Shoganai

Capítulo 28. Y la princesa escapó

Alex Jones

¿Por qué? Aun no lo descubrimos.

De cierta manera me siento traicionado, ella me lo contaba todo, cuando se sentía mal, cuando estaba alegre, cuando iba a verse con el profesor y toda su aventura, pero ahora, nada. Al principio creí que simplemente estaba enferma, ella me había dicho que no le gustaba tener el celular a su lado cuando estaba así, quise llamar a sus padres o a Kento, pero una u otra cosa me detenía, lo había olvidado hasta que recibí la llamada de su hermano. Y me preocupé.

Ellos creían que estaban conmigo, me quedé callado un segundo, ¿qué tal si se había ido con el profesor? Negué, él se había acercado a mí al final de su clase preguntando con ella y me prometió que la cuidara bien. No, no estaban juntos y eso me alarmó más.

Revisé su habitación con mucho cuidado, quería información después de todo y llegué a la conclusión de que había salido de Saitama, no sabía si de Japón pues dónde llevaba su JRP (Japan Rail Pass) también llevaba sus documentos. Al día siguiente me hice una idea de que quizá se estaba quedando con uno de los chicos con los que viajamos, podía estar en Tokio o en Gunma, pero cuando mensajeé a los chicos ninguno me supo decir de ella, les había llamado ya que por llamada no les daba tiempo de pensar, su sorpresa fue mucha, no quise preocuparlos así que simplemente les dije que ella regresaría el lunes para clase y que solo era una broma.

Pero pasó el lunes y ella no se apareció.

Sus amigos de la escuela me preguntaron por ella a lo que simplemente respondí que no se sentía muy bien y que no sabía cuando regresaría, no los quería alertar ahora mismo, se preocuparían demasiado. Los profesores de ella también me preguntaron y les dije lo mismo.

Pasó el martes, el miércoles: dónde me tuve que hacer cargo de los dos grupos y su curiosidad por saber de la chica de ojos verdes aumentó y el jueves.

Yo ya no sabía que hacer, así que, después de la escuela pasé a la cafetería de siempre, sólo me iría a sentar un rato, quizá pediría algo de café muy fuerte, pero antes de lo que pensé un vaso se encontró frente a mí, levanté la mirada, el mesero que casi siempre nos atendía a Eider y a mí se encontraba ahí, me dio una leve sonrisa y se sentó en el sofá del frente, lo miré con el ceño fruncido.

—Yo no lo pedí— dije él asintió.

—Lo sé— contestó cruzándose de brazos.

—No le tomaré— volví a hablar.

—Ya está pagado— le miré curioso —es un encargo— dijo dándome una bonita sonrisa, fruncí el ceño de nuevo.

—¿Qué quieres decir? —pregunté poniéndome recto.

—La chica con la que siempre vienes me lo encargo cuando te viera aquí —me sorprendí tanto que no podía hablar, pero él continúo —dijo que pensarías en pedir algo fuerte, pero que eres demasiado débil y más cuando estás preocupado, así que me dio instrucciones específicas de darte un chocolate caliente con una cucharada más de azúcar y crema batida y sentarme aquí contigo para platicar. —abrí los ojos, esa mujer era una bruja, me sonrojé un poco y desvié la mirada totalmente avergonzado, le di un sorbo a mi chocolate. —Soy Kenshin, un placer conocerte por fin.

—Ah, soy Alex, mucho gusto Kenshin— dije dándole un asentimiento.

Y así, por un momento me olvidé de la preocupación, me dediqué a disfrutar y olvidé a Eider, sabía que esa era su intensión, nada se le escapa. Kenshin es un chico muy amigable y me hizo sentir cómodo casi de inmediato, al final, curioso en el por qué la chica le había pedido aquello y por qué me encontraba tan preocupado le conté lo que sucedió, abrió los ojos sorprendido y un poco apenado se disculpó.

—Lo siento, de haber sabido la hubiera detenido— dijo.

—No había manera de saberlo— comenté para calmarlo —pero, puedo preguntar ¿Qué día vino y a qué hora? —Él puso su mano en la barbilla pensando y después me miró.

—El miércoles a las 6, justo cuando mi turno comenzó.

—¿Qué traía?

—Un hoddie blanco, un pans blanco también y converse rojas, su cabello estaba atado y traía una gorra— pensó un poco más, centrándose mejor en mi preocupación —Llevaba una mochila negra y cuando me anotó las instrucciones pude ver que tenía el JRP en la bolsa del hoddie y un boleto, no leí bien el destino, pero creo que era Tokio.

—Básicamente todavía estaba aquí hasta que salí de la escuela, ella estuvo aquí todo el día— susurré.

—Hay algo más— dijo y sacó de su chamarra una hoja doblada —no evitaré decir que me dio curiosidad leerlo, pero está en un idioma que no comprendo—

Me dio el papel que traía mi nombre escrito con la hermosa letra de Eider, lo abrí de inmediato y las lágrimas salieron de mis ojos, Kenshin se cambió de lugar justo a mi lado para darme unos golpecitos en la espalda, como pude traduje la nota y él insistió en llevarme a casa, algo que no negué, mensajeé a Kento y a mis padres para que fueran a casa de los Yamashita, dónde les leería esto, con ayuda del mesero llegué a casa de Eider dónde Kento me esperaba, sin tiempo de presentaciones Kenshin entró también y después de una rápida explicación proseguí a leer.

Todos en la sala comenzaron a llorar, ni siquiera había notado que Risa se encontraba ahí, pero, ahora sabía que un peso se había quitado de los hombros de todos, ya no había mucha preocupación, sabíamos una parte de un posible gran problema, pero nos quedamos tranquilos, simplemente esperaríamos a que ella se sintiera con ánimos de enviarnos un mensaje y posteriormente a su regreso.

Confiábamos mucho en Eider, enviamos todas nuestras energías ignorando el cómo diablos llegarían hasta ella y después de varios días se sintió un poco de paz, mañana hablaría con los profesores para que la cubrieran.

QUERIDO ALEX, FAMILIA Y KENSHIN

La verdad es que no sé hasta cuando Alex se sienta mejor como para ir al café, espero que no haya pasado mucho tiempo para cuando lean esto.




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