Por los pasillos de la escuela se podían escuchar varias pláticas, pero había un tema que las derivaba, la fiesta de Halloween ilegal, esta era una fiesta organizada por los alumnos de último año y que si querías ir debías tener una buena reputación o destacar en algo, ya que las invitaciones eran hechas por los de tercero y hacían una tipo asamblea dónde se calificaba a los posibles invitados, claro que esto es un rumor, ya que los de años menores no sabemos cómo se maneja hasta que se llega al último año, es un secreto que nunca se revela. Mis amigos y los de Alex nos lo dijeron cuando todos nos juntamos en la casa del rubio para convivir, decían las probabilidades que tenían de ir y que estaban emocionados.
—No invitan a los de primero porque se corre el riesgo de que hablen de más, porque dicen que la regla es no hablar de la fiesta— dijo Ren, uno de los amigos de Alex.
—Estoy segura de que invitarán a Alex y Eider— habló Aina —Han hecho muchas cosas para sobresalir y, además, creo que les encantaría presumir eso a los chicos extranjeros— me codeó, di una pequeña sonrisa.
—¿Por qué es ilegal si no hay bebidas? —preguntó Alex y la verdad es que yo también estaba curiosa, en México -o por lo menos en mi barrio- las fiestas ilegales era básicamente eso, en secundaria me había tocado se parte de 2, y ambas sin que yo lo supiera, no sabía cómo conseguían las bebidas, pero estaban presentes en la fiesta, lo mismo pasaba en la prepa. Pero aquí, ¿cómo demonios iban a hacer una fiesta ilegal sin lo ilegal?
—Bueno, para este punto ya deberán saber algunas cosas que son mal vistas aquí— comenzó a explicar Kensho, Alex y yo asentimos— bueno, ya han sido parte de convivencias escolares, digamos que la fiesta de Halloween es para liberarnos, ser adolescentes normales. —Lo pensé un poco, era cierto que los chicos no tenían mucho para expresarse, tenían algo así como una vida controlada y a pesar de que salían los fines de semana y hacían un poco de desmadre entre clases, era más tiempo el que se comportaban como robots por las reglas sociales.
—Así que lo ilegal… ¿es disfrutar? —preguntó Alex mientras le ponía la liga a su cabello, todos asintieron.
—Lo ilegal es hacer todo lo que hacen en las series americanas.
—¿Fumar, beber y tener sexo? —pregunté, todos me voltearon a ver, Alex dejó salir una pequeña risa.
—Quizá sólo poder besarte con varias personas, y bailar provocativamente en disfraces bonitos— me dijo Sakura con una pequeña mueca, evité reírme, así que simplemente me mordí dentro de la mejilla para seguir hablando.
—¿han hecho esto por años y los profesores no lo saben? —dijo Alex un poco burlesco, yo le seguí cruzándome de brazos y levantando una ceja, Ren se encogió de hombros.
—Obviamente hay profesores que lo saben, algunos de ellos estudiaron en esta secundaria y hay rumores de que uno que otro fue a esa fiesta, pero, como ya les dije, está prohibido hablar de ello por lo que se puede decir que son cómplices. Porque si los que no estudiaron aquí llegaran a saberlo, todos estaríamos acabados.
El rubio y yo asentimos y dejamos el tema de lado, sin embargo, eso no impidió que pensara en esa misteriosa fiesta y en la probabilidad en la que fuéramos invitados, de nuevo, era presa de la curiosidad así que debía ir a esa fiesta si o si, además, en abril regresaría a México, no es cómo que me fuera a quedar aquí.
…
Nadie sabía cuándo iba a ser la fiesta, nadie sabía cómo te llegaba la invitación, simplemente pasaba y listo. La verdad es que llegué a olvidarlo, sin embargo, me tomó por sorpresa que el miércoles, a la hora de salir de la escuela y antes de las clases de inglés, normalmente Alex y yo nos dábamos una vuelta a algún lugar cerca de la escuela, pero él se había adelantado a su casa porque había olvidado las hojas con las actividades de hoy, por lo cual volvería casi a la hora, yo por mi parte, decidí ir al conbini por un snack, apenas di la vuelta cuando me tomaron por el brazo y me metieron a un lugar un tanto escondido, frente a mí había un chico con el uniforme, puse mis manos en la cintura en forma de molestia.
—¿Es que ustedes no aprenden? —pregunté, la verdad es que no sabía si me iba a hacer algo, pero ya tenía ganas de decir eso, él elevó las manos, yo lo reconocía, era de los de último año que siempre se la pasaban en las escaleras.
—No vengo a pelear— dijo un poco asustado —estoy aquí porque has sido invitada a la fiesta de Halloween de la escuela— me le quedé viendo unos segundos y asentí lentamente sin decir nada —es secreta, no todos están invitados— posteriormente sacó su celular —si no te importa, necesito tu LINE ID para enviarte la invitación y las especificaciones de la fiesta.
Con un suspiro, de mi chamarra saqué mi celular abriendo la aplicación mientras le dictaba mi usuario, para asegurarse de que era yo y para que a mí no se me olvidara me envió un mensaje con su nombre, asentí y después de eso él desapareció, no sin antes decirme que no debía decírselo a nadie. Cosa que obviamente cumpliría, no iba a arruinar amistades por andarlo diciendo. Ya si me los encontraba en la fiesta pues estaría bien.
Seguí mi camino al conbini, saludé a Ryuusei, compré y regresé a la escuela, se escuchaban muchas voces que venían del aula de canto y balones botando en el gimnasio para los del club de basquetbol, subí hasta el aula de inglés y me senté en el piso mientras revisaba mis redes sociales, aún tenía a Allyson, solía ver sus historias de Instagram y publicaciones en Facebook, pero supongo que me bloqueó ya que en la primera aplicación sólo salían las fotos, puesto que ella casi cada día grababa para subirlo a las historias, no me afecta en nada a decir verdad, sí, me sigue doliendo pero sé que es algo que no tiene solución.
…
Hello, my name is Eider. I like read books, I love Mexican food, I want a car and I wish go to Greece. —Dije mientras paseaba por la tarima de un lado a otro, hoy estábamos aprendiendo sobre las diferencias entre “gustar” y “amar”, “desear” y “querer”, esta vez sería una clase hablada, pues necesitaba escuchar su pronunciación y estar segura de que, sí estaban aprendiendo y no solo copiando de los apuntes como cuando les dejaba escribir, señalé a la primera fila a la persona de en medio y comenzó a decirme eso. —Akiyama-san— pronuncié sin ninguna diferencia en la voz, el nombrado me sonrió y se levantó.