca. ¿Estás bien?

(Oh, no. Estoy bien. Ilesa. Bonita vista. ¡¿Qué estoy haciendo?!)

Lo que estaba haciendo realmente era disfrutar de la sensación de ser ayudada por él. Eso y decirme a mí misma, futuro-Schmucher. ¿Por qué tenemos que olvidar al chico bueno del que estamos enamorados para siempre?

(Porque es complicado. ¡Y, ugh, resistirse a él es tan difícil!)

MC- Estoy bien. Y, sobre esa conversación...

(Primero, apaga la alarma antes de que Shingen lea psíquicamente mis sentimientos.)

Cada encuentro con él se iniciaba de la misma manera. Una de sus azucaradas líneas se le escapaba de la boca...

Shingen- Tú...

(Adelante. Estoy lista. Yo. Tu princesa de la luna. Tu diosa de los pasillos.)

Pero Shingen parecía incómodo. Y no decía nada.

MC- ¿Sí? ¿Qué pasa?

Shingen- No es nada.

Conocía el sonido de su risa como conocía la letra de mi canción favorita. Esta vez, cuando se rio, estuvo mal.

Shingen- Sobre esa conversación. ¿Puedo ponerme al día contigo más tarde? Tengo algo que hacer.

MC- Claro. Lo que te resulte más cómodo.

Shingen- Gracias. Bueno, nos vemos.

Shingen me soltó y pasó sin decir una palabra más.

(Alguien está actuando completamente diferente.)

Fue extraño. Todavía había estado coqueteando conmigo anoche mientras se despedía.

(¿Le ha molestado que lo haya pospuesto? Ponerse molesto por un simple ahora no no parece algo que Shingen haría. Pero, ¿por qué no puedo sacudir la sensación de que estoy a punto de ser ignorada?)

No podía decir si la razón de su cambio de actitud provenía de la mitad de Shingen que entendí, o de la mitad que no entendí.

(Además, echo un poco de menos toda su dulce charla ahora que se ha ido.)

Intenté encontrar a Sasuke para tener a alguien con quien hablar, pero no estaba. Me dejaron sola para descifrar los misterios de Shingen.

---------------------------------------------------------------------------------------

Después de encontrarse con MC, Shingen fue a la sala de entrenamiento, donde se preparó para entrenar con Kenshin.

Kenshin- Siempre rechazas mis ofertas para practicar. Ahora, lo estás ofreciendo.

Shingen- Yo practico de vez en cuando. La razón por la que te rechazo es porque no sabes distinguir la práctica de lo real.

Lucharon mientras hablaban, la espada de Kenshin se movía con fluidez, su respiración sin interrupciones. Shingen vio venir cada ataque, esquivándolo con poco esfuerzo.

Kenshin- ¡No has venido aquí a entrenar!

Kenshin se lanzó hacia delante, deslizando su espada hacia arriba en un ataque casi inevitable. Shingen atajó el movimiento con el protector de su espada, usando todo su poder para forzar a Kenshin a retroceder. Gruñó con el esfuerzo del golpe. El ataque de Kenshin fue brutal y directo. Como sus palabras.

Kenshin- Eres un miserable y quieres combatir para expresar tu dolor. ¿Crees que no puedo leer eso en cada golpe torpe de tu espada?

Shingen- ¡Ahí está el problema, deberías estar leyendo libros, no espadas!

Las espadas se cruzaron, se enfrentaron; hasta que Shingen cambió su centro de gravedad y el ataque de Kenshin fracasó.

Shingen- Si estuviera de mal humor, me apaciguaría en los brazos de muchas compañeras encantadoras.

Kenshin- Mentiroso.

Shingen- Esas son palabras fuertes.

Kenshin- Dicen que el Tigre de Kai ya no merodea por las calles de Kasugayama. Pero te he visto visitando la habitación de MC casi todos los días.

Shingen no tuvo respuesta. Se prepara para actuar cuando Kenshin hiciera su siguiente movimiento... Pero no llegó. Dos ojos... de cobalto y jade, igualmente críticos... miraron fijamente a Shingen. Kenshin envainó su espada.

Kenshin- Encuentra a alguien más con quien entrenar. No lucho contra cobardes. Y tú te has vuelto un cobarde.

Shingen- ¿Seguro que no quieres pelear? Porque esas son palabras de lu...

Shingen se detuvo para respirar. Dando un paso atrás inestable, puso una mano contra la pared. Se agarró el pecho, tembloroso, húmedo y débil.

Kenshin- Shingen. ¿Estás...?

Shingen- Lo siento... supongo que estoy fuera de forma... debería dejar que me arrastraras hasta aquí... más a menudo, ¿eh?

Kenshin miró a Shingen, cuyo rostro estaba enmarcado en una sombría sonrisa. Miró sin decir palabra mientras su adversario finalmente recobraba el aliento. Había determinación en el porte de Shingen, voluntad de luchar contra cualquier dolor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.