Shoganai

Capítulo 2. Japón, oh misterioso Japón.

No sabía qué sentir en este momento, estaba sentada en mi asiento de avión y era extraño que no estuviera acompañada, de alguna manera resultaba deprimente. 
Allyson me había llamado el día anterior, diciendo que me deseaba mucho éxito, y hoy por la mañana me envió un mensaje que decía que no había dormido por los nervios, parecía que ella estaba viviéndolo y no yo.

Cuando llegué a Japón cerca de las 10 de la mañana, el cambio fue radical, comenzando con el clima, estaba frío, muy frío, el lado bueno es que había traído una chamarra, no muy gruesa, pero serviría para que mi calor corporal no desapareciera. Caminé por migración, cuando salí miré un cartel con mi nombre junto al del otro chico y la bandera de México dibujada abajo, hice una sonrisa burlesca y me acerqué, entonces fui consciente de que alguien viajaba en la misma dirección que yo.

—ustedes deben ser Alex y Eider— ambos asentimos —excelente, síganme.

El chico de nombre Alex y yo nos miramos y caminamos detrás de él con las maletas en manos, pronto visualicé un grupo de chicos que hablaba y reía escandalosamente, varios de los que pasaban por ahí les dedicaban un ceño fruncido, «que delicados» pensé arrugando la nariz. Cuando yo, mi compañero y el señor que nos recogió nos acercamos, todos pararon de hablar y nos voltearon a ver, me sentí incómoda, traté que no se notara.

—ustedes deben ser los chicos que faltaban, Eider y Alex— dijo uno de los hombres al frente del grupo, se abrió paso para llegar a nosotros; era alto, solo 2 centímetros más que yo, tenía el cabello castaño, ojos aceitunados, labios pálidos por el frío al igual que su piel, vestía lo que la gente usa para protegerse del frío, pans, chamarra gigante y guantes. —mucho gusto, Eider, Alex, soy Charlie, su guía básico. — dijo mientras estrechaba nuestras manos mientras decía nuestro nombre, o más bien, mientras adivinaba quien era quien, Alex y yo compartimos una sonrisa cómplice, así que él fue el que respondió.

—El placer es nuestro, Charlie, soy Alex—dijo al momento de que dejó ir su mano, Charlie abrió los ojos sorprendido. —No te preocupes, cualquiera se equivoca.

Charlie asintió y nos invitó a sentarnos, nos explicó que haríamos en ese momento, de verdad intenté poner toda la atención posible, he de mencionar que lo logré a medias, entendí lo que haríamos, pero conforme pasan los minutos me olvidé de algunas cosas. Primero pasamos por nuestro chip para celular, el Wifi portátil y posterior por el Japan Rail Pass*, en este tiempo me he preguntado si estoy preparada para un cambio muy radical, observo a las personas locales y me pregunto si cambiaré en mi estancia aquí, espero que no.

No habíamos perdido mucho tiempo, era apenas mediodía, cuando terminamos de dar una vuelta por Tokio, para que cada quien siguiera su camino, todos nos despedimos de los guías y chicos que se quedarían en la capital, mientras que los demás esperaríamos el tren que nos llevaría a la ciudad.

—¡Estoy emocionada! —dijo una chica dando pequeños saltos alrededor, algunos japoneses se le quedaban mirando, Alex ahogó una risa y le pegué en las costillas.

—Cálmate, Olivia— dijo uno de los chicos que la acompañaría, la chica, puso un mechón de su cabello largo y rubio detrás de la oreja, mientras sus ojos verdes miraban al chico con molestia, pero no dijo nada, simplemente dejó salir un suspiro.

—Deja que disfrute Zack— le dijo otro de los chicos, del cual sí recuerdo el nombre, Uriel, era bajito pero muy agradable y me encanta su cabello, es castaño ondulado hasta las orejas y ojos marrones brillantes.

Su tren llegó antes que el mío, se despidieron y juraron que nos veríamos alguna vez, Alex y yo solo asentimos y los vimos partir, a una ciudad que no conocían, a emprender una nueva aventura, dejé salir un suspiro, un sentimiento extraño recorrió mi cuerpo, ¿era una señal?, miré a Alex quien tenía los ojos cerrados y los auriculares puestos, lo miré unos segundos, detrás de él había un grupo de 5 chicos de secundaria riendo bajito, las chicas del grupo dirigieron su mirada a Alex, los otros chicos miraban a las chicas con el ceño fruncido y paseaban su mirada de ellas a Alex, pronto ellas me notaron, hice la cara más seria que podía, Allyson suele decir que da miedo; una de las chicas frunció las cejas y acomodó su cabello nerviosa, después los cinco tenían la mirada sobre mí, me preguntaba cuando tiempo durarían así, Alex volteo a verme.

—¿Sucede algo? —preguntó quitándose el audífono que estaba de mi lado, pero no le contesté, seguí mirando a los uniformados, que de uno a uno evitaban mi mirada, Alex me miró confundido y dirigió la vista a donde yo la tenía, sonrió al ver al grupo de chicos y después regresó su mirada a mí, se acercó y me dio un beso en la mejilla no solo atrayendo la atención de los chicos sino de todos los demás que iban pasando por ahí —nuestro tren llegó— susurró en mi oído, dejé de ver a mis presas para ver a Alex quien me dedicó una sonrisa, miré al frente, un tren blanco, muy bonito nos esperaba para llevarnos a Saitama.




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