Shoganai

Capítulo 37. Un mensaje de auxilio

Kaito Akiyama

Las vacaciones habían comenzado ya, el 26 de diciembre fue el último día de clases, eso significaba que podía descansar, también me decidí a viajar a Niigata para encontrarme con mis 2 hermanos que no había visto desde hace varios años, no teníamos una relación cercana pero tampoco muy lejana, como unos hermanos cualesquiera. Todos habíamos nacido en Niigata y pasamos la mayoría de nuestra infancia ahí, fue en preparatoria dónde mis padres se mudaron a Saitama por una oportunidad de tener una vida mejor, fue en la universidad cuando todos decidieron regresar a Niigata, mis hermanos y yo habíamos acordado ayudar a nuestro padre para que él ya no trabajara y tuviera tiempo para sí mismo y mi madre, aparte, con la enfermedad que tenía no debía trabajar. Yo les dije que me quedaría en Saitama y mis padres sin dudarlo me dejaron la casa para que no me preocupara de nada más que mis estudios.

Tuve muchos trabajos de medio tiempo como estudiante, al final, poco después de graduarme conseguí trabajo en la preparatoria en la que estudié y he quedado satisfecho con ello.

Era momento de reunirme con ellos y mamá. Pensaba irme el 29 de diciembre para llegar allá a tiempo para pasar tiempo en familia, sin embargo, algo me decía que debía esperar un poco.

Alex no nos dejó tarea de inglés más que practicar en casa, no importaba si era solos, en compañía o si nos reuníamos entre todos, sólo teníamos que practicar. Yo hasta ahora sólo había estado viendo algunos programas de televisión y me sorprendí de que comprendía muchas cosas, practicaba un poco mi pronunciación, solía escribir algunas pocas cosas también y corregir mis ejercicios ya que Alex también nos los había dado, en algunos de ellos podía ver la bonita letra de Eider e incluso en cómo en mi primer examen estaba el dibujo que yo había hecho, que ella había terminado junto con la frase que no podía dejar de sonreír cuando la veía.

“The next time, please, draw in your notebook. And be less asshole with your answers. -Eider-sensei”

Estaba justo debajo de lo que yo había escrito y luego borrado, recordaba perfectamente lo que decía.

なんて美しい笑顔

Qué bonita sonrisa

Recuerdo que me encontré asustado por lo que pensé y escribí, lo borré de inmediato, pero se quedó en mi mente, tan grabado que cada vez que la veía solo fantaseaba en volver a ver su sonrisa y convencerme de que no era bonita, pero eso no sucedió.

Hoy tenía la visita de una de mis primas, creía ya saber a qué venía, igualmente estaba curioso, no era muy cercano con nadie de mi familia, exceptuando a mamá y papá, pero ella era una especie de excepción, no hablábamos mucho, ni nos veíamos, pero siempre contábamos con el otro. Justo diez minutos antes de las tres de la tarde ella llegó a mi casa, me sonrió, fruncí el ceño pues venía sola, ella no esperó a que le preguntara.

—Haruki no ha venido, lo dejé en Gunma— dijo entrando a la sala, se sentó y continuó —no tiene que enterarse de qué es lo que voy a hacer aquí— me guiñó un ojo, rodé los ojos en respuesta, no tenía ni idea de qué haríamos en estos 2 días con ella aquí, pero suponía que yo no tendría descanso alguno.

Mi prima Yumei me trajo como su esclavo por casi toda la ciudad buscando adornos, no sólo para año nuevo, sino también para su boda -que ya faltaban 4 meses- por lo que me había contado, estuvo por muchas ciudades de Japón buscando adornos bonitos que combinaran con el tema de su boda -el cual yo no sabía que tenía tema- estuvimos en lugares para turistas por los recuerdos, en plazas y tiendas de decoraciones, afortunadamente paramos en un restaurante para tomar fuerzas y comer.

—Vaya, te has visto en problemas, Kaito— me respondió llevándose un pedazo de hamburguesa a la boca —yo sabía que Kamenashi-san era un poco loca, se le notaba— suspiré, no podía argumentar contra la verdad, pero a final de cuentas Nanami era mi amiga así que hice el intento de defenderla.

—No es loca, simplemente está…frustrada— me miró con cara aburrida, tomé un poco más de té.

—Kaito, todos sabíamos que Kamenashi-san sería un problema, y ahora esto. Entiendo que la quieras defender porque es tu amiga y han pasado muchas cosas entre ustedes, pero ella necesita ayuda, imagínate donde le haga pasar un accidente a la chica que me dices que te gusta —aquello me dejó helado— puede que ella esté enojada contigo, pero sería incapaz de hacerte algo, imagínate que trate de matarla, bueno, es muy precipitado. Imagina que la quiera mandar al hospital grave. Creo que fue una sabia decisión de su hermano alejarte de ella, y sabio por parte de ti también.

Un silencio se instaló entre nosotros, nadie entendía mejor a una mujer que otra mujer, quizá Yumei tenía razón, pero no quería aceptarlo, Nanami y yo teníamos un vínculo, según yo ya había dibujado la línea muy fuerte y clara entre nosotros, pero ella pensaba que se estaba difuminando. Mi mente revivió el segundo en que ella me besó, a pesar de haber sido un tiempo muy muy corto, eso era capaz de hacerme pensar, sí, había besado a muchas chicas -bueno, no muchas- pero no quería salir ni besar a nadie más que a Eider, ese intento de beso me hacía sentir que le había fallado sin ser nada, cuando sabía que a ella no le interesaría.

—Kaito— habló mi prima de nuevo, más suave—tendrás que enfrentarte a lo que viene, porque una mujer hace lo que sea por un hombre.

—¿A qué te refieres?

—Si Kamenashi-san no ha hecho nada es porque esa chica que te gusta no está en la ciudad, pero cuando ella regrese, se armará una especie de guerra, una en la que no te puedes meter para defender, porque se está peleando tu amiga y el amor de tu vida, dime, ¿a quién defenderías?, ¿a la amiga que siempre estuvo a tu lado, con la que tienes historia? ¿o a la chica de la que estás enamorado y piensas que es la indicada?




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