Si fueras ella

CAPÍTULO 69

VIOLETA

Jamás pensé vivir este momento tan perfecto con Alexander. La manera como sus brazos me rodean me hace sentir segura, pero no todo puede durar para siempre, la puerta de la habitación se abre y la Señora Daniela entra, me intento separar, pero Alexander me tiene bien sujeta de la cintura.

—No pensé que estarías con alguien —Me mira— Serena quiere verte.

—Mamá, dile que… —Lo interrumpo.

—No, es mejor que me vaya, además es un poco tarde —Me acerco a Alexander y beso su mejilla— Nos vemos luego.

Salgo de la habitación con la mirada de Daniela en mí, cuando voy a bajar las escaleras, me agarran del brazo, al voltear, era ella.

—Espero que te bajes de esa nube muchachita, para Alexander solo eres un juguete con quien divertirse, más nada —Me mira— Eres tan poca cosa al lado de Serena.

—Si es así ¿Por qué su hijo está conmigo? —Siento la molestia arder en mí— No se equivoque, estaré con Alexander el tiempo que él quiera, es mejor que no se meta y sin tanto quiere a Serena, cásese usted con ella, permiso.

Salí de la casa con toda la dignidad y la cabeza en alto. Me encontré con Serena, al parecer había escuchado toda la conversación que tuve con Daniela, una sonrisa sincera apareció en sus labios. Nadie más me volvería a pisotear, me cansé, ya era hora de darle un parado a muchos. Le dije al chófer si podía llevarme a mi apartamento, muy amablemente acepto, me pongo mis audífonos y escucho un poco de música. Me sentía tan feliz y enamorada, aunque todo se puso un poco intenso después de discutir con Daniela, no me importó, no dejaría que nadie se interpusiera en lo que sentía por Alexander, si éramos felices, más nada importaba.

El chófer me habla y me informa que ya llegamos, le doy las gracias y me bajo. En la entrada veo a mi hermana <<"¿Qué está haciendo aquí?">> No quiero imaginarme que algo le pasó a mamá, me acerco, ella me ve y sin aviso, me da una cachetada, mi mano va a parar a mi mejilla y la miro.

—Deberías estar feliz, Rodrigo me pidió el divorcio —Me grita— No te cansas de seguir arruinando mi matrimonio.

—¡Estás loca! —Decido ignorarla y seguir mi camino.

—¿Te duele? Papá debería sentirse decepcionado de haber criado una zorra —¡Esta no se la paso!

—De papá no hables —La amenazo— Tú y mamá me tienen cansada, sé que fallé y me arrepiento cada día por dejarme llevar por un amor de colegiala, pero…—Había dolor en mi hermana— ¿Rodrigo qué? El también falló, él tenía 27 años, yo era una adolescente que no sabía lo que hacía, me entregué a él, tuve un hijo de él ¿Sabes qué hizo? Me abandono, el amor que me juro no valió nada, creo que mereces algo mejor.

—Ahora quieres dártela de Santa, no seas ridícula —Se ríe.

—Piensa lo que te dé la gana, si quieres vivir con ese odio, hazlo, pero yo no. Seguiré adelante y lo que piensen ustedes me da igual —La deje ahí, es momento de cerrar capítulos dolorosos en mi vida.

Entro en mi edición y subo las escaleras, llegó a mi piso y abrí la puerta de mi departamento, Talía iba a estar en casa de sus suegros, creo que no puedo decir lo mismo de la mía, me odia. Busqué algo para prepararme, dejé las cosas que iba a utilizar en la mesa y fui a cambiarme para estar un poco más relajada. Cuando voy a quitarme la blusa, escucho que tocan la puerta, de mala gana me la vuelvo a poner y voy, ¿quién estará molestando? Al abrir, me sorprendí, jamás pensé que supiera mi dirección.

—Creo que te dejé sin palabras, Violeta —Me dice— ¿Puedo pasar?

—Claro —Ella mira todo a su alrededor— Te puedes sentar.

—Muchas gracias, pero lo que te vengo a decir es algo rápido —Deja su cartera en la mesa— Cuídalo, sé que lo quieres, pero a veces piensa no merecer un amor como el tuyo, no después de lo de Anne.

—No sé qué decirte, Serena.

—No digas nada, pero una sugerencia, no hagas caso a lo que pueda decir Daniela, la conozco bastante y sé que a veces puede herir con sus palabras, si las cosas no salen como ella quiere o desea —Suspira— y aléjate de Diego —Ella se acerca y toma mis manos— Odia a Alexander de la misma manera que odia su vida, dañará a todo aquello que esté cerca de él, cualquier cosa que veas, no dudes en hablarlo, se puede evitar muchas cosas.

Estoy sorprendida por todo lo que me está diciendo, jamás pensé que pudiera tener este tipo de conversaciones con Serena, con cuidado, me alejo de ella.

—Gracias por todo, estaré pendiente de Diego —Le agradezco.

—Bueno, disculpa si te incomodé con mi visita, espero podamos llevarnos bien —Toda esta situación es rara— Adiós, Violeta.

La acompaño hasta la salida y la veo salir de mi apartamento, no sé cómo reaccionar a tanta amabilidad, era la “mejor amiga” con roce de Alexander. Espero que haya quedado atrás, pero tampoco puedo tenerla de enemiga, así que mejor trataré de tener todo en paz con Serena, ya después hablaría con Alexander sobre el tema. Ahora sí, iré a cambiarme, me puse un mono y una camisa holgada, unas medias, me recogí el cabello con un moño alto.

Empecé a cocinar y puse algo de música, me encantan estos momentos donde puedo estar sola y disfrutar. Me sentía feliz, después de tantos años haciéndome menos y poner por encima a los demás antes que a mí, creo que llego el momento de poder ser libre y disfrutar de lo que realmente amaba. Alexander fue una de las personas que me hizo ver lo peor de él, pero ahora quiero ver su mejor faceta. Defenderé mi amor por él delante de quien sea, me enamoré de él sin previo aviso, lo hice, no me arrepiento y jamás lo haré. Sé que no será fácil, pero creo que juntos podemos lograr muchas cosas, solo tenemos que poner por encima lo que tenemos y hablar de aquello que nos incómoda, somos adultos, lo lograremos.




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