Shoganai

Capítulo 16. T O K I O

 

Cuando dejamos Kanagawa, papá nos sorprendió a todos diciendo que pasaríamos la última semana de vacaciones en Tokio, nadie se opuso ante la idea, no éramos tontos, además, no era como que quedaba muy lejos, teníamos que pasar por Tokio sí o sí para regresar a Saitama, no era como que nos íbamos a desviar mucho. Yo quería conocer la capital de Japón, sentía que sería un pecado si no lo hiciera, si sólo la pisara para ir al aeropuerto, afortunadamente papá se encargó de ello.

Esta vez llegamos a un hotel lejos del centro, porque sabíamos que sería un desmadre movernos ahí, ahora si estábamos decididos a que si se podía dejaríamos el auto en el estacionamiento y nos moveríamos en transporte local, esto me tenía un poco nerviosa ya que no lo había usado desde mi llegada ya que Kento me llevaba en el auto o yo caminaba si quedaba a una distancia pasable, pero no usaba el transporte.

Tampoco era como que me iba a morir, pero, podía sentir la ansiedad creciendo en mi interior.

Llegamos al hotel, nuestro plan era solo ir a dejar las maletas, sin embargo, en recepción nos dijeron que había una comida y cena de bienvenida, y al estar hambrientos no dudamos en quedarnos ahí. Teníamos sólo una semana para recorrer Tokio y mi misión era Harajuku para ver si podía encontrar ropa -que me quedara- ya que todos sabían que Harajuku era el lugar para armar el closet de tus sueños.

Al no querer quedarme en el hotel, convencí a mamá que me acompañara a la tienda que estaba enfrente, era de esas que me causaba mucha curiosidad ya que contaban con muchos pisos dónde cada uno era un departamento diferente, y yo ya estaba preparada para gastar mi dinero en papelería. Así que, mientras Kento y papá tenían el mal del puerco* yo y mamá paseábamos entre los pasillos del tercer nivel del edificio, donde eran las cosas para el hogar, ambas disfrutábamos de nuestra compañía pues no pasábamos mucho tiempo juntas.

Llegamos al quinto piso que era la papelería y sentí un arrebato de adrenalina, paseaba la mirada de un lado a otro intentando decidir a dónde dirigirme primero, mamá rió un poco y tiró de mi mano para llevarme al lado derecho, parecía una niñita diciéndole a la mujer lo bonito que estaban los lapiceros y post-it. Arrasé con ese departamento como nadie nunca lo haría. Terminamos de ver los niveles y salimos rápidamente antes de que quisiéramos regresar a comprar más cosas y juramos que si regresábamos sería con poco dinero.

Entré a la habitación de los hombres para encontrar que seguían dormidos, mamá también había caído a los brazos de Morfeo, por lo que decidí no estar en la habitación porque no podía quedarme quieta y podría molestarla y yo quería que descansara. Ahora estaba aquí, sentada en el escritorio utilizando mi computadora para escribir y programar unas actividades para el regreso a clases, aprovechaba ahora mismo que Alex estaba desocupado y en línea.

Escuché un quejido detrás de mí, volteé y encontré a Kento levantándose de la cama, sus ojos estaban hinchados y tenía marcas en la mejilla derecha, se estiró y escuché como le tronó algo de la espalda, al parecer aun no me veía con claridad porque tenía el ceño fruncido y parpadeaba varias veces. Ahogué una risa. Se revolvió el cabello mientras se sentaba en la cama, se talló los ojos y esta vez si logró enfocarme. —¿Qué haces aquí? —Su tono era muy alto por lo que puse mi índice en mis labios, reaccionó y miró a la cama de a lado, dónde estaba papá roncando.

—Mamá está durmiendo, no quería molestarla— respondí en voz baja, él se cruzó de brazos.

—A ella no, ¿pero a nosotros sí? —rodé los ojos y me volteé para seguir trabajando con Alex.

 

—Tokio es un peligro para mi bolsillo— dije mientras pagaba unas playeras que había encontrado en la sección de hombres y que me quedaban perfectamente.

En los últimos 4 días habíamos visitado el Tokio de las películas, como yo lo había apodado; Shinjuku, Akihabara, Shibuya y Harajuku eran los destinos típicos de los turistas, así que por obvias razones yo no iba a ser la excepción, aunque eso significara quedarme pobre.

Llevábamos apenas 1 hora y un poco más y ya habíamos recorrido más de la mitad de las tiendas, afortunadamente la ropa de las chicas si me quedaban ya que estaba de moda el estilo oversize* un alivio para mí, pero había algunas pocas blusas que estaban muy bonitas y lastimosamente no me entraban, hubo dos excepciones así que las compré.

Alex me acompañaba ya que me había visto recorrer el área de hombres, así que, para camuflajear que la ropa era para mí, él iba conmigo, yo al notar eso puse los ojos en blanco, no le dije nada, él para estos momentos ya debería saber que no me importa lo que piensen los demás, aparte de que no me voy a quedar aquí, los que me vean aquí y ahora no me van a ver después, no había problema en eso, pero ahí estaba Kento, más aferrado que Esmeralda con su crush.




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