Epílogo.

Algunos años después

Había estado demasiado cansada, había sido un día muy largo, pero claro que aquello no lo mostraba en mi rostro, porque a pesar de tener muchas ganas de echarme en una cama y dormir, debía seguir viva por un rato.

—¡Eider! —uno de mis amigos apareció en el salón de clases donde me estaba escondiendo, abrí los ojos cansados. —Vamos, es hora del show —el castaño me miraba con una sonrisa, su traje tinto resaltaba sus ojos miel, además de que poseía un buen cuerpo, igualmente traía tenis negros, porque “la comodidad es primero”, rodé los ojos y tomé su brazo que se extendía hacia mí.

—Pero antes, hagamos una parada en el baño —el responde a mis órdenes con un asentimiento, entro al baño y me miro al espejo fijamente, afuera se escuchan celebraciones, sonrío por inercia, examino mi maquillaje, nada del otro mundo, mis pestañas siguen donde deben estar, el labial está bien, sacó un pañuelito de mi bolsa y limpio mi sudor, conservé mi cabello corto, las ondas son despeinadas pero le dan un toque bonito, tengo un broche dorado de forma de laurel, mi vestido es rosa opaco y mangas transparentes holgadas que se amarran a mis muñecas en dónde, en una llevo un brazalete rojo que resalta ante todo.

Sonrío ante los recuerdos que me trae, recuerdos de hace algunos años atrás. Salgo del baño, donde el chico del traje tinto me sonríe mientras estira su mano hacía mí de nuevo, para guiarme al lugar principal. Entramos al enorme gimnasio, donde estaba hermosamente decorado con un gran cartel enfrente con la leyenda: ¡FELICIADES GRADUADOS!, aquello me hizo sentir demasiada emoción, lo que en un momento se veía increíblemente lejano ahora estaba pasando.

Mis amigos aparecieron frente a mí, Evelyn lucía un hermoso vestido azul que resaltaba con su piel morena y su cabello castaño y negro estaba recogido de manera ejemplar, además de que sus labios eran de un color rojizo encendido; Lara por su parte tenía un vestido lila con vuelo, su cabello rubio me recordaba a la princesa Aurora y sus labios solo tenían un gloss encima; después estaba Derek, quién estaba vestido normal, un traje negro con moño, zapatos muy brillantes y su cabello castaño muy bien peinado, estaba estrenando nuevos lentes por lo que varios ya le estaban alagando; William, el chico británico tenía el cabello rubio pulcro, su traje azul marino iban acorde con sus ojos y al igual que Evan -el chico del traje tinto- llevaba puesto tenis.

—¿Dónde está Yongmin? —pregunté al no ver al coreano entre nosotros, todos levantaron los hombros.

—Dijo que veía en camino, seguramente su compañero de piso lo atrasó de nuevo— todos asentimos de acuerdo, Yongmin compartía departamento con Christian, un chico demasiado ruidoso, que es famoso por llegar tarde siempre por quedarse dormido. Justamente, después apareció el asiático con un traje negro, su cabello negro estaba peinado con su flequillo ondulado, tenía sus lentes a las Harry Potter que parecían recién sacados de la tienda. Todos le saludamos, mientras veíamos como, atrás Christian caminaba como zombie con sus amigos.

Hablamos un poco más, antes de que la ceremonia comenzara, afortunadamente todos podíamos sentarnos en la misma mesa, reímos y tomamos miles de fotos y videos, pronto la ceremonia comenzó, por más que quería concentrarme en ella mis ojos estaban cerrándose, Evan movió su hombro dándome a entender que podía recargarme en él, le susurré un gracias y así lo hice. Creo que dormí como 10 minutos, pero cuando desperté uno de los estudiantes estaba dando un discurso.

Para el final de la noche, ya habíamos llorado y felicitado y bailado mucho, había sido una increíble noche, luego de aquello, quedamos de ir a casa de Lana, pues queríamos seguir la celebración mañana antes de que cada quién se fuera a pasar tiempo fuera. Arribamos a la casa de la chica, sus padres nos recibieron con una sonrisa y nos felicitaron a todos con un abrazo, fuimos a la habitación de fiestas que había en casa de la chica, bajamos varias almohadas y colchas, teníamos también dulces y bebidas, además de una gran variedad de películas de Disney.

Al día siguiente nos fuimos a comer a un restaurante elegante, porque nos lo merecíamos, brindamos por nuestro logro y por el futuro que nos esperaba, salir con mis amigos siempre era muy divertido, podíamos ir a un lugar caro o a sentarnos al parque con unas papitas y no nos importaría, el ambiente relajado y divertido nos seguía a donde fuera. Posiblemente duramos 2 horas en el restaurante hasta que William dijo que había un lugar que nos quería mostrar, que lo había descubierto hace dos días.

Sin más, nos montamos todos en la camioneta de los padres de Lana, con William como piloto y la anterior nombrada como copiloto, estábamos a nada del atardecer, que era nuestro momento favorito del día, era un lugar abierto, como una especie de lugar como para acampar, era hermoso, como un cuento de hadas real, - ¿demasiado? -, sonreímos a William, pero una parte de mí decía que había algo más, era extraño, tenía una vibra diferente, como todos estaban esperando a que algo pasara, menos yo y eso me traía malos recuerdos.

William nos dirigió a un claro, dónde todo estaba decorado con luces de colores y flores de todos los colores y formas, eso me hinchó el corazón, además de que había una especie de lago dónde flotaban luces también, un puente, escuché como Evan dijo “tenemos una sorpresa para ti”, le miré curiosa y al mismo tiempo desconfiada.

Me dirigieron al otro lado del puente, yo me negaba a caminar, algo bueno no podía salir de allí, al contrario del otro lado estaba totalmente oscuro, no se veía ni madres, ni la luna llena iluminaba, eso sí, comprendí al instante que vi lucecitas prenderse y apagarse, mis ojos se iluminaron, luciérnagas, de pronto una luz se encendió, una figura extrañamente familiar me fui acercando, esta vez sin la ayuda de mis amigos, y mis ojos se abrieron a más no poder mientras comenzaban a producir lágrimas.