ALEXANDER
Encontrarme con Violeta fue una sorpresa y verla reír junto a Ignacio me enfurecio. Escuchaba de lejos lo que me decía Serena y le sonreía cada vez que podía, no quería que se diera cuenta de que me afectaba en gran manera ver a la niñera de mi hermana con otro hombre, que era mi mejor amigo. La vi levantarse y caminar hacia los baños, me disculpé con Serena y le dije que ahorita regresaba.
Abro la puerta y su mirada cae en mí, la veo lavarse la cara, me ignora, cuando termina pasa por mi lado, pero la detengo.
—¿Qué quieres? —Siento cierta molestia en su voz.
—Que lo intentemos —Ella me mira, sin poder creer lo que salió de mis labios.
Si la única manera de tenerla nuevamente en mi vida era darle lo que ella pedía, lo haré, no podía soportar más, la necesitaba.
—¿Qué dices? No juegues conmigo, Alexander.
—No lo hago ¿No era eso lo que querías? —Agarro sus manos— Te lo daré, termina con Ignacio.
—No puedes pedirme eso, no quiero romperle el corazón —Susurra.
—No lo quieres ni lo deseas ¿Por qué estar con una persona que no amas? —Beso sus labios— Piénsalo, Violeta.
Sé que en unos días la tendré nuevamente conmigo. Regreso a la mesa junto a Serena, empezamos hablar, las cosas ya estaban mucho mejor entre nosotros, sé que le fallé, pero no quiero que se aleje, es mi mejor amiga y la única persona que ha estado conmigo en todo momento, su mirada cae en Ignacio.
—No me digas que, a estas alturas, empezarás a sentir celos de ver a Ignacio con otra persona —Ella dirige su mirada nuevamente a mí y me sonríe.
—¡Jamás! Solo que no pensé que los gustos de Ignacio fueran una mujer como Violeta —Me dice.
—No te entiendo, Explícate.
—Violeta es inocente, se nota que no tiene maldad y le entregará su corazón al menos merecedor de él —Miro a Violeta— Aunque la lastimen, ella volvería a perdonar una y otra vez.
—Por esa razón es mejor mantener tu corazón a raya.
—Solo espero que no se entregue a un hombre que, al final, romperá su corazón en mil pedazos.
Decido no hablar más del tema, sabía que ese hombre era yo, solo espero no dañar su corazón. Terminamos de comer y nos retiramos, estaba cansado y Serena tenía una sesión de fotos para mañana. Nos subimos al auto y manejé hasta su apartamento, llegamos y se baja, pero antes de entrar a su edificio, se devuelve y baja la cabeza para verme mejor.
—Ella no merece que las hagas sufrir, Alexander.
Se va y me deja un mal sabor con esas palabras, no puedo prometerle nada, manejo hasta la casa.
Estaciono el auto y salgo, cierro la puerta y entro a la casa, solo estaba mi madre en la sala.
—¡Hasta que llegas! Necesitamos hablar, Alexander —Se acerca a mí.
—Si es lo de Diego, no deseo hablar de él —Me molesta ya el mismo tema.
—Sí, no te vas de aquí hasta que todo quede aclarado, no puedes dejar a tu hermano solo, nos necesita.
—Está muy equivocada madre, a él solo le interesa el dinero que le podamos facilitar, lo que pase con nosotros, no le importa —Le digo.
—¡Le prometiste a tu padre que estarías con él! — Me reprocha— Él estaría muy decepcionado de ti.
—Prefiero llevar en mí la culpa de fallarle en esto, que estar manteniendo a un vago como lo es tu hijo... —Me callo, al sentir su cachetada.
—Hijo, yo… —Me mira.
—Puedes darme todas las bofetadas que quieras, pero no ayudaré a Diego. A partir de hoy, no tendrá mi ayuda.
La dejo sola y me voy a mi habitación, no podía creer lo ciega que está mi madre por Diego, pero si ella quiere seguir así, que lo haga. Pero por mi parte, no habrá más consideraciones para él, tiene que madurar, así sea por las malas y solo, lo hará.
Me quito la ropa y me doy un baño, me quedo un rato así, estaba cansado de todo, termino y me pongo un mono, me acuesto. Siento la puerta abrirse y al ver, era Ross, estaba con su peluche que le regaló papa cuando apenas era una bebé, me hago un poco de espacio y se acuesta, la abrazo, nos quedamos dormidos.
****
La alarma suena, abro los ojos, cuando intento moverme algo me lo impide, veo a mi hermana aferrada a mí, beso sus mejillas y salgo como puedo. Voy al baño, me cepillo, me comienzo a vestir, decido usar un traje negro, me pongo mis zapatos, agarro mi maletín y salgo de mi habitación. Mi abuela está en el comedor desayunando, beso su mejilla y me siento, me traen café junto con mi desayuno.
—Tu madre me contó lo que sucedió anoche, se siente muy mal —Comenta mi abuela.
—No me gustó para nada lo que hizo, pero es mi madre y la amo, pero me molesta que quiere defender y taparle las estupideces a Diego.
—Lo sé, hablaré con ella, sé que es su hijo. A mí como abuela me duele ver a mi nieto así, pero no puedo dejar que haga lo que le dé la gana con nosotros.
—Esperemos que mamá entienda.
Termino de desayunar y salgo de la casa, ya era tarde, el chófer al verme me abre la puerta, me subo y espero que arregle algo del auto, luego de varios segundo, nos vamos, me llegó un mensaje con una foto incluida de Serena en la sesión de fotos, estaba hermosa, le respondo.
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Editado: 08.11.2025