Santiago James
Muchas cosas habían pasado desde la semana pasada, entre esas que la salida de Tammy y Nora, ella le había mencionado a Molly a mi solecito, se había enojado, luego nos arreglamos, le tuve que contar ciertas cosas y aunque me costó un poco lo hice. Claro que no le iba a decir todo lo malo, solo lo que tenía que saber para que se calmara un poco.
Por fin 14 de febrero, hablé con Barbie para que en el receso llevara a Nora al jardín secreto lugar donde fuimos interrumpidos muchas veces- y después tuve clases igual que siempre y volví a casa con Tom, pues las niñas irían de compras.
—Bro. -le dije a Tom.
—¿Si?
—¿No crees que se han tardado mucho? -no sé si estaba nervioso o algo, pero eran las 7 de la noche y ellas aún no habían vuelto.
—No. -se veía tan relajado- Es normal, mi hermanita es feliz viendo tiendas mil veces, te aseguro que llevan como mínimo 10 bolsas. -suspiró y luego volteó a verme- Ya llegaran, relájate. -me dijo para tranquilizarme.
Ok, si estaba nervioso.
—¿Ya tienes todo listo?
—Sí.
—¿A qué hora se van?
—Pues la mejor hora para ver todo es antes del amanecer, así que saldremos de aquí a las dos.
—Van a estar muertos de aquí a esa hora, deberían dormir antes. -no lo había pensado, es buena idea.
—Tienes razón, se lo propondré.
—Si es que acepta salir a esa hora.
—No se puede negar, ya ayer me dijo que sí. -dije confiado.
—Tú sabes cómo es Nora. -me vio obvio.
—Lo sé, pero no me va a decir que no. -estaba seguro.
—Si tú lo dices. -dijo Tom encogiéndose de hombros.
...
Un par de horas más tarde llegaron.
Al fin.
—¿Compraron el centro comercial? -le dijo a Tom a las chicas cuando llegaron.
—Tu hermana es una compradora compulsiva. -dijo Nora volteando los ojos.
—Eso es cierto. ¿no te hizo comprar nada? -Nora levanto un par de bolsas, se ve prometedor- Si me decías que no me iba a asustar. -Tom y yo comenzamos a reír y luego Nora se unió.
—No se burlen de mi y no soy compradora compulsiva. -se quejó Barbie.
—Nooooo. -dijimos como un coro, si lo cuadrábamos no salía.
—Son unos pesados todos. -Barbie se fue refunfuñando por todo el pasillo con sus mil bolsas, no tenía idea de cómo las llevaba todas, pero lo hacia.
El poder femenino de las compras.
Mi oportunidad de preguntar había llegado.
—¿Qué compraste? -pregunté con curiosidad enarcando una ceja- Ropa y dos pares zapatos.
—¿Puedo ver? -negó con la cabeza- ¿Por qué no? -le hice un mohín, nunca decía que no.
—Porque no Tiago. -por eso dije "decía" en pasado, porque me dijo que no- Por cierto ¿A qué hora nos vamos? -se me hacia raro que no preguntara.
—A las 2. -dije con tranquilidad.
—¡¿A las dos de la madrugada?! -noooo a las dos de la tarde de mañana, puse mis ojos en blanco- Si sabes que mañana hay clases ¿no?
—Lo sé, por eso puedes ir a dormir ahorita y te despiertas a la 1:30. -idea de Tom, créditos para él.
—Lo dices como si fuera fácil. -no le veo lo complicado, además tiene que ir a la habitación a ver algo.
—Lo es. -le sonreí de una forma que ella entendía perfectamente- ¿Prefieres que te lleve yo a la cama? -le dije suavemente y pude ver como apretó sus piernas.
—Creo que puedo ir sola. -dijo en un hilo de voz.
Cuando se fue de la sala, espere unos segundos y me pare para seguirla.
—Espero que te guste. -se asustó, ¿tan feo soy?
—¿Es para mí? -no tonta para la vecina que no tenemos.
Asentí y se acercó a la cama.
Le quitó el lazo a la caja y luego la abrió, tenia una sonrisa, pero estoy un 90% seguro de que no tiene idea de lo que es.
—¿Qué es? -dijo sacándolo y sonriendo.
—Un proyector de estrellas, lo puedes encender en las noches y asi no tendras que salir a ver las estrellas, solo lo enciendes y tendrás estrellas para ti. -me miró boquiabierta.
—Es precioso. -dijo levantándose de la cama.
Se acerco a mí, me abrazó y luego se puso de puntillas para besarme.
—Un segundo. -dijo analizando- ¿en la noche? -oh oh.
—Si, es que te gusta dormir con una luz de noche ¿no? -me frunció el ceño.
—Sí ¿pero tu como sabes?
—Las paredes hablan.
—Los Aiken hablan. -recalcó.
—También. -afirmé y le di un corto beso- ¿Te gusta?