MC- Yo también quería verte. Shingen, gracias por creer en mí. Te prometo que te salvaré.
Shingen- Gracias... a ti
A nuestro alrededor, todo se volvió cegador. Así que, para no perderlo en el vacío, para que permaneciéramos juntos, lo besé...
(Shingen, te amo.)
Cuando me separé de esos labios, vi que el mundo que nos rodeaba había regresado a los altos edificios y a las aceras de concreto del presente.
Shingen- ¿Dónde... estamos?
MC- El Japón moderno. Shingen, ¡funcionó!
Shingen intentó hablar, pero su voz solo salió como un gemido bajo. Me soltó y puso una mano sobre el monumento de piedra, poniéndose de pie.
MC- ¿Estás bien?
Lo dejé levantarse, pero lo vigilaba con preocupación, por si necesitaba ayuda.
Shingen- Estoy... bien. Así que este es el... futuro, ¿eh?
Shingen se agarró su sien con dolor mientras la lluvia de la tormenta le acechaba.
MC- ¡Espera, tengo un paraguas!
Agarré el paraguas del lugar en el que estaba y lo abrí sobre su cabeza.
Shingen- Espera un segundo... ¿qué hay de ti?
MC- Es un paraguas grande. Si nos mantenemos cerca, nos mantendrá secos a los dos. ¿Cierto?
Shingen me quitó el paraguas, levantándolo hasta que nos cubrió a ambos. Se puso de pie a mi lado, con su otro brazo a mi alrededor. Le ayudé a equilibrarse. Mi corazón retumbaba por sentirlo de nuevo.
Shingen- Los paraguas de tu época... son tan delgados. Puedo ver a través de él...
Los ojos vacilantes de Shingen bajaron del paraguas hacia mí ahora.
Shingen- Olvidé decírtelo, pero... eres una visión... con esa ropa... Me encantaría tener otro encuentro contigo... ahora mismo.
(Shingen. No has cambiado nada. Justo como te recuerdo.)
MC- 500 años, y sigues siendo un coqueto, ya veo.
Shingen- No puedo evitarlo. Cada vez que te veo, quiero decirte lo... encantadora que eres.
Había tan poco color en su cara, pero sonrió. Tenía tantas ganas de llorar.
MC- ...Bueno, adelante, dímelo entonces. Quiero que sigas coqueteando conmigo por el resto de nuestras largas vidas.
(No te dejaré morir.)
Shingen- Para eso... estoy aquí.
MC- Tengo un auto para llevarte al hospital. Es como un palanquín y el hospital - en fin, vamos.
Shingen- ...confío en ti.
Caminamos hasta mi auto, tomados de la mano todo el camino, abrazados bajo el paraguas. Mientras me concentraba en conducir, dejé que Shingen me hablara de la guerra, sobre todo para poder escuchar su voz. Esto es lo que me dijo... Las inundaciones hicieron que los Oda abandonaran su cuartel general. La alianza Uesugi-Takeda tomó el control del campo de batalla después de eso. Nobunaga aceptó retirarse de Kai y devolver la plena soberanía de la provincia a Shingen, poniendo fin al largo conflicto. Kennyo se negó a dejar de luchar, resistiendo hasta el final. Pero Yukimura lo derrotó y lo capturó vivo. Shingen no solo había mantenido la promesa que me había hecho, sino que también había mantenido la promesa que había hecho a su pueblo. Las fuerzas de Oda y la alianza Uesugi-Takeda, todos mis queridos amigos, sobrevivieron. Sólo quedaba una batalla. La batalla que Shingen enfrentaba contra su enfermedad.
Llegamos al hospital, y tal como lo había arreglado, Shingen fue admitido de inmediato. Uno tras otro, se sometió a una serie de pruebas médicas. Esperé con él en su habitación del hospital por los resultados. Finalmente, llegó el doctor.
Doctor- El caso de su marido es inusual, Sra. Takeda. Este tipo de tumor, lipoma endobronquial, es raro en un hombre de su edad. Entre eso y la neumonía, bueno, me sorprende que haya llegado aquí.
MC- ¿Tiene un tumor?
Shingen- ...¿Puede...curarme?
Shingen, silenciosamente estoico, miró a la cara del doctor.
Doctor- Requiere cirugía inmediata.
MC- ...ya veo.
Doctor- Este tipo de tumor es a menudo benigno, como en el caso de su marido, pero al mismo tiempo bloquea su tubo bronquial. El estrechamiento de ese pasadizo es lo que convirtió sus pulmones en un fértil caldo de cultivo para la neumonía. Usted es un luchador, Sr. Takeda. Sus registros dicen que tuvo neumonía antes. Y las cicatrices en sus pulmones lo corroboran... tengo que decir, normalmente no es una cirugía complicada, pero el tamaño del tumor complica las cosas significativamente.
El gentil estado de ánimo del doctor desapareció. Ahora estaba frunciendo el ceño, y eso me preocupaba.
MC- ¿Quiere decir que la cirugía será más peligrosa de lo normal?
Doctor- Para ser sincero, no es sólo la cirugía. Incluso una operación de rutina sería arriesgada para un hombre en la condición de su marido. Pero tengo que aconsejarle que no lo posponga, porque sus posibilidades...
Shingen- ... Hágalo, por favor.
Shingen puso su mano sobre la mía. Me di cuenta de que había estado temblando.
(Shingen.)
Shingen- ...Si hay la más mínima posibilidad, apostaré por ello.
Un recuerdo surgió en mi mente- Shingen me había dicho algo parecido antes. Fue la noche en que decidió venir conmigo al futuro.
(Así es. Llegamos aquí creyendo en esa pequeña oportunidad. No me rendiré.)
MC- Por favor, haga lo que dice. Realice la cirugía.
Agarrando la mano de Shingen, me incliné ante el doctor. Shingen iba a entrar en cirugía de inmediato. Nos separamos, y fue llevado a la sala de operaciones... El tiempo pasó. Pasaba lentamente, y luego pasaba rápido, y luego no podía estar segura de si pasaba o no. Me quedé dormida en la sala de espera. Me desperté con una manta sobre los hombros y una enfermera ofreciéndome una comida caliente.