Parecía que Eider no podía salir de las malas experiencias, ni del hospital, cada vez que iba a uno era por algo peor que lo anterior, las quemaduras en su cuello eran de primer grado, lo cual alivió a todos pues se veían tan horribles que pensaron que podrían llegar a ser de segundo grado, Eider estaba inconsciente, afortunadamente por el acto de la profesora de ponerle un cubrebocas hizo que no aspirara tanto humo del incendio por lo cual sus pulmones y vía respiratoria estaban bien, solo un poco dañados.
Por su parte, Nanami estaba igualmente inconsciente, no tenía nada de heridas o quemaduras, solo era lo fuerte del incendio y el estrés que hizo que se desmayara, sus pulmones y vías respiratorias estaban mucho mejor que las de la adolescente, así que en unos minutos pudo ser atendida, mientras tanto, los doctores se centraban en Eider, pues al tener una herida profunda como la apuñalada, las descargas pudieron haberle hecho más daño de lo visto.
Kaito, Alex, Hiroto y Rumi estaban en la habitación de Nanami, pues ya no estaba en riesgo, ahora solo esperaban a que despertara y que el doctor la revisara, además, esperaban también noticias de la de ojos verdes, y los sillones de las habitaciones eran más cómodos que los de la sala de espera. Alex intentó dormir, pero no podía por la preocupación al igual que los demás, así que se mantuvo despierto hasta las 8 que todos se fueron a desayunar, menos Hiroto que decidió quedarse junto con su hermana por si algo sucedía.
—¿Por qué le haría eso a Nanami? —se preguntó Kaito mientras tomaba un poco de café.
—Ha de haber traicionado a Allyson —respondió Alex, Rumi asintió estando de acuerdo con el chico.
—No es casualidad de que ella te hubiera llamado y Eider apareciera con un cubrebocas mágicamente entre los brazos de Nanami— comentó la chica, eso era verdad, aunque Kaito dudó por un segundo atender al llamado de Nanami por si fuese mentira, su corazón decidió ir por ello, además, la mujer lloraba fuertemente, eso era imposible de fingir.
Paso una media hora cuando decidieron volver a la habitación de Nanami, Hiroto estaba afuera y explicó que su hermana había despertado hace un momento, así que los médicos estaban revisándola, preguntaron sobre Eider, pero aun no había noticias de la chica. Pronto, el doctor les dejó entrar, sonrieron al ver a Nanami bien, ella les regresó la sonrisa. Kaito tenía sentimientos encontrados, es decir, no quería decir que no estaba feliz de que su amiga estaba bien, pero fue por ella que Eider estaba en el estado que estaba, le había hecho pasar una pesadilla, era muy difícil que él volviera a confiar en ella después de lo que hizo, y eso lo podía sentir la profesora, por lo que apretó un poco los labios.
—¿Cómo está Luján? —preguntó en voz baja, un tanto nerviosa, Hiroto se encargó de responder.
—Cuando llegó al hospital estaba dentro de lo que cabe bien, pero ahora que han visto las heridas de cuello, han tenido que montarle guardia por lo de la apuñalada, por si las descargas tuvieron consecuencias en ella, así que hasta el momento no hemos sabido nada de ella. —la explicación de su hermano le dejó helada y una especie de tristeza inundó a Nanami, se sentía tan culpable que las lágrimas inundaron sus ojos, aquel acto le confirmó a Kaito que su amiga había regresado, que estaba volviendo a ser Nanami y no una extraña en busca de hacer daño.
Todos acordaron centrarse en la profesora, por un instante olvidarse de la adolescente castaña de los ojos verdes, porque de igual manera no sabrían nada de ella en un tiempo hasta que los médicos les dijeran las noticias, Nanami no podía comer cosas sólidas, así que Rumi le ofreció un té a temperatura ambiente que tomó sin problema, hablaron de temas variados, evitando a toda cosa las situaciones difíciles que Nanami había tenido con Eider, eso la profesora lo sabía y le emocionó el hecho de que aún se preocupaban por ella cuando no lo merecía.
El señor Takahashi entró por la puerta, llamando la atención de todos los presentes, poniendo nerviosos a los que le conocían, porque sabían qué es lo que iba a hacer el hombre, Nanami lo miró con curiosidad, intentando reconocerlo, un recuerdo lejano vino a su memoria, de su cara a lado de la de Eider en un lugar brillante, pero no terminaba de comprender de quién se trataba. —¿Quién es usted? —preguntó la profesora Kamenashi.
—Mi nombre es Takahashi Ito, le explicaré quién soy en unos momentos, primero debo hablar con el señor Kamenashi y el señor Akiyama —los nombrados se levantaron al momento y caminaron fuera de la habitación, una vez alejados de dónde estaba hospitalizada Nanami, decidió hablar primero Akiyama-san.
—Al parecer no lo recuerda —comentó el hombre de cabello largo.
—Es natural, cuando nos vimos pasó una situación muy fuerte con emociones muy muy poderosas, posiblemente tenga un recuerdo borroso de mí, pero no sabe de dónde es por la especie de trauma. —explicó el investigador lo que hizo que asintieran. —por otra parte, creo que es necesario que les comente que necesito hablar con ella sobre lo que pasó hace días, espero que comprendas esto Kamenashi-san. —dijo dirigiéndose a Hiroto quien con pesadez asintió.
—Sí, lo entiendo, ¿pero debe ser ahora? —preguntó, no quería que su hermana se sintiera presionada, frustrada y estresada por la situación, era demasiado, pero, para su pesar el investigador asintió, tenía una mirada de comprensión, pero trabajo era trabajo.
—No la presionaré, si es lo que te preocupa, entiendo perfectamente la situación por la que está pasando, no voy a ser severo, no me manejo de esa manera— Hiroto volvió a asentir al igual que Kaito, ambos debían comprender que era parte del trabajo de Takahashi-san. Así que, con ello, regresaron a la habitación en la que se encontraba Nanami, Hiroto le avisó a los que estaban adentro lo que iba a pasar, y después de que Rumi y Alex salieran el investigador procedió a entrar, ninguno sabría de qué hablarían.