Shoganai

Capítulo 47. La caja de pandora fue abierta

Después de mi increíble descubrimiento hace 2 días, era momento de escalar un poco más, había estado recopilando la información que me mandaba Esmeralda sobre Allyson, debía decir que inclusive hice un tablero de conexiones en mi habitación -la verdad, nomás porque tenía ganas de hacer eso, aparte de que es muy útil-. No quería que nadie me ayudara o se enterara de aquello porque me tomarían de loca, estaba escondido detrás de la puerta del armario.

A pesar de todos mis hallazgos aun no me encontraba satisfecha, y es que quería algo que cerrara mi ciclo y respondiera a la pregunta de “¿Qué es lo que planean conmigo?” yo sabía que la única manera de responder a eso era tener el celular de Kamenashi-san, pero no sabía dónde estaba, si en el psiquiátrico o en evidencias con la policía, debía descubrirlo, debía tenerlo, estaba consciente de las consecuencias, pero era necesario para saciar mi sed de respuestas.

No fue hasta el sábado que conseguí lo que quería, no había sido nada difícil, Hiroto, Rumi, Kaito y yo iríamos a la estación de policía a ver que noticias había, cómo no necesitaba estar con ellos me las arreglé para investigar en dónde estaban las propiedades de la profesora, las encontré en una oficina, solamente tomé el celular y me devolví a esperar a los adultos. Después fuimos a una segunda visita con Kamenashi-san, bueno, segunda para mí, pero como 5ta de Hiroto, todos concordamos que el profesor Akiyama debía quedarse afuera pues no creíamos factible que se reencontrara con la mujer así, él accedió y sin que nadie se diera cuenta besó mi frente —ten cuidado— asentí y entré con los demás.

La visita no duró más de 30 minutos en los que ella, desde mi última visita, se veía mejor, pero aun me miraba con recelo, más no con ganas de venganza, lo cual me alivió de sobremanera. El investigador le hizo unas cuantas preguntas importantes y después de despedirnos, ella regresó a su habitación, el doctor y la psiquiatra tomaron asiento frente a nosotros para darnos más información necesaria.

—Se le ha visto muy bien, los medicamentos han hecho lo suyo, está más calmada y el último estudio de su cerebro muestra signos normales, pero queremos ver si bajan un poco— apuntó el médico mostrándonos unas imágenes con ondas de calor en comparación de cuando recién ingresó y hasta el día de ayer.

—Sí, igualmente en mis sesiones, se ha mostrado más abierta y me ha dado información importante que acabo de transcribir para usted señor Takahashi, se lo he enviado al correo que me dejó— él asintió —pero en sí, está muy bien, excelente.

—Dado esto, creemos que el miércoles o jueves le daremos de alta, ya que ha mostrado una mejoría impresionante— todos asentimos a lo dicho por el médico, no mentiré, estaba nerviosa, pero confiaba en que ella estaba mejor y ya no quería asesinarme o algo así, además, estaba segura que para el miércoles ya tendría todo resuelto.

Regresamos a la estación, pues todos habíamos ido al psiquiátrico en el auto de Takahashi-san, antes de irnos el hombre pidió hablar conmigo en privado, eso hizo que Hiroto y Rumi quienes estaban a punto de montarse en su auto, lo cerraran y esperaran afuera por mí, igualmente Kaito quien era el responsable de llevarme de regreso a casa, acompañé al investigador por los pasillos hasta entrar en su oficina, cerró la puerta y bajó las persianas, ambos tomamos asiento y esperé a que hablara.

—Espero que las respuestas te hayan dado una pista de lo que querías— dijo, sonreí un poco, él abrió su computadora para checar el correo que le había mandado la mujer.

—Sí, estoy segura que sí— respondí —muchas gracias por dejarme tener el celular por un tiempo, el lunes sin falta está de regreso aquí— él asintió una vez con fuerza, y después me dedicó una sonrisa.

—Tengo curiosidad del por qué lo necesitas.

—Digamos que estoy haciendo una investigación por mi cuenta— hice una pausa —prometo que le diré el lunes que ya tenga todas las respuestas.

—Muy bien. Decías que también querías esto ¿no? —señaló con la cabeza la computadora, haciendo referencia al email.

—Sí, por favor, creo que es importante.

—De acuerdo, te lo mandaré por correo entonces, nos vemos el lunes, Luján-san.

 

Cuando regresé el lunes por la mañana a la escuela, todo el mundo me miraba extraño, estaba de cierta manera acostumbrada a ello, pero, esto era más que obvio, es decir, ellos ya estaban acostumbrados a mi presencia que no había razón para que me miraran así a menos que hubiera hecho algo. Recuerdo haber llegado al salón y mis amigos me miraron, sin embargo, no me saludaron, me evitaron totalmente, extrañada salí sin tomarles importancia, todos susurraban cosas mirándome, señalándome, me sentía expuesta y ni siquiera tenía idea del por qué, odiaba esto de los japoneses, ellos chismeaban en voz alta y bastante obvio, estaba a nada de decirles qué sucedía con un tono de demanda para asustarlos pero justo alguien me jaloneó y metió en un salón de clases.

—¿Qué… Alex? —miré al rubio quién respiraba con problemas, señal de haber corrido, traía la mochila puesta, lo que me decía que apenas había llegado —¿Estás bien? ¿Qué pasa?

—Eider, hay problemas, y son fuertes.

Seguido me contó lo que decían acerca de mí, pero no solo sobre mi persona sino también sobre Akiyama-san, la sorpresa fue demasiada, creo que más que mi enojo, alguien había esparcido el rumor de que el profesor y yo éramos pareja, pero no sólo aquello, sino que había dormido en su casa y habíamos tenido sexo, esa era la razón por la que estaba enojada, el tener sexo, porque, a pesar de que era la única mentira en su totalidad sentía que era la que las personas más se creían. Pronto apareció la preocupación, ¿cómo estaba el profesor acerca de esto?

—Eider, estoy seguro que te llamarán a la oficina del director en cuando el profesor llegué— dijo y me tomó de los hombros —Estoy aquí para apoyarte, lo sabes. Yo sé que a ti se te resbala todo lo que hablen sobre ti, pero, sé también que te preocupas por el profesor.




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