VIOLETA
Mi mente no dejaba de pensar en la reacción que tendrá Talía al enterarse lo que Diego me hizo, miro a Ignacio, en su mirada veo que me impulsa a decirle la verdad, respiro, es mejor hacerlo.
—Diego vino —Ella abre los ojos—. Comenzó a gritarme, a preguntarme por ti, le dije que no estabas, pero eso lo enfureció más... —Me callé un momento— Nada de lo que pasó es tu culpa, Talía.
—Solo dime ¿Te hizo algo? —Su voz sonó triste.
—Me estaba asfixiando —Su mirada baja a mi cuello, comienza a llorar —Por favor, no te pongas así.
—¿Cómo quieres que me ponga? ¡Por poco te mata! —Su labio tiembla—. Todo esto es mi culpa, es mejor que me vaya lejos.
—Estás loca, si crees que te dejaré hacer eso —Me levanto y la abrazo, que esté así le hace daño al bebé— Buscaremos una solución para que no se acerque a nosotras.
—Contrataré dos guardaespaldas para que las cuide —Cuando voy a hablar, Ignacio me calla—. No voy a recibir un no como respuesta, las protegeré, deben estar tranquilas.
Aunque no quería ser una carga para Ignacio, se lo agradecí, se despidió de nosotros, tenía asuntos en la empresa que atender, me dió un beso en los labios que me sorprendió, pero no dije nada.
—Él te quiere, Violeta, no lo lastimes —Lo que menos deseo, es eso—. No cometas el mismo error que cometí, enamorarse de un hombre que no vale la pena.
Sabía que me lo decía porque se preocupaba por mí, pero es tan difícil sacarlo de mi corazón, como una niña me ilusione de lo que podía ofrecerme, pero todo fue mentira.
—No lo haré. Ahora dime, ¿cómo te fue en tu cita? —Su rostro cambia a felicidad.
—¡Será una hermosa princesa! —Chilló de la emoción.
—Sabía que sería niña —Beso su pancita—. Marcos me debe una salida con todo pago.
—Por eso no entró, sabía que te ibas a burlar de él —Me río— ¿Te duele mucho? —Su mano va a mi cuello.
—No tanto, no te preocupes —Tomo su mano— Lo más importante horita, es cuidarte a ti y a la hermosa niña que viene en camino.
Ella me sonríe, pero sé que se siente mal al verme así, para que se olvide de todo lo que pasé con su exnovio, le envié un mensaje a Ignacio.
"Sé que te acabas de ir, pero... ¿Estarás ocupado más tarde? Voy a salir con mis amigos, quisiera que vinieras.
Su respuesta llega inmediata.
"Estaré allá a eso de las 8:00 pm ¿te parece?
Una sonrisa aparece en mis labios.
"Perfecto, nos vemos más tarde"
Talía le envío a Marcos, obviamente, no se negó. Desde temprano comenzamos a prepararnos, mientras que mi amiga se estaba bañando, yo estaba buscando en mi closet qué ponerme, pero no me decidía. Después de varios minutos, encontré un vestido con cuello alto, era más que perfecto; no quería que Marcos me viera las marcas que me dejó Diego. Sabía lo impulsivo que podía llegar a ser, así que quería evitar una desgracia.
Dejé la ropa en la cama y fui a bañarme, aproveché para lavarme el pelo, al salir, sentí un frío por todo mi cuerpo. Me coloqué un poco de crema, comencé a vestirme, me hice un moño y me maquillé, lo único que resaltaba era el color rojo que me coloqué en mis labios, me veo al espejo y me gusta el resultado, agarro mi bolso, el celular y salí de la habitación.
Talía todavía no estaba lista. Fui a la cocina a prepararme una taza de café, mientras que la bebía, la puerta se abre y entra Marcos.
—Esta cena la pagas tú —Lo apunto con el dedo— No quiero excusas.
—Solo por hoy —Me abraza— ¿Cómo estás?
—Bien tonto, pero no me abandones tanto tiempo.
Me abraza, Talía sale de su habitación llorando.
—Mi amor ¿Qué tienes? —Marcos la toma de la mano.
—Todo me queda feo, estoy gorda —Se queja.
—Solo estás embarazada —Ella mira mal a Marcos y se aleja.
—Vamos —Agarro del brazo a Talía—. Verás que te conseguiré algo que te va a encantar y te verás tan guapa como siempre.
Me la llevé antes de que insultara a Marcos, él me mira sin entender nada, me río, querido amigo, nunca te metas con una mujer embarazada.
Ayudo a mi amiga a que se vea y se sienta hermosa, ella me lo agradece, salimos y corre hacia Marcos besando sus labios. Tocan la puerta, cuando abro es Ignacio, me abraza, saluda a mis amigos, apago las luces y salimos del apartamento. Decidimos irnos por separado y encontrarnos en el restaurante que habíamos escogido.
—Hoy fue un día fuerte en la empresa, le diré a Alexander que me dé las vacaciones por adelantado —Me da una sonrisa.
Ahora entiendo el mal humor de Alexander ¿Será que estaba molesto por eso? Dejo de pensar en él, mi prioridad era Ignacio, mi pareja, nadie más.
Llegamos, esperamos por Marcos y Talía. Cinco minutos después, aparecen, se bajan del carro y entramos al restaurante. El dueño que, casualmente estaba ahí, reconoció a Ignacio, hablaron un poco, nos presentó con él, era agradable el Señor. Llamó a un mesero que por ahí pasaba y le dijo que nos llevara a la mejor mesa. Talía me miraba con un brillo en los ojos, nos dieron una mesa en la terraza, la vista era hermosa, se veía toda la ciudad. El mesero nos pasa la carta, decido que Ignacio pidiera por todos, los demás estuvieron de acuerdo, él sonríe y acepta. Nos traen nuestra orden y un vino, a Talía le trajeron un vaso de agua, ella se quejó, pero al final terminó aceptando, hubo risas y el ambiente era agradable.
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Editado: 08.11.2025