Shtorm – Operación Tormenta

Prólogo

PRÓLOGO

Fuerzas especiales de Bielorrusia en sus helicópteros MI-8 y cerca de trescientos paracaidistas rusos en sus aviones IL-76 realizaron ejercicios militares de asalto aéreo a unos quince kilómetros de la frontera con Lituania. Dos paracaidistas rusos fallecieron en el entrenamiento. A su vez, Lituania, prooccidental, proNato y pro-US, ha acumulado tropas en su frontera, mientras Polonia, su aliada vecina, ha reunido quince mil soldados y material de guerra en la misma frontera.

Cerca de allí, Rusia ha acopiado baterías antiaéreas 2S1 de 122mm, misiles antiaéreos Buk-M3 y otro equipamiento de la 34. ªbrigada de Infantería Motorizada, moviendo todo este personal y material desde su base en Kerch, Crimea (tomada por Rusia en 2014), hasta posicionarlo en Yelnya, a unos ciento cincuenta kilómetros de la frontera con Ucrania. La televisión rusa y videos de tiktok se encargaron de difundir estos desplazamientos y prácticas militares a lo largo de la frontera, generando temor e inquietud en toda Europa y el mundo sobre una posible invasión rusa a Ucrania.

Simultáneamente, un canal prorruso de Telegram en Bielorrusia difundió videos de un tren transportando unidades norteamericanas de artillería M109 Paladin cuando cruzaban a través de Legnica, en Polonia, anunciando que el convoy iba hacia al este de Bielorrusia, cuando en realidad el convoy se dirigía al oeste, hacia Alemania.

Los anteriores hechos no son avances de lo que Shtorm nos ofrece en sus páginas, sino actividades reales de los últimos meses en un escenario centroeuropeo en el que confluyen migrantes iraquíes, los acuerdos de Minsk II, la OTAN, la UE, el Brexit, USA, Turquía, grupos extremistas del Oriente Medio y Rusia, naturalmente.

Las palabras de Putin: «Olvidarnos del mapa actual de Europa», pesan como una sentencia sobre un continente que por momentos parece haber perdido el rumbo, con migrantes, islamistas, secesionistas y revanchistas por doquier. No es la idílica Europa que el turismo nos enseñó, sino un equívoco multiforme que parece resucitar de las cenizas de la segunda guerra para derruir las bases de la civilización judeocristiana de occidente.

La trama con la que nos deleita el autor, salpicada de inteligencia artificial, armas hipersónicas, campañas de desinformación, cibercrimen, una eventual destrucción mutua asegurada con armas nucleares tácticas, y por supuesto, de rencor, odio, envidia, egos y ambiciones, nos mueve sin descanso entre las principales capitales europeas y campamentos de terroristas perdidos en la mitad de ninguna parte. Una especie de guerra híbrida no exenta de bombazos, asesinatos, ataques misilísticos y una incansable ofensiva de espías y especialistas de inteligencia que se mueven entre reconocidas agencias de información del viejo continente y del mundo. La narración es continua, imparable, dramática. Los términos son precisos sin ser rebuscados y exactos sin ser pedantes. El argumento es más que vigente, preocupante.

En una interesante nota de diciembre de 2021, el periodista español Ricardo Angoso, residenciado estacionalmente en Colombia, plantea la pregunta del millón por estos días: «¿EXISTE EL RIESGO DE UNA GUERRA ENTRE RUSIA Y UCRANIA?». Y el mismo responde: «Es evidente que sí, pero quien desencadene el conflicto pondrá en riesgo la estabilidad y la seguridad en el continente europeo por muchos años, llevándonos a una nueva guerra fría de consecuencias impredecibles para todos». La comprensión sistemática de las dinámicas que animan la situación en comento ayuda a colocar sobre la carta de situación, las probabilidades, las posibilidades y lo mejor de nuestra razón y de nuestra percepción con la esperanza que en el 2024 Europa y el mundo sean un concierto con menos altisonancia y con pocos retos de supervivencia global como los que se nos dibujan en Shtorm.

Desde sus primeros textos como escritor, Nicolás Martínez demuestra su gran capacidad de investigación, su intuitiva manera de enlazar hechos y su habilidad narrativa. El salto de la selva latinoamericana, de la confrontación colombo-venezolana, de la actividad narcoterrorista a la «civilizada» cultura político-militar europea nos ofrece la gran oportunidad de relievar sus excelentes condiciones como novelista.

Que haya un colombiano involucrado en todo este complejo escenario de escalamiento y eventual confrontación es novedoso, como intrigante es meterse en las entrañas de los principales protagonistas de esta narración, que se mueven entre la excitación de una investigación táctica, detectivesca y la trascendencia estratégica de actores racionales en acción.

La invitación es a sumergirse en esta montaña rusa de tensiones, intriga e imaginación basada en hechos ciertos que podrían, para cuando usted, amable lector, termine el relato, tenernos sometidos a una situación prebélica o inclusive bélica de insospechadas consecuencias.

Shtorm nos brinda una lectura granular, digna de uno de los mejores especialistas militares de Latinoamérica, en conjunto con una trama expectante que involucra serios pensamientos geopolíticos sobre la actual realidad europea, y de contera, norteamericana y rusa. Con esta novela, Martínez se pone en la vía de los clásicos narradores de suspenso basado en hechos reales, como Follet, Collins, Clancy, Chandler y otros.

JOHN MARULANDA



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En el texto hay: investigacion, militar, guerra

Editado: 18.10.2022

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