Levana
- ¡Ugh! ¡Cuánta luz! No sé por qué la escuela empieza a las 7:30 de la mañana si el cerebro no se activa hasta las 10. - Dije nada más levantarme. Lo de las diez de la mañana es cierto, lo leí una vez en internet investigando sobre el cerebro para un trabajo de la clase de biología. Bueno, por lo menos podré ver a Skyler, mi mejor amiga y la única que estuvo conmigo desde lo de mi madre…
Salgo de la cama a las 6 y me voy al baño al lado de mi cuarto para lavarme la cara y hacerme un poco del skincare ese que me ruega mi amiga que me haga. No tengo tendencia a tener barritos ni poros abiertos, pero no me venía mal de vez en cuando (sobre todo cuando mi queridísima amiga me obligaba a salir de fiesta con ella y quedarme hasta muy tarde).
- ¡HOLAAAA! ¿Hay alguien? ¡LEVII!
Reconocería esa voz tan femenina aunque me quedase sorda. Entra una chica esbelta y delgada, digna de ser un ángel de Victoria's Secret.
- ¡SKY! No grites tanto, aún me duele la cabeza…
- Cómo no te va a doler si te bebiste media mercancía de alcohol que había en el club.
- No fue toda, Sky. Además, ¡fuiste tú quien me dió el alcohol! Sabes muy bien que yo no bebo. - Aunque, a decir verdad, no recuerdo mucho de aquello…
- Querrás decir que ya no lo hacías, Lev. - Pone una carita de santa y me dan ganas de estrangularla, pero me quedaría sin nadie a quien contarle mis secretos y confidencias. No le presto mucha atención. - Está bien, dejemos el tema y cámbiate ya que vamos a llegar tarde.
- ¿Qué hora es? - Le pregunto a Skyler mientras busco algo para ponerme.
- ¡Pues y 25! - Dice apurada.
- Entonces tranquila, aún nos queda tiempo. - Respondo de lo más tranquila.
- ¡NO NOS QUEDA CASI NADA! Te dije y 25 porque pensé que estabas al corriente de la hora, Levana.
- ¿Qué quieres decir, Sky?
- ¡PUES QUE SON LAS 7 Y 25!
¿CUÁNDO HA PASADO TAN RÁPIDO EL TIEMPO?
***
Literatura, una asignatura que me encanta solo porque me gusta leer desde que soy consciente de ello. Aunque los libros que nos mandan leer no son muy adecuados, gracias a ellos mucha gente no lee porque piensa que todos los libros son iguales a estos, lo cual es mentira.
- Cada libro es una ventana de escape de la realidad. - Suelto sin querer en voz no muy alta, aunque sí lo suficiente como para que la profesora me escuche.
- ¿Qué quiere decir, señorita Castiatto? - Me pregunta la señorita Mendeleiev, sí, es francesa como habrás podido deducir por su apellido.
- Nada, perdón, estaba pensando en otras cosas, no quería interrumpir. - Me disculpé.
- De acuerdo, pero que no vuelva a pasar. - Me pide amistosamente. Sabe que me gusta la literatura, y sabe lo que opino sobre los libros que mandan, así que no vuelvo a interrumpir y me concentro en la clase.
- Por fin en casa, te echaba de menos mamá. - Digo enfrente de una foto. Ella ya no está desde hace unos pocos años, pero tengo una foto en cada habitación de la casa para “contarle” cosas, de como me ha ido el día, de los exámenes (con sus respectivas notas, claro), además de amistades, los chicos que me han ido gustando, y también cuando me dejaron de gustar; muchas cosas que quería contarle antes de que se fuera.