Si fueras ella

CAPÍTULO 46

SERENA

¿Por qué me bese con Ignacio? ¿Qué me pasó por la cabeza al hacer eso? No ha dejado de llamarme y enviarme mensajes. Con Alexander fuera de la ciudad, me volveré loca, necesito hablar con alguien.

Hoy tenía una sesión de fotos, no tenía muchas ganas de posar para esa revista, pero necesitaba una distracción para todo el lío que tengo en mi cabeza. Además, hoy tenía cena con mi madre. No sé quién es peor, Daniela o mi mamá, con respecto al tema y la situación en la que estamos viviendo nuestra amistad, Alexander y yo. Mi madre no deja de decirme lo buen partido que es Alexander, aunque le he dicho, una y mil veces, que no quiero hablar más del tema, no sienta cabeza.

Amo a Alexander, no tengo dudas, ha sido mi compañero por muchos años y una ayuda en todos mis procesos, pero hasta ahí. No puedo ni debo tener sentimientos por él, su corazón solo tendrá lugar para Anne y la mujer que se acerque a él con las intenciones de que la ame, va a sufrir las consecuencias, todavía recuerdo todo lo que hemos tenido que vivir como mejores amigos.

Alexander y yo nos conocemos desde que éramos niños, nuestros padres toda la vida han sido amigos y por eso, siempre estábamos juntos, más tiempo de lo que queríamos, íbamos al mismo instituto. Donde fuimos más unidos fue al ingresar en la universidad, yo estaba estudiando en ese momento Diseño de modas y él, comercio exterior, pero cada vez que podíamos nos juntábamos.

Cuando conocí a Anne, me sorprendí mucho porque no era esa clase de chica que Alexander frecuentaba. Anne era la persona más dulce y amorosa que había, estudiaba para ser abogada, yo no entendía mucho por qué esa carrera, era demasiado buena. Ale cambió mucho al conocerla, dejó de ir a fiestas, se concentró tanto en ser el mejor en su clase que salió con honores. Nos veíamos poco, pero me alegraba que fuera feliz. Una noche llegó a mi casa, había pasado una semana de nuestra graduación. Anne cumplía, en unas semanas, 23 años y quería darle una sorpresa. Le pediría matrimonio a Anne, me sorprendió, no sabía qué decirle en ese momento. Pero como su mejor amiga solo quería su felicidad, así que lo ayudé a planear todo. El momento llegó y todo salió como lo esperábamos, ella le dijo que sí, la boda se planeó en cinco meses, todos estaban felices por ellos. Anne era una persona que a donde llegaba reflejaba el amor y la ternura.

Alexander siempre se cuestionaba cómo una mujer así pudo fijarse en él. La boda fue de ensueño, todo era perfecto, su matrimonio era un sueño para todos, el amor se reflejaba en ellos. Hasta ese día, donde todo se volvió un infierno para Alexander y las personas que lo amábamos. Mi celular esa madrugada no dejó de sonar, eran las 2:00 AM. Alexander no podía hablar, hasta que esas palabras fueron un fuerte golpe a mi vida. Me vestí, salí de mi apartamento, el chófer me abrió la puerta, entré, estaba inquieta, necesitaba estar con Alex. Al llegar, no esperé que me abriera la puerta, lo hice y entré rápidamente a la clínica, lo buscaba por todas partes, me estaba desesperando hasta que lo vi. No reconocí a mi mejor amigo, su ropa estaba manchada de sangre, tenía golpes por todo el cuerpo, lloraba, me acerco y me abraza, sus palabras duelen << “Mi Anne se fue, se fue” >> Repetía una y otra vez. Todo el proceso del duelo fue doloroso para ambos. Anne ya era parte de mis amigos, era como una hermana. Alexander bebía día y noche, no quería comer, pero siempre estuve con él, no podía abandonarlo cuando él no lo hizo conmigo.

Hasta que una noche tocó fondo, lo apoyé, poco a poco salió de esa vida, comenzó a trabajar hasta que la herida fue sanando. Una noche estaba en su apartamento, me pidió el favor de guardar algunas cosas de Anne. Estábamos solos, había unas cajas que él había traído de la oficina, empecé a guardarlas, en un descuido de mi parte me tropecé con la cama, casi me caigo. Alexander me agarró por la cintura, al quedar tan cerca nuestras bocas se rozaban y nos besamos, terminamos teniendo sexo. Me sentía tan mal que me alejé de él unos meses y me fui a España. Cuando regresé, me pidió que habláramos de lo sucedido, decidimos olvidar todo y seguir con nuestra amistad. Pero pasó nuevamente, pero no me arrepentí, lo había deseado, hasta que se volvió una costumbre. Al saber que seguiríamos, dejamos las cosas claras, jamás habría una relación más allá que la que teníamos de amistad, así seguimos hasta hoy. La mejor amiga de Anne se enteró de lo sucedido y no le gustó. Alexander le dejó claro que era nuestra vida y que no se podía meter en ella, sé que lo que hacemos estaba mal, pero es algo que se dio y no podemos volver el tiempo atrás.

—Listo, terminamos —El camarógrafo me hace salir de mi ensoñación.

Me levanté y fui a mi camerino para cambiarme y salir a casa de mi madre, me despedí de todos y subí a la limusina. Le envié un mensaje a Alexander, debe estar pasándola bien para no acordarse de mí, así que decido enviarle también una pequeña foto inocente; subo mi vestido un poco, me tomo la foto y se la envió, me río y guardo el teléfono. Llegamos a la casa, al entrar, me informan que mi madre está en el jardín, llego y está leyendo una revista de moda, al verme me sonríe y se levanta a saludarme.

—Pensé que no vendrías, tengo rato esperándote —Nos sentamos, ordenó que me traigan un té.

—Estaba trabajando, madre ¿Cómo está todo? ¿Y papá? —Dejo el teléfono en la mesa.

—Tu padre está en la empresa, arreglando unos asuntos con Julio —Me mira.

—Quería verlo, pero será para la próxima —Me sonríe—. ¿Qué?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.