Shingen Takeda

DRAMATIC ROUTE - CAPITULO 11 (6-10)

Shingen- Mis disculpas por hacerte esperar, mi ángel.

Soldado de Kennyo 1- ¿Qué hace aquí el Tigre de Kai?

Soldado de Kennyo 2- ¡Ponerse en nuestro camino, eso es lo que hace! ¡Mátenlo!

MC- ¡Shingen, cuidado!

Los tres se dieron la vuelta y atacaron a Shingen a la vez. No parecía sorprendido.

Shingen- ¡Simplemente lamentable!

Un afilado corte de la espada de Shingen devolvió incluso la lluvia.

(¡Es muy rápido!)

Soldado de Kennyo 1- Ngh! M-maldita sea.

Soldado de Kennyo 2-¡No se impacienten! ¡Es sólo un hombre!

Pero los hombres fueron intimidados por los ataques de Shingen más rápidos que los ataques oculares. Él los fulminó con la mirada.

Shingen- Por apuntar con una espada a una mujer, y por asustar al amor de mi vida, los enviare a todos al infierno. ¡Espero que aún recuerden algunas de sus oraciones!

Una comisura de su boca se levantó, pero no sonreía.

Shingen- ¿Cómo te atreves siquiera a pensar en tocarla?

(¡Shingen está muy enfadado por mi culpa!)

Ni siquiera estaba viendo la pelea. La poderosa y masculina forma de Shingen me llamó la atención. Antes de que me diera cuenta, los hombres estaban desarmados y gimiendo, la pelea los dejó inconscientes.

Shingen- ¿Estás herida, MC?

MC- Un poco conmocionada, pero estoy bien. Shingen, ¿qué hay de ti? ¿Estás bien?

Shingen- Estaré bien.

(Eso es un alivio. Sé que es fuerte, pero no quiero que se exceda por mí.)

Una nueva preocupación me vino a la mente.

MC- Sin embargo, estos tipos trabajan para Kennyo. ¿Qué pasó con tu alianza? Me preocupa lo que tu aliado vaya a hacer una vez que estos tipos le informen...

Shingen- Kennyo me traicionó.

MC- ¿Qué hizo qué?

Shingen- Kennyo destruyó las presas, sabiendo que causaría inundaciones y bajas entre la gente de Kai, los Takeda y los Oda.

MC- No puedo creerlo. Qué horrible...

Pero no había duda en la voz de Shingen. Sólo ira y tristeza.

(Shingen no esperaba esto. No puedo imaginarme lo que está pensando ahora mismo.)

MC- Oye, ¿Shingen? Hay que protegerse de la lluvia.

Shingen- Buena idea. Conozco un lugar seguro al que podemos ir. Ven conmigo, MC.

Shingen dio un paso hacia mí, y cuando tomé su mano, me levantó en sus brazos.

(¡Whoa! ¡Una cargada de princesa!)

Envolviendo mis brazos alrededor de su cuello para sostenerme, le miré a los ojos.

Shingen- Mi caballo está cerca. ¿Cabalgarías conmigo?

Sentí que mi cuerpo se deslizaba cómodamente contra el suyo con cada paso largo que daba.

MC- No sé, ¿no debería caminar primero?

(¡Quería alejarte de la lluvia, y ahora me llevas en brazos!)

Gotas de lluvia se deslizaron por su cabello resbaladizo.

Shingen- Permíteme. No quiero que nada sucio te salpique las piernas.

(Oh. Eso es curioso. Recuerdo que me dijo esto antes. Fue esa noche...)

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Shingen- Hay un charco allí. Aquí, permítame. No querrás que nada sucio te salpique las piernas.

MC- Gracias, supongo.

Shingen- De nada.

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(Esa fue la primera noche que salimos juntos.)

Podía recordar el tono de su voz, el calor de su cuerpo. Todos los sentidos y emociones de esa noche volvieron a mí.

MC- También me dijiste eso en Kasugayama.

(Todavía pensaba que los actos de bondad de Shingen eran una manera de pillarme desprevenida.)

Shingen- ¿Lo recuerdas? Me sorprende oír eso.

MC- Eres bastante memorable.

(Fue un momento tan circunstancial. Pero lo recuerdo tan claramente.)

Quizás lo recuerdo porque esa fue la noche en que empecé a abrirme a Shingen. Ahora somos mucho más cercanos, pero no estamos a salvo en Kasugayama. Estamos atrapados en los campos embarrados de la guerra.

(Incluso aquí, a Shingen le preocupa que me ensucie los pies con barro.)

Shingen me devolvió una sonrisa radiante que me permitió olvidar los cielos grises y la lluvia.

Shingen- Me divertí mucho contigo esa noche.

MC- Yo también la pasé bien.

Empujando la tristeza que se arrastra hacia adentro, me concentré en ese recuerdo positivo. Shingen me sentó en su caballo y montó.

Shingen- Es un clima terrible para una excursión tranquila con una mujer hermosa como tú. Agárrate fuerte, va a ser un viaje duro.

MC- De acuerdo. Me agarraré.

Podía sentir algo escondido detrás de sus palabras. Como si estuviera hablando para evitar decir lo que realmente tenía que decir.

(Lo resolveremos una vez que encontremos refugio. Y todo estará bien. Todo estará bien...)

Hasta entonces, me aferré a Shingen recordándome que aún estaba aquí. Cabalgamos durante no sé cuánto tiempo. Shingen encontró un gran árbol con un dosel que se extendía como un viejo y retorcido paraguas.

(Todavía hacía frío y miseria, pero el árbol está resistiendo la mayor parte de la lluvia.)

Después de atar su caballo, Shingen lentamente se volvió hacia mí.

Shingen- Ha pasado un tiempo desde la última vez que cabalgamos juntos.

MC- Sí, así es. Por cierto, gracias por venir a rescatarme. No sé cómo supiste encontrarme...




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