Levana
Por fin llego a casa después de pasar toda la tarde con Sky hablando de su nuevo ligue: Gale, Jale, Lei… no recuerdo bien su nombre. Tampoco creo que haga mucha falta la verdad, a los dos días ya se habrá cansado de él. Después de terminar los deberes que mandaron en literatura, fui hacia la cocina para prepararme un bol de palomitas enorme y ver una serie o una película. Mientras se hacían las palomitas, pensé en lo que vería. Aunque un escalofrío me recorrió el cuerpo.
- Debo de haberme olvidado de poner la calefacción. - Dije en voz medianamente alta. De normal hace frío en mi casa, pero hoy hacía más, y desconocía por qué. De repente escuché un quejido y me sobresalté. - ¿Qué ha sido eso? - Pero luego recordé que había dejado la ventana de mi cuarto abierta y que tenía que engrasarla. - Por eso hacía tanto frío, no lo veía normal. En fin.
Cuando mi aperitivo estuvo listo, vertí el contenido en mi bol favorito y me fui en dirección al sofá. Me acomodé y opté por ver una serie. - Riverdale… Me han hablado mucho de esta, pero nunca me dio por verla. Vamos a ver de qué va. - Y le di al play. La “N” gigante y roja representativa del tío Netflix (le digo así porque lo ví en muchos memes) apareció, pero la televisión se apagó. - Genial. Un apagón. Justo lo que me hacía falta en estos momentos, menos mal que ya hice las tareas…
Intenté encender alguna luz, busqué algún indicio de iluminación en el más mínimo rincón. Nada. Oscuridad. De repente suena mi móvil, y en cuanto veo de quién se trata respondo a la llamada de mi mejor amiga.
- ¡SKYLER! - Grito nada más responder.
- ¿Qué te pasa? - Dijo con un tono confuso.
- Hay un apagón en mi casa.
- Pues que raro, nunca te había pasado eso.
- Lo sé. - Digo un poco abrumada.
Estoy a punto de pedirle una cosa cuando de repente…
- ¿Quieres que vaya y te acompañe? - Me conoce demasiado bien.
- Si no es mucha molestia para ti…
- Sabes que nunca lo es. Eres mi amiga y haré lo que sea para que te sientas cómoda con cualquier cosa.
***
3 a.m.
Me muevo inquieta en la cama, y me termino despertando con Sky a mi lado. Sabe cómo hacerme sentir bien. Intento recordar lo que hicimos después de que llegó empapada por la lluvia de la que ni siquiera me di cuenta que había. Miro el reloj. Siempre a la misma hora, en la misma postura y de la misma manera. Ya estoy acostumbrada, pero la rutina cansa, como me diría mi madre. Querida madre, otro sueño contigo, aunque cada vez van mejorando… Bajo las escaleras para ir a la cocina, pero a mitad de camino un ruido me detiene.
- Hola Sky. - Digo en voz baja.
- ¿Otra vez despierta, Levi? Te lo digo en serio, deberías ir a terapia. Esto no puede seguir así, apenas puedes descansar. De verdad que me preocupo por ti.
- De acuerdo, Sky, iré a donde me digas.
- ¡Eso amiga! - Sé que está a punto de decir algo más, pero me adelanto.
- Pero con una condición.
-La que sea, con tal de que puedas dormir toda la noche del tirón. - Contesta emocionada.
- Que vengas conmigo.
- ¡SÍ! - Exclama fuertemente.
- ¡SKY! - Le grito no muy alto - Vas a despertar a los vecinos.
- Perdón.
Nos reímos de lo que acababa de pasar y nos quedamos en el salón a dormir, no sin antes ver algo en el televisor.
- Mañana será un gran día.
- Sí lo será amiga, sí que lo será.