Si el "Felices para siempre" existiera

Prefacio

  Seis años atras



-Keira te conozco. Se que tienes miedo, que estas asustada por que no conoces nada allá y temes que no funcione...

-¿Me conoces mamá?-la interrumpó- Si lo hicieras sabrías que lo que de verdad quiero, y necesito es seguir mi vida aquí. Lo que necesito es estar cerca de mis amigos, y seguir en mi colegio. Pero tú no puedes respetar mi última voluntad.

-¡Keira basta, me canse!-dice casi gritando mientras mueve sus manos- estoy poniendo lo mejor de mi, estoy haciendo todo para tratar de que mejores, de darte las mejores acciones. Y tú lo único que haces es comportarte como una niña haciendo berrinches.

-¿Berrinches? ¿Eso es lo que hago?

-si Key, eso es lo que haces. Entiende esto lo hago por ti.

-¿por mi?-me paró en seco -Tu sueño siempre fue irte a vivir a Nueva York. Esto no es por mí, es por ti. A si que deja de usarme como excusa -le espetó y salgo rápidamente del loving, seguida de sus gritos diciendo que regrese, pero no lo hago.

Salgo de la casa y me siento en el cordón de la vereda. Trato de reprimir el impulso de llorar pero no puedo.

¿Porque?, ¿porque yo? ¿Porque ahora?

Todo se había derrumbado en pocas semanas. Vi a mi mundo caer al vacío y explora en pedacitos. Todo podía acabar, podía perderlo todo, y todo por una maldita enfermedad.

Pensar que hasta no hace mucho, todo era tan normal. Mi preocupación más grande era tratar de que la fiesta sorpresa de John siga siendo sorpresa, y que mamá no descubra lo mal que me estaba yendo en inglés. Yo era feliz, había empezado la secundaria...Julieta y yo habíamos ganado las entradas para ir a ver a Maroon 5, la banda que tanto amábamos... Era feliz y Todo se fue por el caño.

-¿Keira?-levantó la vista y veo a Lisandro acercándose por la calle.

-Hola Liz ¿todo bien?-digo con la voz quebrada mientras Trato de secar mis lágrimas con el dorso de mi mano.

-Yo sí...pero veo que tu no- se sienta a mi lado y rodea sus rodillas con sus brazos.

-Acertaste-suspiro-¿Qué haces por aquí?

Lisandro... lo conocía hacía tan poco, pero había logrado ganarse mi afecto y mi amistad. Ambos íbamos al mismo curso, pero a pesar de eso nunca habíamos cruzado palabra, lo que ahora me suena irónico después de todo lo que viví con él luego de aquella tarde de otoño; Hace una dos semanas, más o menos, el me había encontrado en la calle a punto de desmayarme, no me conocía más que de vista para ese momento, pero cuando me vio, no se lo pensó dos veces y me ayudó, cuando para todas las personas a mi alrededor era invisible. Él fue quien me convenció de ir al médico, y se quedó conmigo aun cuando había llegado mi madre y quizás no era necesario. No me abandonó en ningún momento, aun cuando el diagnóstico fue devastador el estuvo ahí y me contuvo. Él era el único- además de mi madre y mi hermana -, que sabía que tenía leucemia.

-Vine a ver como estabas, faltaste un par de días al colegio y me preocupe. 

-Se podría decir que estoy bien, si omitimos el pequeño detalle de que tengo cáncer de sangre-Miro al frente y rió con amargura.

-Buen punto- suspira y me empuja con un codo- Key yo...

-Voy a mudarme -le espetó así sin más- nos iremos a vivir a Estados Unidos- necesitaba hablar con alguien y sabía que él Lisandro me escucharía. Era una de las personas en las que más confiaba en estos momentos.

-¿Que?-gira su cabeza y nuestras miradas se cruzan.

- Le hicieron una oferta de trabajo a mi madre en Nueva York, así que nos iremos a vivir allá...- vuelvo a poner la vista al frente- ahí podré ir a las mejores escuelas y tratarme con los mejores expertos - mi voz denota sarcasmo, lo que no trato de ocultar -es una excelente oportunidad ¿no crees?

-Pero tú no quieres irte...-yo niego aun con la vista enfrente -¿y hablaste con tu madre sobre ello?

-Si, lo hice. Pero ella no cambiara de parecer- suspiro y me apoyo contra su costado- es tan injusto- se me escapa un sollozo, mi vista se nubla. Hago un intento fallido en no romper en llanto, a lo que Lisandro me rodea con sus brazos y me atrae hacia su pecho.

-Shuuu Key tranquila todo saldrá bien - no fue necesario que le explicara de lo que estaba hablando, él lo sabía.

-¿y si no funciona? Existe la posibilidad de que el tratamiento....

-¡Ey Key!-se separa y agarra mi rostro entre sus manos- escucha, no pienses en eso, estás viva y eso es lo que importa ahora. Sé que es imposible que no pienses en ello, pero eso solo te hará daño- sus ojos, unos hermosos ojos color miel, estaban clavados en los míos-, tienes que luchar. Sé que no es fácil, pero debes ser fuerte ¿si?- asiento y él besa mi frente.

Lo abrazo. Sus brazos son cálidos y fuertes...logran calmarme.

No sabía decir por cuánto tiempo estuvimos abrazados...tampoco porque ese abrazo provocó un extraño cosquilleo en mí. Lo que sí sabía es que me encantaba que me abrazara y que no querría que dejase de hacerlo jamás.

-Liz...- mi voz es amortiguada por su hombro.

-¿si?-dice casi en un susurro. Rompo el abrazo para poder mirarlo a los ojos.

-No le digas nada a John ni a Julieta sobre mi enfermedad, hablaré con ellos cuando mejore y pueda decirles que no tienen de que procurarse, pero hasta entonces, te pido que no hables sobre ello.

-Lo prometo- le doy un último abrazo esté un poco mas corto.

-Gracias, por todo.


 



#10691 en Joven Adulto

En el texto hay: amistad, amor primero, emfermedad

Editado: 12.04.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.