Si fueras ella

CAPÍTULO 80

ALEXANDER

Estaba desesperado por llegar al apartamento de Violeta, la llamada de Serena me dejó preocupado, además no entendía el por qué estaban juntas. Llego al edificio y me bajo, saludo al conserje y camino rápido para llegar, espero que nada le haya pasado a ninguna de las dos, la puerta está abierta y me permito entrar. Violeta me mira, se levanta y viene corriendo hacia mí, la abrazo y me permito darle un poco de tranquilidad.

—¿Qué pasó? —Miro a Serena, la saludo—¿Qué haces aquí?

—Vine hablar con Violeta y la encontré así —me dice preocupada— Diego le envió esto —Me pasa una rosa y una nota— Deberías hacer algo, Alexander.

Diego sabe con quién se está metiendo.

—¿Estás segura de que era él? —Mi mirada ahora se dirige a Violeta.

—Sí, le pregunté al conserje y me describió a Diego —Me susurra.

Llamé a Raúl y le dije que lo quería en el apartamento de Violeta. Serena se acerca, Violeta estaba en la cocina preparando café.

—Esto está empeorando —Su mirada cae en Violeta— No solo hace esto para molestarte, se está obsesionado con ella.

Tiene razón, tengo miedo de que le haga daño, mi hermano no está bien. Tengo que hablar con mi madre y preguntarle dónde está, tengo gente que está vigilando su apartamento y no ha llegado ahí en varios días. Violeta me pasa una taza de café, la siento temblar, me duele verla así, dejo el café en la mesa y la abrazo.

—Nada malo va a pasarte, me tienes a mí.

—Es mejor que me retire —Nos interrumpe Serena— Cuidense mucho.

Sale del apartamento, agarro la mano de Violeta, la llevo a su habitación, la dejo ahí y voy por nuestros cafés, la siento preocupada, dejo todo en la mesita y me acerco a ella.

—Necesito que te calmes, mi amor —Beso sus labios— Sé que estás preocupada, pero solucionaré todo con mi hermano.

—Lo sé —murmura— ¿Por qué yo? Jamás tuve un acercamiento a él y lo sabes.

—Mi hermano no está bien, hablé con mi madre para internarlo lo más rápido posible, pero lleva varios días que no llega a su apartamento —Trato de explicarle la situación— Por eso necesito tu apoyo, que me digas todo lo que mi hermano te envíe o si lo ves en algún lado, quiero que me informes, Violeta.

—Lo haré.

Nos acostamos, ella me abraza y yo aprovecho para besarla. Violeta me importa más de lo que quiero admitir, no permitiré que Diego le haga daño, primero se las verá conmigo, cierro los ojos y nos quedamos dormidos.

****

Escucho unos ruidos en la cocina, Violeta todavía sigue durmiendo, me levanto con mucho cuidado para no despertarla. Al salir, su amiga está en la cocina preparando algo, al verme se asusta.

—Lo siento —Me sonríe.

—No te preocupes, siempre soy así ¿Y Violeta? —Me pregunta.

—Está dormida. ¿Puedo hablar contigo de un asunto? —Ella asiente—. Quiero que me informes si ves algo raro con respecto a Violeta —Suspiro— Mi hermano la está molestando, él no está bien, pero no quiero que te preocupes —continuo diciéndole— Solo quiero que puedas avisarme —Le entrego una tarjeta con mi número de teléfono— Si ves algo diferente.

—Tranquilo, cualquier cosa que pase, te lo haré saber.

—Me quedo más tranquilo —Me levanto— Me tengo que ir.

Me despido de ella y salgo un poco mejor, al salir, Raúl está afuera esperándome, entramos al auto.

—Necesito que a partir de hoy estés al pendiente de Violeta, ahora serás su guardaespaldas, si ves que Diego quiere acercarse ya sabes qué hacer —Él asiente— Confío en ti.

Él se sale del auto, el chófer me lleva nuevamente a la empresa, al llegar, me bajo del auto y entro. Estando en la oficina, llamo a la secretaria de Ignacio para que le diga que venga a mi oficina, cuelgo y espero, tocan la puerta, entra Ignacio, me saluda y se sienta.

—Me voy de viaje y necesito que te encargues de la empresa los días que estaré afuera.

—¿De negocios?

—No, me iré con Violeta —El comienza a reírse—. Sabía que era mejor no decirte.

—Oye amigo, estoy a favor del amor. Cuenta conmigo.

Quería esperar unas semanas para este viaje, pero creo que estaría bien hacerlo en este momento. Violeta se distraerá y olvidaremos un poco todo lo que está pasando con mi hermano, tenía muchos lugares a donde quería llevarla , pero no me había decidido cuál, pero quiero que sea algo especial, por supuesto, que a ella le encante, solo quiero que sea feliz.

Terminé lo que me quedaba de trabajo, estos días la empresa ha subido las ventas, creo que podemos llegar a la meta, papá estaría orgulloso, por él estaba haciendo todo este sacrificio. Fui testigo de lo que se esmeró por esta empresa hasta los últimos días de su vida.

Agarré mis cosas y salí de la oficina, Ignacio se quedaría hasta tarde arreglando un encargo que iba a llegar mañana temprano de China, pasé por su oficina, le dejé unos documentos, nos despedimos.

Me subo al carro y nos dirigimos a casa, le envié unos mensajes a Violeta preguntándole cómo estaba, mientras esperaba, contesté unos correos. Al llegar y entrar a la casa, Kenia estaba junto a mi madre, las saludo, aunque me insistieron en quedarme, no quise, no quería saber de lo que querían hablarme y menos si se trataba de Serena.




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