ALEXANDER
Cuando recibí esa foto de Serena, no puedo negar que mi cuerpo reaccionó, ¿cómo no hacerlo?, si era sumamente guapa y preciosa. Pero algo cambió, no sé cómo explicarlo, Violeta… Ella está cambiando algo en mí, y me da terror esta nueva sensación que tengo al estar cerca de ella. Recibo una llamada de Serena y contesto, me habla del trabajo, me dice lo mucho que me extraña, tocan la puerta, voy.
Al abrir, es Violeta, me acerco y beso sus labios.
—Espérame un momento preciosa.
Voy al balcón, cuando estoy por decirle que tengo que colgar, saca el tema de Ignacio. Trato de darle un consejo, sin meterme en sus asuntos, ellos tienen que solucionarlo. Nos despedimos y cuelgo.
Al salir, Violeta esta viendo todo en la habitación, ella todavía no nota mi presencia, así que aprovecho para apreciarla un poco más. Tiene un bonito vestido color amarillo que moldea su hermoso cuerpo, el cabello lo tiene suelto y es raro en ella. Al estar de espaldas a mí, me acerco y la abrazo, beso su cuello, ella ríe, muevo mis manos un poco y llego hasta meter mis manos debajo y poder acariciarla mejor. ¡Jamás pensé encontrar otra mujer que me encendiera de la misma manera que lo hacía Serena!
Le quito el vestido y la llevo a la cama, queda en ropa interior para mí y es una obra de arte, me quito la ropa y sin esperar mucho, le hago el amor, comienzo a moverme y hacerla disfrutar mucho. Su forma de recibirme y cómo dice mi nombre, me encanta, llegamos los dos juntos al orgasmo, me siento vivo a su lado, beso sus labios y ella cierra los ojos, disfrutando de mis caricias.
Estábamos acostados, Violeta comienza a preguntarme muchas cosas, algunas me causan gracia.
—¿Nombre completo? —Me rio.
—Alexander Dominic Montecarlo Rubio, sí, parece de Rey, aunque físicamente lo sea —Ella rueda los ojos.
—No seas tan egocéntrico —Se levanta —Me tengo que ir, me están esperando y no puedo llegar tarde.
—Está bien ¿Te espero mañana? —Beso su hombro—. ¡Quiero más de ti, Violeta!
Ella suelta una pequeña sonrisita que me contagia, me da un beso y comienza a vestirse, la veo desde la cama, ya lista se despide y sale de la habitación.
Voy a darme un baño y poder bajar la calentura que esa mujer me provoca. Al terminar, llamo para que me traigan mi comida, tenía mucha hambre y después de lo que pasó, mucho más, me visto y es la misma chica, me sonríe y entra, comienza a colocar todo en la mesa y sale. Cuando voy a sentarme para comer, hay una nota, al leerla me río, es su número de teléfono, lo lanzo a la basura.
Ignacio me llama para darme información de todo lo que está pasando en la empresa, él sabe que no estoy en México, pero no le dije que iría a Texas. Además, sé que sacaría sus propias conclusiones y lo que menos quería era eso. No mencionó en nada lo que había pasado con Serena y era lo mejor, no quería discutir con él. Ya tenía mucho con lo de Sara, después de nuestra pelea no volvió a buscarme e incluso creo que me bloqueó de todas las redes sociales, esto me pasa por meterme con mujeres que esperan mucho más de lo que yo les doy. Después de terminar y arreglar unos temas con él, decidí irme a dormir un rato, cerré las cortinas y puse una música de fondo, me relajé.
****
Abro los ojos, el cansancio está presente todavía, el celular no para de sonar, lo tomo y es un número desconocido, atiendo y no dicen nada, cortan la llamada, veo la hora y son las seis de la tarde, me levanto, voy al baño, lavo mi cara, prendo el televisor, me llega un mensaje de Violeta.
“Un tour por todo Texas ¿Te parece?”
Le respondo.
“Contigo lo que sea”
Me río por el mensaje.
“Vale, casanova, pasaré por ti a las 7:30 pm.”
Comienzo a vestirme, elijo algo cómodo. Mientras la esperaba me puse a revisar los correos, tocan la puerta << “No puede ser ella” >> Todavía era muy temprano, al abrir, era Serena, me sorprendo y ella no nota, llevaba una chaqueta larga y un bolso, entra y yo cierro la puerta.
—Pensé que te alegrarías de verme aquí, querido —Ve mi ropa y deja el maletín en la cama—. ¿Vas a salir?
—Si
—Bueno, me tocará esperar aquí, solita —Se quita la chaqueta y no llevaba nada abajo, solo un bikini —Puedes irte tranquilo.
Paso mis manos por mi cabello, ella se levanta y camina hacia el baño, voltea a verme.
—Iré a darme un baño, no te molesta ¿Cierto? —Se ríe.
¡Dios, es Serena!, siempre ha sido ella. Pero... también está Violeta. No puedo hacerle esto, estoy consciente que no somos nada, pero ya la he lastimado mucho. Llego hasta la puerta de mi baño, ella está ahí, esperándome, pero mi relación con ella ya no es la misma, agarro la manilla de la puerta, Serena me mira.
—¡Lo siento! —Cierro la puerta.
Me siento en la cama y espero a que salga, no tarda mucho, se sienta a mi lado.
—¿Qué pasa?
—Nada, es que… Ni yo mismo me entiendo —digo para mí.
—Cuando quieras hablar, estaré para ti —Besa mi mejilla— Me cambio y me iré.
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Editado: 18.10.2025